«En su afán por perpetuarse en el poder, Maduro puede haber distorsionado los resultados electorales, pero jamás podrá silenciar la indignación de un pueblo que clama por justicia y una verdadera democracia, ni engañar a una comunidad internacional que no se deja seducir por sus mentiras evidentes.»
Los resultados electorales del 28 de julio, en las elecciones «Democráticas» llevadas a cabo en el territorio venezolano, son solo una muestra de un engaño construido y la farsa de un dictador nefasto y miserable que busca mantener a un país hundido en la miseria. Un personaje que, si bien siempre se supo, no tenía ni la capacidad ni el conocimiento para dirigir un país, consumido por la ideología chavista y socialista. Un régimen liderado por la estupidez y la ignorancia.
Los resultados presentados en las elecciones tienen un sesgo estadístico enorme; a simple vista, las matemáticas no cuadran. ¿Cómo se puede justificar que los gráficos sobre los resultados electorales sumen un 132,2% cuando lo máximo debería ser 100%? Además, ¿cómo se sustenta un 51,2% de votos para Nicolás Maduro? En teoría, ese porcentaje se traduce en millones de venezolanos que “apoyan” el régimen impuesto por el chavismo. No hay ningún sentido en esto.
Para sumar a este relato, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, se abstuvo de participar con su voto ante la OEA en los procesos de revisión e intervención, pronunciándose básicamente diciendo que «el pueblo de Venezuela ya decidió». Obviamente, esto demuestra una tendencia fuerte de apoyo y sumisión ante ese dictador del pueblo venezolano. Alguna vez escuché un dicho que decía: «Si no dices nada ante actos de delincuencia y corrupción, eres cómplice o también eres un delincuente corrupto». Lastimosamente, el actual presidente de Colombia no es ajeno a estos casos, con su familia, por ejemplo.
Frente a las denuncias de la señora Corina Machado y el presidente electo Edmundo Gonzales, hay que mencionar que no es extraño que todo esto ocurriera. Fue una ilusión tanto para colombianos como venezolanos que el señor Nicolás Maduro dejara el poder sin poner resistencia. Esto no quiere decir que el pueblo venezolano está derrotado, y eso es evidente con la muestra de rechazo en las calles a los resultados que presentó el corrupto y arrodillado CNE.
Esto afecta evidentemente a la comunidad internacional, que también tiene participación y responsabilidad, al menos los territorios del continente americano, con el repudio, rechazo y voto ante los diferentes grupos e instancias internacionales para la intervención y el esclarecimiento pronto de medidas a tomar para liberar a Venezuela de esta crisis que lleva más de 25 años y no ha dejado nada bueno para el pueblo de Venezuela.
Por una Venezuela libre, sin hambre ni miseria, señor Nicolás Maduro, solo está aplazando lo inevitable, y su momento de salir del poder se acerca. «Si usted fuera un poco inteligente, hubiera respetado las instituciones, la democracia y los resultados del 28 de julio. Ahora lo único que ocasionó es que el pueblo venezolano se organizara y luchara por la verdad, la única verdad que existe y que usted quiso muy ridículamente esconder: que el señor Edmundo Gonzales es el presidente actual y electo de Venezuela.»
La comunidad internacional, a diferencia suya, no somos estúpidos. Sabemos esa verdad y también la apoyamos hasta el final. El señor Gustavo Petro no habla por todos los colombianos; es más, ni representa con sus comentarios imparciales a todos los colombianos. ¿Cómo es la vida? Cuando ocurrió el conflicto de Israel y el grupo de Hamas, el señor Gustavo Petro opinaba y argumentaba sobre ese conflicto como si fuera algo personal. Ahora que en efecto lo que está pasando en Venezuela afecta a los colombianos, hace comentarios tibios y hasta se abstiene de opinar y votar, sabiendo que esto también es un problema de Colombia como pueblo hermano.
Como usted dijo señor Petro: «No es un gobierno extranjero el que debe elegir al presidente de Venezuela». Tiene razón, nosotros como comunidad internacional no elegimos presidentes de territorios; eso lo hace el pueblo, los habitantes de un espacio geográficamente determinado que eligen a sus dirigentes. Pero lo mínimo que se espera es empatía y apoyo, no un mediocre comentario que evidencia que usted, señor Gustavo Petro, es otro arrodillado más del régimen. Por lo tanto, sus comentarios no representan a todos los colombianos, solo a 11 millones del total de la población que habita Colombia, es decir, sus electores. Da mucho malestar que para meterse en otros conflictos donde no lo llaman está presto, pero cuando realmente le toca, ni hace ni deja.
Sinceramente, las votaciones del 28 de julio fueron el fraude del siglo. Muchos sentimos la ilusión de ver una Venezuela nuevamente próspera, libre y democrática, donde se respeten los derechos humanos, donde nuevamente esa economía petrolera se evidencie de manera pujante y desarrollada, como antes del chavismo, cuando Venezuela resplandecía con su gloria y sobresalía sobre las demás naciones.
Pueblo venezolano, los colombianos también estamos con ustedes, nos unimos a su lucha. Hay que decir que no nos representan los comentarios, el poco o nulo apoyo y empatía que no ha tenido el señor Gustavo Petro con ustedes. Consideramos que el señor Edmundo Gonzales es el presidente legítimo, por votación y decisión del pueblo. También compartimos su dolor. Muchos teníamos la esperanza de ver a una Venezuela sin las cadenas ni el yugo con las que la tiene un ignorante, con problemas mentales, como lo es el señor Nicolás Maduro.
Y también un mensaje para usted, bruto e ignorante Nicolas Maduro: si cree que ya se salió con la suya, déjeme decirle que está muy equivocado. Si algo caracteriza al pueblo venezolano es su lucha, sacrificio y esperanza, y está siempre va a prevalecer
hasta su caída. Tuvo la oportunidad de reivindicarse, respetar la constitución y la democracia el 28 de julio y tal vez salir del país con su libertad e integridad intacta. Ahora, el pueblo venezolano y la comunidad internacional no pueden asegurar eso, y es la consecuencia de sus malas acciones, su ignorancia y su régimen, que nunca llevará a ningún lado, solo a más miseria y pobreza. Colombia también exige que se respeten los resultados y se muestre la verdad, la irrefutable verdad. Por una Venezuela libre y justa.
#VamosPueblo De Venezuela, estamos con ustedes.
¡por una Venezuela libre y soberana!
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