El gobierno de la indignidad

ALDUMAR FORERO ORJUELA

“El gobierno de Petro es uno lleno de corruptos y delincuentes. Petro llegó al poder de la mano de bandidos y con dineros de ilícitos. Un gobierno del cambio para empeorar ya acabar con Colombia.”


 Tantos escándalos del gobierno del presidente Petro tienen al país al filo de la navaja de una hecatombe institucional sin precedentes. La nación recorre un camino espinoso gracias a las políticas de destrucción de Gustavo Petro.

En campaña, Petro y sus aliados, le prometieron el cielo y la tierra a los colombianos, que todo iba a cambiar y que Colombia seria una nación de paz y esperanza. Después de casi cuatro años de “gobierno”, el país se encuentra en un estado de abandono y desesperanza.

Petro engañó a los individuos e hizo alianzas oscuras con lo peor de la política nacional. No es que haya hecho acuerdos nuevos para ganar solamente, es que él mismo y su proyecto político se tienen que aliar con la corrupción y con el caos para gobernar. La corrupción y la destrucción es el ADN de Gustavo Petro y la izquierda que lo idolatra.

Se habla de “dignidad” de “paz” y de “esperanza” desde los círculos del poder presidencial pero en el país no hay paz ni esperanza y el propio gobierno NO tiene dignidad alguna. Manejan el poder como una hacienda donde les importa nada la vida de la gente. Es un gobierno indolente.

Es evidente, que el objetivo de Petro y su “gobierno” es acabar con Colombia. Quieren acabar con las instituciones democráticas y republicanas, esto es, cada día pisotean e insultan al poder legislativo y judicial, luego es un claro mensaje de que Petro quiere una dictadura para la nación.

Los ministros NO son personas aptas para los cargos del estado. Son unos activistas políticos que desde un escritorio en Bogotá toman decisiones para que los colombianos cada día sean más pobres y tengan miedo constante. El gobierno Petro está matando, literalmente, la esperanza de todo un país.

Los colombianos, entre sus muchos problemas y preocupaciones, temen que el sistema de salud en Colombia sea destruido por completo. Porque ya hay un plan en marcha de destrucción masiva de la salud.

Los colombianos NO se pueden enfermar, porque si lo hacen, corren la gran probabilidad de morir porque no hay medicinas para combatir los virus y enfermedades, gracias a un gobierno indolente que maneja la salud de manera ideológica.

La dignidad de la que tanto se pavonea Petro y sus esbirros es solo discurso y retórica comunista barata o “bananera” dirían algunos. Los individuos NO quieren escuchar y/o leer los trinos trasnochados e incoherentes de Petro, ellos quieren soluciones reales y que cada día la vida sea menos difícil.

¿Qué pensarán los colombianos que hoy sienten un dolor profundo por la perdida de un ser querido en medio de la guerra fratricida del ELN aupada por las negociaciones con el gobierno?

Esas personas que sufren diariamente, no quieren ver discursos de Petro en televisión diciendo que todo va bien y que Colombia es la potencia mundial de la vida. Quieren que se haga justicia por los hechos ocurridos y, el resto de colombianos, quieren que NO se repita la cruenta guerra.

Basta ya de negociaciones con criminales que solo buscan el sufrimiento de los colombianos y el enriquecimiento a partir del dolor. Basta ya un gobierno que solo mira su ombligo y descuida todo lo demás. Basta ya de un estado que crece y crece en burocracia mientras las personas cada día les alcanza menos para comprar el pan para el desayuno.

El gobierno INDIGNO y de la INDIGNIDAD de Gustavo Petro tiene que irse en 2026. Los colombianos tienen la posibilidad, mientras no pase algo diferente, de ir a las urnas el próximo año y decidir dos cosas: primero, que el gobierno Petro se va para siempre y, segundo, elegir un nuevo gobierno que ponga en orden las cosas.

Colombia es una nación maravillosa que no puede quedar en manos de un grupúsculo de personas que creen que el país les pertenece. Colombia es de los colombianos y no de una ideología trasnochada que solo busca destrucción, pobreza y muerte.

El gobierno de la indignidad está en estado moribundo. Entre ellos mismos se están devorando, el ego es tan grande que prefieren acabar con una nación para hacer prevalecer sus oscuras ideologías.

Mientras los integrantes del gobierno de la indignidad se acaban entre ellos mismos, los colombianos debemos enfilar nuestros esfuerzos para unirnos y derrotarlos electoralmente en el 2026.

Aldumar Forero Orjuela

Joven oriundo de Bogotá D.C. Nacido en 1998, de familia conservadora, se ha adherido a las ideas del liberalismo que aboga por el respeto a la vida, la libertad y la propiedad como los valores más importantes de una sociedad.

Economista de la Universidad de La Salle. Con diplomados en cultura democrática y juventud constructora de paz.

Ha sido columnista en varios medios digitales de opinión y actualmente es columnista en Al Poniente.

1 Comment

Clic aquí para comentar

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

  • Don Aldumar, la lectura de su columna me ha dejado las siguientes preguntas, que no espero que las responda todas, sino al menos que las lea, y si es posible me aclare algunas:
    ¿A qué se refiere con hecatombe institucional sin precedentes, el corolario más simple de esta aclaración, hasta cuándo o cuáles son sus precedentes?

    ¿Cuándo no ha estado el país en un estado de abandono y desesperanza, y cómo se puede diagnosticar esto?

    ¿Qué individuos son lo peor de la política nacional y bajo qué criterio establece esa escala?

    ¿Quiénes representan el caos y quiénes al orden?

    ¿En qué momentos se ha evidenciado el pisoteo de las ramas legislativas y judiciales?

    ¿Cómo es el plan de destrucción masiva de la salud?

    ¿Si el plan(destructivo de la salud) está en marcha y no se ha consumado por qué entonces es en presente que “Los colombianos NO se pueden enfermar, porque si lo hacen, corren la gran probabilidad de morir porque no hay medicinas para combatir los virus y enfermedades”?

    Dice que los colombianos no queremos que se repita la “cruenta guerra”. Dos preguntas ¿Cuándo Colombia ha cesado de estar en guerra? Y segundo ¿si afirma este deseo por qué entonces la solución es dejar de negociar, entonces cuál es la solución que propone?
    ¿Un gobierno de quién o un gobierno cómo podría poner en orden el país?
    ¿Cuándo Colombia no ha estado en manos de un grupúsculo de personas que creen que el país les pertenece?