¿Dónde quedamos las mujeres?

Razón tenía Simone de Beauvoir cuando expresaba que bastaba una crisis política, económica o religiosa para poner en cuestión los derechos de las mujeres. Es por esto por lo que es de vital importancia preguntarse – teniendo en cuenta los resultados de las pasadas elecciones y a menos de dos meses para que empiecen las gestiones de las nuevas administraciones – sobre qué le espera a la agenda de mujeres en la ciudad y el departamento, además de quienes podrían ser los o las posibles abanderadas de garantizar nuestros derechos en los espacios de toma de decisión durante el periodo 2024- 2027.

Primero hay que resaltar, según los datos presentados por la Registraduría, que de los dieciséis candidatos a la alcaldía de Medellín solo tres eran mujeres: María Paulina Aguina, Deicy Bermúdez y Liliana Rendón las cuales obtuvieron 13.004, 4.244 y 2.785 votos respectivamente, que, si bien fueron pocas, no se compara con el lamentable panorama a la gobernación de Antioquia debido a que en el tarjetón no se evidenció la postulación de alguna mujer.

Ahora bien, en lo concerniente a la asamblea departamental aspiraron para el cargo de diputados/diputadas 148 hombres y 101 mujeres lo que en porcentaje correspondía al 59,4% y el 40,6% respectivamente. Tras el resultado de las elecciones quedó decidido que sólo dos de los veintiséis escaños van a ser ocupados por mujeres: Verónica Arango, la candidata más votada por el partido Centro Democrático quien repite curul tras obtener 64.768 votos y Julieth Zulema Zapata del partido político Creemos con 24.195 votos.

Por último, de los 310 candidatos y candidatas que se postularon para ocupar uno de los veinte escaños disponibles en el Consejo de Medellín (porque el número veintiuno será ocupado por el Estatuto de Oposición a la cabeza de Juan Carlos Upegui) solo cuatro mujeres lograron posicionarse; ellas son: María Paulina Suárez Roldán de Creemos, Claudia Victoria Carrasquilla Minami y Leticia Orrego Pérez ambas por el Centro Democrático y Janeth Hurtado Betancur por el partido ASI.

Lo anterior permite poner de manifiesto un panorama muy incierto en lo concerniente con la representatividad de las mujeres. A pesar de los avances en materia electoral para la paridad de género, aún son evidentes las brechas para que las mujeres puedan acceder a cargos públicos, y con ello, que las discusiones en torno a las problemáticas que nos aquejan puedan ponerse sobre la mesa. Se resalta además que la gran mayoría -por no decir todas- de las mujeres elegidas para Asamblea y Concejo en el territorio se ubican en el ala derecha del espectro ideológico, una corriente que se ha caracterizado por oponerse, por ejemplo, a nuestro derecho al IVE.

Conforme a ello, los retos que enfrenta la administración de Federico Gutierrez en cuestión de género no son pocos. Tal como lo expone el Observatorio Colombiano de Feminicidios con datos desde enero a septiembre del presente año el en Distrito Medellín se presentaron 21 feminicidios, siendo esta la cifra más alta en comparación con los demás municipios del Valle de Aburrá.

Fuente: Observatorio Colombiano de Feminicidios (2023)

Después de este cuatrienio Gutiérrez recibe una ciudad en la que se han presentado más de 1.400 casos de vulneración por el delito de Explotación Sexual Comercial de Niñas, Niños y Adolescentes -ESCCNA- (Alcaldía de Medellín; 2023) problemática que afecta de manera particular a las niñas y jóvenes en condición de desprotección, por lo que es necesario hacer el llamado a la prevención y reparación a esta población ante este delito y con ello, que se implementen medidas efectivas ante el mal llamado “turismo sexual” el cual ha venido en aumento los últimos años que expone a diferentes peligros a las mujeres en la ciudad.

Si bien se mencionaron sólo dos grandes problemáticas, son muchos los derechos de las mujeres los que están en juego tras los resultados electorales, como la garantía al acceso oportuno del aborto – y más con un alcalde que ha manifestado abiertamente estar en contra- la aplicación y promoción de medidas en contra de las VBG, la seguridad, la reducción de las brechas salariales y en el acceso a oportunidades laborales y de educación, son sólo algunos de los retos que necesitan ser atendidos, y, que se espera, sean atendidos al menos desde el estatuto de oposición.

Estas discusiones no son menores ni están agotadas, los derechos de las mujeres son derechos humanos que deben defenderse desde los cargos de poder, las aulas y las calles; por ello, cuando en uno de estos espacios no están sigo garantizados es necesario que se intensifique la veeduría en las otras instancias para prevenir con ello que se retroceda en el cumplimiento a nuestros derechos. Nunca más habrá una política sin nosotras ni para nosotras.