El 20 de julio se presentó una asonada en el sector Belén Altavista, a raíz de un enfrentamiento entre la banda criminal “Los Chivos” y la Policía Metropolitana. El combate fue de tal magnitud, que tuvo que hacer presencia el Grupo Operativo Especial de Seguridad, de la Policía Nacional. Infortunadamente, el resultado dejó un saldo de 3 civiles y 4 policías heridos. Ahora, las acciones que realice la alcaldía de Medellín en conjunto con las instituciones de seguridad y la inversión social será determinante para el futuro de estas estructuras criminales y el de la paz y seguridad de los ciudadanos.
Los ilegales no pueden generar territorios vedados para la ciudadanía. Por lo mismo, es necesaria una estrategia integral de seguridad y de intervención en puntos estratégicos de la ciudad. Una intervención donde se combata las fuerzas criminales que amenazan la tranquilidad de los medellinenses; pero, también se les ofrezca incentivos y oportunidades a los ciudadanos para permanecer en la legalidad. Es mantener la lucha frontal contra los criminales y, además, apoyar la legalidad como una mejor manera de vivir.
Es decir, así como no basta con alta inversión social, sin esfuerzos en materia de seguridad; tampoco es suficiente una alta inversión en seguridad, si no hay una oferta amplia de las instituciones públicas en los sectores intervenidos. De modo que, la alcaldía tiene una alta meta, lograr que sus esfuerzos en materia presupuestal se vean reflejados en las inversiones en puntos y zonas críticas de la ciudad. Pero además, lograr que las relaciones entre la ciudadanía y los oficiales de la policía y las fuerzas armadas sean de confianza y colaboración.
En este sentido, es necesario una estrategia de seguridad constante y firme, que más allá de lo coyuntural y temporal, haga una presencia constante en el territorio. Asimismo, un trabajo articulado entre las distintas instituciones y organizaciones puede permitir aumentar el número de capturas de integrantes de las bandas delincuenciales y avanzar en el desmantelamiento de estas mismas.
Queremos celebrar la actitud que ha tenido la alcaldía de Medellín respecto al crimen organizado: No negar las realidades, aceptarlas y afrontarlas. En la ciudad, la ilegalidad tendrá que entender que las instituciones públicas no pueden pasar de “agache”; sino que, tanto la ciudadanía como el Estado están en una cruzada por tener un territorio seguro y en paz. Por ende, los criminales, a temer; la alcaldía, a trabajar; y los ciudadanos, a unirse.
Al Poniente pregunta, ¿A raíz de la asonada que provocaron bandas criminales en Medellín, es necesaria la presencia de militares especializados, en orden de combatir las Bacrim? ¿Qué iniciativas podrían ser tenidas en cuenta por la alcaldía para frenar el avance de los grupos ilegales y recuperar el territorio para la ciudadanía?