El desbarajuste del Hospital Alma Máter de Antioquia tiene consecuencias en la Universidad de Antioquia

Un asunto poco discutido en la actual coyuntura de crisis financiera y emergencia de las VBG, es la incidencia que tiene en la Universidad de Antioquia el desbarajuste institucional del Hospital Alma Máter de Antioquia -HAMA. En el Foro con los aspirantes a la Rectoría organizado por el Observatorio Universitario sobre el HAMA, el candidato-rector expresó la necesidad de encontrar “formas de garantizar la estabilidad financiera” y trabajar por “llegar a convertirlo en un hospital universitario”.

Han pasado más de 3 meses desde la designación John Jairo Arboleda para un tercer periodo, y la única decisión que ha tomado sobre el HAMA ha sido pedirle la renuncia al presidente de la Junta Directiva por razones no conocidas. Al día de hoy la Junta Directiva permanece acéfala.

La falta de acción del Rector evidencia que sus preocupaciones como candidato no eran genuinas y conduce a que los problemas del Hospital se agudicen afectando cada vez más las finanzas de la Universidad y posponiendo, si no cancelando, su transformación en un verdadero hospital universitario. Y no menos importante es el deterioro del clima laboral y la pérdida de los derechos de los trabajadores, afectando directamente la calidad en la prestación de los servicios hacia la comunidad.

La cartera del HAMA con la Universidad crece mes a mes. Según los informes a mayo 31 de este año era de $ 119.633 millones, que es casi la mitad del total de la cartera de la Universidad ($ 250.763 millones); valor que es mayor si se incluyen los cerca de $ 11.200 millones que el HAMA le adeuda a la Unión Temporal LIME de la facultad de medicina, dependencias seriamente afectadas en su funcionamiento, al igual que la escuela de Microbiología y la facultad Ciencias Farmacéuticas con quienes la deuda asciende a $ 57.000 millones.

El Gerente del HAMA se escuda en que el problema financiero es culpa del Sistema de Salud, aun a pesar de los giros directos que le hace la ADRES, argumento que comparten el Rector y el Vicerrector General. Refiere que las EPSs no le pagan al Hospital lo que factura y que la cartera con las aseguradoras liquidadas es muy alta e incobrable; sin embargo, es difícil valorar la real situación financiera del HAMA ya que los informes que se conocen son poco claros, confusos y a veces contradictorios. Pero las evidencias indirectas son contundentes: cartera creciente con la Universidad, atraso y pago por cuotas de los salarios de trabajadores, impropiamente llamados colaboradores por el Gerente, atraso en el pago de la seguridad social (salud, pensiones, cajas de compensación y créditos de libranza), situaciones estas denunciadas por los sindicatos.

Y el camino para convertirse en el hospital universitario de la UdeA, es más incierto. No se conoce un plan, tampoco para lo financiero, que trace una ruta clara para certificarlo como tal, y el que exista en la anterior administración fue olvidado o archivado. Más allá de lo formal, el HAMA sigue sin impregnarse del espíritu académico que facilite los procesos formativos e investigativos de las dependencias universitarias. En la mirada de resolver lo económico como único problema, se avanza hacia decisiones administrativas que obstaculizan la academia, tales como la orientación de servicios hacia pacientes con pólizas y prepagadas, prestación de servicios en modalidad de pago por evento que imposibilita realizar programas de atención integral, generación de condiciones laborales precarias que obligan la renuncia de médicos especialistas con altas calidades y compromisos con la formación de estudiantes, o la idea peregrina de cobrarle a la Universidad por la docencia que se hace en el Hospital, como si fuera cualquier IPS privada.

Los problemas de HAMA están identificados: pérdida de gobernabilidad por la Universidad derivada del cambio de Estatutos que le quitó la función de control del Consejo Superior y concentró la toma de decisiones en el Gerente; inoperancia de una Junta Directiva que ha sido incompetente para orientar el hospital; y conducción en manos de un equipo directivo inexperto, soberbio, arrogante y con una mentalidad privatizadora enemiga de lo público.

Solo queda confiar en que los universitarios, profesores, empleados, jubilados, nos apropiemos de la situación actual y del futuro del Hospital Alma Máter de Antioquia y actuemos para recuperarlo para la Universidad de Antioquia.

Coletilla: es inadmisible que el Rector mienta al asegurar que una de las causas de la iliquidez de la Universidad sea el incumplimiento del Gobierno Nacional para transferir los 5 puntos adicionales a la base presupuestal y omita el error cometido por su equipo y por el CSU al incluirlos en el presupuesto del 2024. En razón de la política de cierre de brechas que busca favorecer a las universidades de menor tamaño definida desde el 2018, la UdeA no ha recibido del Gobierno Nacional la totalidad de los puntos adicionales, ni durante el periodo 2019-2022 los recursos adicionales logrados por el movimiento universitario, ni en 2023- 2024 los recursos adicionales decretados por el gobierno actual.


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Héctor Iván García García

Médico, magister en epidemiología, profesor titular Facultad de Medicina U de A,

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