“…No se me hace raro que alguien cuyo único talento era portar armas y manipular drogas pudiera engañar a la patria de una manera tan aberrante, ¿qué más se podía esperar?”
El 26 de septiembre de 2016 se firmó en Cartagena un hecho trascendental en lo que corresponde al conflicto armado que se vivía por aquel entonces en Colombia, se llegó a un acuerdo por la paz. Después de casi cuatro años de conversaciones con las FARC, el Gobierno de Juan Manuel Santos por fin llegaba a un acuerdo con dicho grupo armado. Ese día para muchos colombianos renació la esperanza y la ilusión de vivir en un país quieto, pero la realidad fue otra. Cuatro años después de dicho acuerdo; hemos visto como uno de los grupos criminales más famosos del mundo -en su momento- gozan de curules en el Congreso, cinco en la Cámara de Representantes y cinco en el Senado de la República. Uno de los personajes más llamativos de este acuerdo es Jesús Santrich, quien calentó por un tiempo una silla en el Congreso y hoy está en la selva empuñando nuevamente un fusil.
En un video comprometedor que salió a la luz en mayo de 2019 se ve como Jesús Santrich, en aquel entonces excombatiente y Congresista, sale conversando con tres personas planeando hacer negocios con fines de narcotráfico. Este video sería la prueba madre para pedir la extradición de este criminal. Lo sucedido era algo que se veía venir, este personaje seguía siendo un vil delincuente que engañó al país haciéndole creer que había cambiado y que se acogería a la Ley y a los acuerdos pactados con el Gobierno. No se me hace raro que alguien cuyo único talento era portar armas y manipular drogas pudiera engañar a la patria de una manera tan aberrante, ¿qué más se podía esperar?, lo cierto es que después de estar contra la espada y la pared ocurrió algo que ya estaba anunciado. Santrich se escapó.
Al mejor estilo de los criminales, Santrich se voló su esquema de seguridad y no se sabía de su paradero, ¿las razones?, el Gobierno del Presidente Iván Duque estaba gestando todo para que fuera extraditado a Estados Unidos. Me parece muy curiosa la manera en que ocurre todo, ¿no se supone que el que nada debe, nada teme?, al parecer Santrich debe más de lo que se pensaba y por eso huyó como lo que es, un criminal. Después de un largo tiempo de búsqueda apareció, pero no precisamente para entregarse sino para anunciar el rearme de las FARC-EP. Aunque el mono se vista de seda, mono se queda ¿no?, este es el adagio que se me viene a la mente cada vez que pienso algo acerca de este malhechor.
Lo que me deja sin palabras de todo este asombroso caso, es el apoyo que recibe Jesús Santrich de ciertos Congresistas que creen que es una santa paloma. Gustavo Petro, Roy Barreras e Iván Cepeda piensan que lo que se habló en aquel video es un entramado de la DEA para demeritar el nombre de Jesús Santrich. Lo cierto es que si de hechos hablamos, el huir como cobarde es la mayor prueba que deja en claro que este lobo es un delincuente.
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