El pasado 16 de octubre, desde Jericó, Antioquia, el expresidente Álvaro Uribe Vélez manifestó nuestra preocupación por el deterioro de las relaciones diplomáticas con Israel. Porque si bien para nosotros no está en discusión que los Pueblos de Israel y Palestina merecen vivir en paz y cada uno tiene derecho a su Estado, su gobierno y su territorio; estamos convencidos que esto no se logra con la complacencia al terrorismo.
Creemos que el ataque de Hamás contra el pueblo y el Estado de Israel, merece el más enérgico rechazo de las democracias, y en especial de un país como el nuestro que ha padecido por décadas el martirio del terrorismo.
El miserable ataque del pasado 7 de octubre, llegó en un momento inoportuno, en que se venía avanzando en la paz del Medio Oriente; por eso nosotros hacemos un llamado a la reflexión del Gobierno Nacional, porque el deterioro de las relaciones con Israel en nada contribuye a la paz, solo estimula más violencia y le hace daño a nuestro país que tiene una relación histórica y fraterna con ese Estado, que es gran proveedor de tecnología.
El terrorismo pone el vilo los importantes esfuerzos que se venían haciendo desde hace décadas por la paz en Medio Oriente, como el restablecimiento de las relaciones con Egipto en 1979 y con Jordania en 1994; los Acuerdos de Abraham, firmados el 15 de septiembre de 2020 entre Israel y Emiratos Árabes y Bahréin, y el más reciente acuerdo con Arabia Saudita del 22 de septiembre de 2023 para restablecer relaciones diplomáticas, que se vio truncado por el atentado terrorista que llevó días después, al anuncio de la suspensión de negociaciones por parte de ese Reino.
Además, se pone en riesgo nuestra fluida relación comercial, que en promedio desde 2010 a 2021 fue de más de US$500 millones anuales, y que, gracias al TLC en 2022 llegó a US$1.075 millones en exportaciones y US$166,9 millones en importaciones. Nuestros principales productos son hullas, café, flores, piedras preciosas y carbón, y las importaciones aviones, helicópteros, equipos de transmisión, pesticidas e instrumentos médicos.
Israel, además, ha sido un gran aliado de la seguridad y desde 1970 un importante proveedor de ayuda militar, por ejemplo, con la licencia para producción de fusiles Galil, o de las pistolas para la Policía, aparatos especializados en ciberseguridad, drones y repuestos para Kfir. Los últimos contratos han sido en defensa antiaérea, mantenimiento de motores para Kfir, y veníamos trabajando en equipos de última tecnología como visores nocturnos, ayudas de navegación y tanquetas livianas para La Guajira.
Colombia ha tenido una política exterior estable, respetuosa e institucional, de la cual el primer Mandatario está obligado a ser intérprete y guardián, más allá de afinidades ideológicas y pensando en los intereses superiores de la Patria.
No nos llamemos a equívocos, no podemos equiparar las organizaciones terroristas con los pueblos que las padecen, Hamás no representa al pueblo Palestino, como las estructuras terroristas en Colombia, nunca representaron a nuestro pueblo. El terrorismo que es una amenaza contra la humanidad, no puede tener ninguna justificación; tiene que ser condenado y combatido con toda firmeza y determinación por los demócratas del mundo, en el marco del derecho internacional, porque no hacerlo nos termina convirtiendo en sus cómplices.
La pregunta es, si este es un nuevo error diplomático o Colombia empieza a elegir una línea totalmente diferente de países aliados.
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