La palabra influencer es un extranjerismo ampliamente adoptado en casi todos los rincones del mundo. Proviene del inglés y significa “persona influyente”. Hoy en día la asociamos con el mundo digital y las redes sociales, pero mucho antes de esta explosión mediática, en 1664, el filósofo Henry More ya utilizaba el término para referirse a una figura de poder en la esfera religiosa, muy distante de la concepción moderna.
Habiendo desglosado, a grandes rasgos, el significado de la palabra, entremos en materia: ¿quién ha sido el influencer con más seguidores en la historia? ¿Cuál ha sido su impacto en la sociedad y su trascendencia a lo largo del tiempo? Muchos pensarán en Cristiano Ronaldo, otros en MrBeast… pero no. El influencer del que quiero hablarles no necesitó plataformas digitales ni millones de “me gusta” para hacerse influyente, ni ha perdido vigencia a pesar del paso de los siglos.
Del influencer del que hoy les hablo, se podría decir que lleva más de 2025 años siendo viral. Sus “publicaciones” han moldeado la historia y las vidas de millones de personas en todo el mundo, y tiene su propia red social: la Biblia. Allí están registrados todos los “posts” de su vida, y hasta los primeros doce seguidores lo “etiquetaban” constantemente.
Han pasado más de dos mil años y Jesús sigue creciendo en influencia a nivel mundial. Ha creado comunidades, inspira a millones que cada día comparten sus mensajes, y sus enseñanzas han moldeado culturas, políticas y la forma en que nos relacionamos. Ese, sin duda, es un verdadero influencer.
La invitación es a seguir a Jesús, captar su mensaje y hacerlo parte de nuestra vida diaria. Solo así podremos replicarlo con autenticidad, y seguramente cosecharemos muchas más “visualizaciones”, comentarios positivos y, sobre todo, un corazón lleno de paz y esperanza.
Comentar