El 29 de octubre de este año 2023 los ciudadanos vamos a elegir al nuevo alcalde o a la nueva alcaldesa de Medellín para el periodo 2024-2027. Las elecciones son el momento culmen de una democracia participativa dónde la ciudadanía asume la responsabilidad de elegir al nuevo líder que va a gobernar y administrar los recursos públicos en favor de todos los actores y sectores que conforman nuestra amada ciudad.
El Distrito de Medellín es una ciudad compleja que, aunque para muchos es motivo de admiración y de resiliencia, para otros es un territorio de inequidad, ilegalidad y violencia. Esta extraña paradoja que acompaña el sentimiento hacia nuestra ciudad nos hace habitarla desde una identidad y amor profundos y a la vez, desde una desilusión y crítica constantes.
Es por esto por lo que debemos ser conscientes de la importancia de participar en la vida pública en nuestros barrios, instituciones educativas, asociaciones o empresas porque sin el compromiso ciudadano ninguna sociedad sale adelante y menos la nuestra con tantos problemas y retos.
¿Sabían ustedes que hay más de 30 aspirantes hombres y mujeres que aspiran a regir los destinos de nuestra ciudad?
Estos ciudadanos y ciudadanas que buscan aspirar a la alcaldía por movimientos significativos de firmas o por el aval de sus partidos políticos creen tener las capacidades y cualidades para gobernar nuestra ciudad, pero vale la pena preguntarnos, ¿cuál es el alcalde que necesita Medellín?
En mi consideración el alcalde que necesita Medellín debe tener tres cualidades fundamentales: liderazgo, experiencia y transparencia.
El alcalde que necesita Medellín debe ser un líder que inspire y motive a los ciudadanos para que potencialicen al máximo sus capacidades y proyectos para el mejoramiento de su vida individual y familiar, así como de la vida social. Necesitamos un liderazgo unificador, mediador, alguien que sepa delegar, estructurar y planear un proyecto de ciudad para todos y todas, sin que el egoísmo personalista del poder perpetuo nos acabe la democracia.
Nuestro alcalde debe tener una premisa, la confianza. Confianza para un futuro mejor, confianza para vivir en una Medellín incluyente y habitable. El líder gobernante es aquél capaz de sentarse a dialogar con los diferentes sectores y grupos de influencia de nuestra ciudad, a pesar de sus diferencias y sus disensos.
El alcalde que necesita Medellín debe tener experiencia y formación en lo público y un amor infinito a nuestra Medellín. Esa experiencia la adquiere en diálogo con el pasado, con la historia de nuestra ciudad, con conocimiento profundo de sus territorios, de sus problemáticas y posibilidades. Sabe administrar lo público, es como un gerente que cuida de todos y de los bienes comunes en función del desarrollo integral de los ciudadanos y de la naturaleza que nos rodea.
El alcalde que necesita Medellín debe tener una hoja de vida limpia y transparente, lejos de investigaciones por malversación de dineros o incumplimiento de promesas. Sus palabras y acciones deben coincidir porque es el primer ejemplo que seguir para sus ciudadanos.
Ojalá el 29 de octubre elijamos el alcalde que necesita Medellín.
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