“No temamos a las máquinas: temamos quedarnos dormidos cuando tenemos el poder de soñar en conjunto..”
MIEDO Y TERROR, películas cómo “Terminator”, videojuegos cómo ‘Detroit Become Human’, y promesas de un futuro distópico nos hacen tener pesadillas, noche tras noche: El sólo hecho de imaginar gobiernos enteros dirigidos con I.A, millones de trabajos desapareciendo, y un conflicto entre humanos y tecnología yaciendo, nos hiela la sangre. Hasta que chocamos con la realidad: No son reemplazo ni rival: el cerebro humano y la IA son los aliados del futuro.
Hablemos de sesgos: “¿La Inteligencia Artificial está destinada a reemplazar al ser humano?”, Sí, pero, no cómo pensamos, reemplazará las tareas repetitivas, y tediosas, con el mismo argumento qué en la 2da revolución industrial nos llevó a disminuir la tasa de mortalidad en más de un 75% y aumentar la esperanza de vida más de 43 años (Rápidamente) en todo el mundo.
Año | 1870 | 1900 | 1950 | 1970 | 1990 | 2000 | 2010 | 2025 |
Tasa de Mortalidad (por 1000 hab.) | 30.0 | 25.0 | 20.2 | 12.9 | 9.3 | 8.6 | 7.9 | 7.5 |
Esperanza de Vida (años) | 39.4 | 48.2 | 45.5 | 56.5 | 64.0 | 66.2 | 69.7 | 73.5 |
¿Por que todo cambió? Porque el artesano, (Antes fuente única de producción) se transformó por las dinámicas productivas, no desapareció, logró un valor agregado justamente por su diferencia. Los bienes y servicios, en su lugar, simplemente lograron condiciones más justas y una calidad de vida exponencial, evolución en las carreras profesionales, y una humanidad que se renovó con éste progreso. El agricultor no desapareció, la tecnología le permitió aumentar su producción y capitalizarla, alimentando a miles de millones, con los recursos qué antes se alimentaban cientos o miles.
¿Qué defienden los científicos, expertos y los datos?
Los expertos coinciden en que la inteligencia artificial representa una de las mayores revoluciones tecnológicas de la historia y lo relacionan con la quinta revolución industrial. Según Yoshua Bengio (2019), la IA optimiza el más del 95% de los procesos complejos y descubre patrones imposibles de detectar por el humano, logrando los avances físicos y químicos qué renuevan la historia: Detección temprana de cáncer, reconocimiento facial y biometría: (En seguridad y pagos), autos que se conducen sin intervención humana, simulaciones cuánticas de mundos completos, entre muchos otros.
Es por ello, entonces, que hablar de inteligencia artificial es hablar del presente más inmediato: En las recomendaciones que recibimos al ver una serie, en los sistemas que previenen fraudes bancarios o en los algoritmos que seleccionan a los candidatos ideales para un empleo. Lo que es aún más fascinante es que esta tecnología colabora con nosotros para resolver problemas haciendo posible lo imposible. Y eso debe significar transformación: estamos abriendo paso a una revolución poderosa, que está resignificando cómo vivimos.
¿Entonces, la IA ha superado y superará el cerebro humano?
Absolutamente. Pero, su conocimiento es estático y derivado. Diferente a nuestra facultad creativa cómo humanos. No entiende el mundo: simula entendimiento a través de patrones estadísticos. Como señalan Marcus & Davis (2019), estos sistemas, actualmente, “no razonan de forma confiable más allá del contexto para el que fueron entrenados”. Y, nuestro cerebro humano, en contraste, muestra plasticidad neuronal: al aprender, desaprender, transferir conocimiento y adaptarse a entornos inexplorados.
Es probable qué quizá llegue un día dónde seamos uno con la I.A. no obstante, mientras llega ese día, el corazón y la garra del humano seran los que nos adaptarán creativamente a complementarnos con ella, esos mismos qué nos llevó a construir palacios inefables y gigantes, cuando la tecnología solo nos permitía soñar y construir chozas.
¿Y cómo aprovecharla al máximo?
Así como el microscopio amplificó la vista sin reemplazar al ojo, debemos potenciar la capacidad humana con el análisis perfecto de una I.A., creando mejores sistemas de educación, salud, justicia y política, basados en la ciencia exacta y la moralidad. No podemos olvidar ser responsables y humanos con su uso, penalizando sin titubear aquellos usos indiscriminados y dañinos, porque somos los creadores de herramientas qué pueden superar nuestras capacidades y eso no significa qué seamos inferiores, simplemente, la tecnología nace de la genialidad humana, y es un complemento para engrandecer.
Por ende; No hay ceder JAMÁS nuestra identidad. Hay qué REDEFINIRLA: mientras la IA brille en la repetición eficiente, el ser humano tiene que ser indistinguible en la innovación ética, la sensibilidad y el juicio moral. Como afirma Martha Nussbaum, la humanidad no puede ser reemplazada porque no se reduce a datos. Cómo afirmaré en mi experiencia: somos almas, y cada alma, es única.
Comentar