“El presidente Petro si no le aprueban sus reformas llama a la violencia callejera, al desconocimiento de la ley y al enfrentamiento entre colombianos. El berrinche del presidente pone en peligro la democracia de Colombia.”
Se equivoca gravemente el presidente Gustavo Petro en pensar que porque ganó la presidencia de la República en 2022 el Congreso debe arrodillársele y aprobar cuantas cosas presente. Él que tanto habla de democracia debe saber que el Congreso es independiente y que también representa la voluntad del pueblo y, por lo tanto, toma decisiones de acuerdo a lo que el país requiere.
El país debe saber que, se está enfrentando con un gobierno que, amenaza, intenta extorsionar y aterroriza a los individuos con violencia e insurrección ciudadana. El presidente Petro NO puede, impunemente, decir que si el Congreso no le aprueba sus reformas, el país se envolverá en una espiral de violencia.
Colombia, con todas sus imperfecciones, tiene instituciones sólidas que hacen que los procesos dentro del estado cumplan unos requisitos de ley para poder garantizar la armonía institucional y democrática. Petro NO puede decir que hay un «bloqueo institucional», simplemente, el Congreso actúa según sus funciones y la Justicia – Cortes y Tribunales – también lo hacen de acuerdo a sus funciones constitucionales y legales.
No hay nada más antidemocrático y dictatorial que el presidente Petro alegue «bloqueo institucional» cuando no le aprueban sus reformas en el Congreso o en las Cortes y, en consecuencia, llame en una especie de extorsión, a la insurrección «popular» para defenderlas y que sea la violencia la que hable y no los mecanismos institucionales y democráticos.
Además, el presidente Petro, convoca, ante el virtual hundimiento en Senado de sus reformas, a una Consulta Popular que, dicho sea de paso, está prevista en la Constitución de Colombia. En honor a la verdad y a la lealtad intelectual, no está mal utilizar esa figura para preguntarle a los individuos si aprueban o no una política de un gobierno, pero hay que revisar muy bien si es la figura que aplica.
La Consulta Popular está prevista en la Constitución y reglamentada en la Ley 134 de 1994 en su artículo 52 que, a la letra dice:
«Artículo 52. – Forma del texto que se cometerá a votación. Las preguntas que se formulen al pueblo estará redactadas en forma clara, de tal manera que puedan contestarse con un “SI” o un “NO”.
No podrán ser objeto de consulta popular proyectos de articulado, ni tampoco la convocatoria a una asamblea constituyente, salvo cuando se vaya a reformar la Constitución según el procedimiento establecido en el artículo 376 de la Constitución Política y en esta ley.»
Así las cosas, ni la reforma laboral, ni la de la salud, ni la pensional deben someterse a la figura de la Consulta Popular porque son proyectos que, además de tener muchos artículos, no se pueden responder con un “SI” o un “NO”. Son proyectos que tienen mucha tecnicidad y muchas aristas que se deben estudiar y comprender bien. En todo caso, el presidente Petro debería , siquiera, hacer unas planas en una hoja con su lápiz que siempre lleva, diciendo: «los proyectos de articulado NO pueden ser sometidos a una consulta popular» a ver si así comprende que no todo está hecho para satisfacer sus caprichos.
Ahora bien, por otro lado, suponiendo que se hace la Consulta Popular, NO tiene los votos el presidente Petro para ganarla porque el censo electoral se elevó a, más o menos, cuarenta y un millones de personas, de las cuales se necesitaría, por lo menos, trece millones seiscientos mil votos para que aprueben sus reformas.
Y teniendo en cuenta que la desaprobación del presidente ronda el setenta por ciento, es decir que, siete de cada diez colombianos, rechazan su mandato y, por extensión, sus reformas, es casi imposible que le aprueben algo de ese tamaño y de esa magnitud.
Ni el presidente Uribe en su época de mayor popularidad le aprobaron un referendo, ni el presidente Santos en su, también , mejor momento de popularidad le aprobaron el acuerdo de paz y, mucho menos, a la alcaldesa Claudia López, le aprobaron la consulta anticorrupción. Será más difícil para Petro que le aprueben una Consulta Popular cuando sus números de aprobación gubernamental están por el piso.
Claramente, como siempre, el presidente Petro quiere saltarse el cumplimiento de la ley y, más bien lo que busca el presidente y su gobierno con la convocatoria de la Consulta Popular es, iniciar de frente y con marrullas las campañas presidencial y legislativas de 2026 utilizando chachara, retórica barata, mentiras, farsas y metiendo terror y miedo a cada colombiano.
En rigor, el presidente Petro al anunciar una Consulta Popular, renunció a su calidad de presidente y gobernante – eso en el caso de que alguna vez lo haya sido – y se puso el traje de jefe de campaña de la izquierda política y hasta de candidato presidencial. Colombia está sin presidente, lo que hay en la Casa de Nariño es un agitador y embaucador político.
El presidente Gustavo Petro NO tiene los votos para aprobar sus reformas en una consulta popular NI tiene los votos para reelegir su proyecto político en 2026. El presidente Petro está acabado política y electoralmente.
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