“Diversas instituciones reconocidas del ámbito económico —como Fenalco, ANIF o el Consejo Privado de Competitividad— advirtieron que los incrementos del salario mínimo legal vigente en 2024 y 2025 podrían traducirse en un aumento significativo del desempleo, con estimaciones que incluso lo ubicaban entre el 10 % y el 11 % para el año en curso. Sin embargo, los datos recientes muestran una realidad distinta, que invita a revisar los supuestos sobre los cuales se construyeron dichos pronósticos”
El más reciente informe del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) revela que, para junio de 2025, la tasa de desempleo en Colombia se ubicó en 8,6 %, el nivel más bajo registrado desde 2017. Este resultado consolida la tendencia observada en los últimos trimestres hacia un desempleo de un solo dígito, reflejando una evolución positiva del mercado laboral en el contexto actual.
Un dato particularmente relevante del informe es la comparación interanual, que muestra una disminución significativa frente a junio de 2024, cuando la tasa de desempleo se situaba en 10,3 %. Esta variación de 1,7 puntos porcentuales se traduce, en términos absolutos, en un incremento estimado de más de 831.000 personas ocupadas en el país durante el último año, lo que constituye una señal clara de mejora en las condiciones de acceso al empleo.
Este comportamiento positivo en el mercado laboral puede interpretarse como un reflejo de una economía con signos de dinamismo, en la que se evidencia una mayor movilidad de recursos y fortalecimiento del consumo. La creación neta de empleos suele estar asociada a entornos en los que la actividad económica gana tracción, se reactiva la demanda de bienes y las unidades productivas —formales e informales— encuentran condiciones propicias para expandir su operación. En este sentido, la mejora en los indicadores de ocupación no solo representa un dato estadístico favorable, sino también una señal concreta de que la economía colombiana mantiene una capacidad resiliente para generar oportunidades en un contexto global y nacional aún desafiante.
No es menor el contraste entre los resultados observados y algunas de las proyecciones que, en su momento, anticipaban un escenario menos favorable para el mercado laboral colombiano. Diversas instituciones reconocidas del ámbito económico —como Fenalco, ANIF o el Consejo Privado de Competitividad— advirtieron que los incrementos del salario mínimo legal vigente en 2024 y 2025 podrían traducirse en un aumento significativo del desempleo, con estimaciones que incluso lo ubicaban entre el 10 % y el 11 % para el año en curso. Sin embargo, los datos recientes muestran una realidad distinta, que invita a revisar los supuestos sobre los cuales se construyeron dichos pronósticos. Esto sugiere que ciertos enfoques tradicionales, centrados en una visión ortodoxa del mercado laboral, pueden resultar insuficientes para comprender plenamente la dinámica económica y social del país.
Recientemente, diversas opiniones de algunos analistas económicos de instituciones empresariales o técnicas han sostenido que la disminución del desempleo se explica, en realidad, por un incremento de la informalidad y una supuesta contracción del empleo formal. Si bien es cierto que una parte importante de los nuevos empleos generados corresponde al segmento informal —lo cual impacta la participación porcentual de este tipo de ocupación—, ello no implica una disminución del empleo formal en términos absolutos. Por el contrario, estimaciones propias realizadas a partir de las bases de datos del DANE muestran que, para junio de 2024, el total de personas ocupadas formalmente en Colombia superaba los 10,131 millones, y que para junio de 2025 esa cifra ascendió a aproximadamente 10,475 millones. Esto indica que, en el último año, más de 344.000 personas se han incorporado a formas de ocupación formal. La evidencia empírica —medida en términos absolutos— sugiere una trayectoria de recuperación sostenida del empleo formal desde el año 2022, desmintiendo así las afirmaciones que sugieren un deterioro estructural de este segmento.

Por el bien de la economía nacional, es deseable que la tendencia a la baja en la tasa de desempleo se consolide en el mediano plazo. No obstante, será fundamental observar con atención los efectos que la implementación de la reforma laboral pueda tener sobre el mercado de trabajo, especialmente ante las reservas que aún mantienen algunas instituciones económicas frente a sus posibles impactos. En cualquier caso, el comportamiento reciente del desempleo —con una trayectoria descendente en los últimos años— ofrece un punto de partida alentador para el seguimiento y evaluación de las transformaciones en curso.
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