El abrazo de Colombia

Fue en el auditorio más grande, del edificio más moderno e ícono de la ciudad, en el marco del Festival Internacional de Cine de San Sebastián 2015 (España); ciudad que es en el 2016 la Capital Europea de la Cultura. Aquí fue donde se presentó El Abrazo de la Serpiente, fue aquí donde vi por primera vez la película.

Comenzó la presentación oficial en Euskera (idioma local del País Vasco), luego algunas palabras de Jan Bijvoet –actor de la película-, quien en inglés decía a los espectadores que la película logró conmoverlo y se sentía orgulloso de haber asumido el papel. A continuación, ya en español “anglosajón“ leyó una breve carta que Ciro Guerra había enviado, excusándose por no poder asistir. Reconozco que me tocó el final de la misiva: “estoy en Colombia, país en el que luego de más de medio siglo, estamos más cerca de alcanzar la Paz”. Ahí estallaron los primeros espontáneos aplausos del público, fue un aplauso para una Colombia perseverante; y sin más, se apagaron las luces y comenzó la maravilla.

Finalizada la película, vino la tertulia entre los visitantes internacionales al Festival de Cine, les gustó que la película grabada en la selva colombiana fuera a blanco y negro, ya que aunque se “desaprovechó” el color, fue muy bien recibida la solemnidad que ésa decisión le imprimió a la cinta; Cada quien vio los colores según las escenas pasaban: el blanco asociado al caucho fue potente, la mezcla del río y el tono de la piel indígena fue solemne, los dramas y las euforias tenían su propio matiz. Color hubo.

Al finalizar, muchísimos asistentes se acercaron al actor que representaba a la película; él hablaba de Colombia, de la Amazonia, de la lluvia que abriga, de la sonrisa sincera de rostros macondianos; era inevitable que él no relatara al país, él en ese momento era un embajador nacional; así como todo espectador, que luego hablara sobre la cinta, todos se convertían en embajadores del talento nacional.

El Abrazo de la Serpiente me dejó con el pecho hinchado de orgullo; escuchar las críticas positivas, ver los rostros de los espectadores que se sorprendían… La película es en esencia, uno de los tantos ejemplos del talento colombiano. Fue gratificante que entre las pocas películas seleccionadas para el Festival, estuviese ésta de mi país. Es muy merecido que ahora está a punto de ganarse un Oscar.

En realidad sentí cómo Colombia abrazaba a todos los espectadores, ésa es la verdadera forma en la que el colombiano de a pie le dice al mundo que el país está cambiando. Así es como se transforma la imagen de una nación: trabajando. Felicito a Ciro Guerra, su película fue ganadora desde que comenzó a arrebatar aplausos en Festivales de Cine.

 

Juan David Cruz Negrete

Profesional en negocios, especialista en proyectos de inversión y magíster en dirección de empresas. Feminismo y Ahimsa. Nací en la multiculturidad hecha península; La Guajira.

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