El feminismo de un hombre

El feminismo masculino fue un concepto irregular para mí de inicio, aunque una vez se ingresa a #HeForShe (Programa de las Naciones Unidas), una poderosa manta llena de contenido cae sobre los miembros, nos empodera y nos permite defender con argumentos de fondo la idea de la igualdad de géneros. Lo particular de #HeForShe es que es un programa que busca unir a los hombres a nivel global para luchar por la igualdad de las mujeres.

El feminismo masculino fue un concepto irregular para mí de inicio, aunque una vez se ingresa a #HeForShe (Programa de las Naciones Unidas), una poderosa manta llena de contenido cae sobre los miembros, nos empodera y nos permite defender con argumentos de fondo la idea de la igualdad de géneros. Lo particular de #HeForShe es que es un programa que busca unir a los hombres a nivel global para luchar por la igualdad de las mujeres.

La invitación que las Naciones Unidas extiende a los hombres es clara: Si sólo las mujeres luchan por la igualdad, sería aproximadamente el 50% de la población global que trabaja por dicha máxima; es entonces, sano conseguir el apoyo activo de los hombres, para que los resultados se vean de forma exponencial. De otro modo, si los hombres luchamos por la igualdad de géneros, enviamos la imagen de una lucha sin carácter de género, sino que todos estamos comprometidos, no hace éste esfuerzo exclusivo de las mujeres, sino de otros géneros también.

Luego de aproximadamente siete meses consumiendo contenido y desarrollando debates sobre la igualdad de géneros, comprendí aspectos sobre la igualdad que antes obviaba o no identificaba:

  1. Exigirles a las mujeres ser femeninas: Las mujeres pueden o no ser “femeninas”, es su decisión. La femineidad no significa usar rosa, hablar de una forma, o jugar con muñecas. La femineidad es un concepto de sociedad.
  2. Mujeres en el trabajo: Observo en todas las empresas en las que me he estado vinculado -como empleado o usuario-, el porcentaje de hombres y mujeres que hacen parte de la organización. En lo posible, recomendar construir políticas sobre igualdad de género. Analizar a los proveedores e identificar si aplican la igualdad de géneros.
  3. Mujeres en el estudio: En los salones de clases, suelo observar qué porcentaje de mujeres hacen parte del curso. En caso de haber una notable descompensación de la cantidad de hombres o mujeres con respecto al otro género, procuro generar debate sobre la razón de dicho fenómeno; generar debates con los dirigentes del centro sobre la igualdad de géneros: entre estudiantes y profesorado.
  4. Conversaciones: Generalmente en las conversaciones con amigos o familia, aparecen frases que hieren la igualdad de géneros. La idea es detener en el acto las afirmaciones, y generar debate sobre los estereotipos.
  5. La mujer en las familias: Las mujeres no están en una relación para cuidar al hombre, los hijos o el hogar. Las relaciones las componen -por lo menos- dos personas; el cuidado propio, del hogar, o los hijos es una tarea de ambas personas.
  6. Al hombre también se le vulnera: Hay estereotipos que hay que derrumbar en la sociedad. El hombre no tiene necesariamente por qué ser el que mantenga el hogar, el hombre no tiene por qué seguir patrones de “masculinidad”, el hombre debe comportarse como deseé, siempre y cuando respete los derechos de los demás.
  7. Otros sexos: Tanto el hombre y la mujer tiene el absoluto derecho de actuar y sentirse como deseen. Además de todas las agresiones pasivas o activas que sufren el heterosexual masculino o la heterosexual femenina por su género; los homosexuales, lesbianas, bisexuales e indiferenciados sienten aún más agresiones y violaciones sobre su derecho a la igualdad social, política y económica.

Los siete puntos anteriores son un leve y superficial vistazo sobre las ventanas que se abren luego que se comienza a analizar a la sociedad sobre la igualdad. No agregué estadísticas, datos y ejemplos que permiten magnificar el asunto en su real dimensión; estas herramientas están en internet, libros y medios, los invito a indagar, y si se sorprenden, únanse al feminismo, o si desean no tener etiqueta, luchen por la igualdad de géneros de forma autónoma, obviamente se puede luchar sin necesidad del feminismo.

El feminismo no es un movimiento de mujeres que gritan sobre la inferioridad de los hombres; El feminismo, por el contrario, es un movimiento que está en contra de la segregación. El feminista es una persona que cree en la igualdad de todos los géneros en lo social, político y económico. Así que lógicamente, sí, existen muchísimos hombres feministas.

 

Juan David Cruz Negrete

Profesional en negocios, especialista en proyectos de inversión y magíster en dirección de empresas. Feminismo y Ahimsa. Nací en la multiculturidad hecha península; La Guajira.