El estigma del aborto en Colombia

En estos días leía, la noticia del incremento de embarazos en el tercer trimestre de 2021, que decía que los nacimientos en niñas menores de 14 años aumentaron 31,5 % frente al tercer trimestre de 2020. Entre enero y octubre de 2021, y en comparación con el mismo periodo de 2020, los nacimientos en niñas en este rango de edad se incrementaron en 19,4 % según cifras del DANE.

También leí que en total 91.215 adolescentes entre 14 y 19 años se convirtieron en madres durante el 2021. Leí también que muchos de estos embarazos, se dieron por casos de violencia sexual que se habrían incrementado durante el encierro por la pandemia. 

Y la noticia más reciente, es que ahora en Colombia la corte constitucional despenalizó el aborto hasta la semana 24 de gestación sin restricciones, (gracias también a una demanda promovida por el movimiento Causa Justa), después de este tiempo, solo se podrá incurrir a la interrupción voluntaria del embarazo (IVE) si se da alguna de estas tres causales ya vigentes: 1) Peligro para la vida o la salud de la mujer, 2) Malformaciones del feto incompatibles con la vida y 3) Acceso carnal o acto sexual sin consentimiento, abusivo o de inseminación artificial o transferencia de óvulo fecundado no consentidas, o de incesto. Esto, sin lugar a dudas, es un paso enorme en el camino por el derecho que tenemos las niñas, mujeres y personas gestantes a decidir sobre nuestros cuerpos. 

Recordemos que dentro de los derechos sexuales y derechos reproductivos se ha reconocido, la IVE, como un derecho fundamental por la Corte Constitucional Colombiana mediante la Sentencia C-355 de 2006.  Al reconocer este derecho, crea una opción pero no obliga a ninguna mujer a optar por interrumpir voluntariamente su embarazo, otorgándole así los derechos a la autonomía y autodeterminación reproductiva.

Todo esto para hablar de un tema que hoy en Colombia, todavía genera disputas en torno a la liberalización del aborto, sigue habiendo bandos, sigue siendo blanco y negro. El aborto es estigmatizado en nuestro país. Las mujeres han recurrido al aborto, (y seguirán) por diversas razones, tales como: la violencia sexual, la falta de acceso a servicios de salud y métodos anticonceptivos modernos, la dificultad de usar los anticonceptivos de manera correcta y consistente, el fracaso de estos métodos y el hecho de que muchas niñas, adolescentes, mujeres o personas gestantes no quieren ser madres.

Ahora viene la duda, ¿cuántos abortos se practican en colombia?

Acá unos datos, según un informe, publicado por la Organización internacional Women’s Link Worldwide  que muestra algunas cifras del aborto en Colombia, donde se resalta lo siguiente:

  1. Solo 10% a 15% de los embarazos son interrumpidos después del primer trimestre y tan solo un 2% tiene lugar más allá de las veinte semanas de edad gestacional.
  2. En el período 2010-2017, el 97% de las mujeres denunciadas por aborto vivía en zonas rurales. Solo el 3% pertenecía a una zona urbana.
  3. Las mujeres menores de edad son las que más sanciones reciben por aborto, en comparación con mujeres de otros grupos de edad. El 75% de los casos ocurrieron en niñas y mujeres de 10 a 24 años. 

Profamilia, también realizó el Estudio I-Share, que muestra que el 80% de las mujeres encuestadas, sexualmente activas, usa un método anticonceptivo. Sin embargo, el 14% de ellas enfrentó barreras para acceder a su alternativa en anticoncepción, por temor al contagio por salir de su hogar, largas filas y tiempos de espera en centros médicos, así como la escasez del método anticonceptivo debido a las medidas preventivas contra la Covid-19.

En Colombia, según el Ministerio de Salud,  se estima que anualmente mueren unas 70 mujeres por complicaciones derivadas de abortos inseguros y/o clandestinos. Es importante empezar a hablar abiertamente sobre el aborto. En torno a esto, es que debemos entrar a discutir otros temas como: 

¿Cómo podemos regular la prestación de servicios de aborto?, ¿cómo mejorar y llegar a la población más vulnerable, por una educación sexual, para que niñas, niños y jóvenes decidan en torno a su sexualidad?, ¿cómo eliminar el estigma y eliminar las desigualdades entre las mujeres y personas gestantes que pueden y no pueden acceder a abortos seguros y oportunos?, y esto solo por hablar de algunos temas. 

Esta es una responsabilidad de todes y, así mismo, no podemos juzgar desde nuestro privilegio. No podemos sacar conclusiones apresuradas o fundadas desde nuestras creencias, o por cadenas de whatsapp, o porque la persona que sigue en sus redes sociales, haya compartido su decisión, porque si tuvo esa oportunidad de decidir, y ahora rechace a quienes estén a favor. Que a pesar de que usted o yo si gocemos de una educación, no nos nuble tampoco nuestra empatía.  Aquí podría quedarme todo el día describiendo miles de opiniones, que muchas salen desde un desconocimiento o desinformación, pero que no me detendré más aquí. 

Por ahí leía también, que el secreto de la libertad está en educar a las personas, si garantizamos está educación en todos los espacios, mitigando barreras y creando puentes  donde las personas gocen de sus derechos reproductivos y sexuales, para que siempre tengan la oportunidad de decidir libres, entonces, tal vez, encontremos un panorama ideal donde la maternidad sea deseada y el aborto sea seguro; y también encontrarnos con ver cada vez menos procedimientos de prácticas del aborto, o al menos así lo evidencian los países en los que se legalizó la IVE, pues no muestra que haya un aumento en la cantidad de abortos a largo plazo, que puede leer en este informe de la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia (FIGO) que dice:

“Las tasas de aborto más bajas se observan en países donde las leyes de aborto son ampliamente permisivas y el acceso al aborto seguro es fácil, como en los países de Europa occidental; por ejemplo, Países Bajos, Bélgica, Alemania y Suiza”. Esto solo puede ocurrir en los países donde el aborto es legal, ya que las prácticas disminuyen, pues las personas ingresan a un sistema de salud donde acceden a una mejor información y acompañamiento, donde tienen acceso a métodos anticonceptivos efectivos y a un seguimiento médico oportuno. 

Son muchas las opiniones divididas, pero de nosotres depende que esta discusión sobre el aborto en Colombia, avance y sean menos las personas que deban recurrir a métodos que atenten contra su salud y su vida, sea menos la poca educación (o falta de ella), sea más la construcción y las ideas para garantizar estos derechos, para que cada quien decida a conciencia cuándo y cómo empezar su vida sexual, para que el Estado brinde garantías cuando una persona decide interrumpir voluntariamente un embarazo en condiciones seguras y esto no crea cualquier forma de discriminación o estigma social.

Catalina Bonnet Toro

De vez en cuando soy o como me gusta llamarlo "juego" a ser hija, bogotana, recientemente, intento de escritora de cuentos. Mi profesión lleva el nombre de Comunicadora social y periodista. (Es así como me presento ante la sociedad al menos). Amo pasar mis ratos de ocio viendo películas, o en compañía de un buen libro.

Comentar

Clic aquí para comentar

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.