“Nunca vi tantas manos juntas a pesar de no poder tocarse.”
Restaurantes cerrados, parques sin niños y bares sin música son parte de las escenas del capítulo Coronavirus 2020.
Muchos afirman que es “El año perdido” otros prefieren llamarle “El año en que todo cambió”, lo cierto es que, de lo que recordamos no ha habido un año igual, y ningún año lo es.
A lo largo de la historia sucedieron tragedias que, como resultado han marcado, han lastimado, incluso han acabado con partes de la población: Primera y Segunda Guerra Mundial, Revolución Francesa, La Guerra de los cien años, Guerra de Vietnam diferentes catástrofes naturales, entre otros. La diferencia es que esta vez nos tocó a todos, porque todos hemos perdido algo, y para muchos la vida cambió.
Y a pesar de tanto dolor y cambios, yo me atrevo a decir que es el Año Ganado.
Porque…
Nunca vi tantas manos juntas a pesar de no poder tocarse.
Un te quiero, un te extraño se dice con el alma y se siente tan real.
Respirar es valorado y se agradece el privilegio de poder hacerlo sin estar atado a un tanque de oxígeno.
Las plegarias elevadas al cielo fueron sinceras.
Por primera vez se dejaron de lado los aplausos a lo cotidiano del entretenimiento, aplaudiendo a los médicos que pusieron su entrega en cada misión.
Y en todo el mundo millones conocieron la misericordia de Dios.
Se perdieron vidas, es cierto. No podemos decir que no perdimos nada cuando perdimos tanto, pero no lo hemos perdido todo.
Ganamos en coraje, solidaridad, empatía, conciencia, esperanza y lo más importante amor por los nuestros y amor por la vida.
Recordado 2020, hay algo que todos ganamos.
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