La carga impositiva en Colombia es de las más altas del mundo, el crecimiento desmedido de impuestos para cubrir el hueco fiscal, que en los últimos años se ha propiciado en Colombia es tremendamente alto. Según el portal Bussines Insider de Reino Unido y una publicación del diario Vanguardia en 2016, Colombia ocupaba el cuarto lugar dentro de los países con más impuestos en el mundo.
En el comportamiento macroeconómico Colombia no despega, basta con ver los indicadores económicos. Cuando se analizan las cifras en el país en el campo del crecimiento económico, los resultados son poco alentadores, crecimientos del 1,1% – 1,2% en un país que crecía al 7% – 8% hace menos de 12 años, da una primera señal. Ahora bien, uno podría creer que dicho comportamiento se debe a crisis económicas externas y hasta internas, sin embargo, cuando se compara el crecimiento económico respecto al gasto público, el resultado es que en Colombia es más lo que se gasta que lo que crecemos. En otras palabras, hoy en Colombia hay mayor gasto público que crecimiento económico, lo cual conlleva a que exista crisis económica.
En casos como el expuesto anteriormente, lo que debe protegerse es la clase media del país, el sector productivo y el comercio, intentando prestar las medidas que estén al alcance del Estado para al menos mantener la economía estable, contrario a lo que en las últimas Reformas Tributarias se ha estipulado, en medidas arbitrarias como lo fue subir el impuestos de ventas, el IVA, de 16% a 19%, sin tener ningún criterio de progresividad y por tanto afectando los sectores ya mencionados en el país en el marco de las relaciones comerciales.
Esta medida seguramente ha tenido impacto en las finanzas del Estado, al incrementar el recaudo percibido del aumento en este impuesto, como lo fue en el primer semestre de 2017, que según la DIAN se recaudaron 2,2 billones de pesos, sin embargo la doble partida – como se conoce en la contabilidad – se ve reflejado en el ciudadano de a pie y en el comercio del país, el cual según cifras, se desaceleró el consumo y se disminuyeron las ventas reales al 1,4% entre enero y mayo de 2017, cuando antes crecía al 2,7%, lo cual mantenía el comercio nacional.
Dado el momento que hoy pasa la economía nacional, con pocas alternativas de solución, me acojo a la propuesta hecha por el precandidato Carlos Holmes Trujillo, la cual está basada en disminuir el IVA, una disminución responsable, una reducción que esté de acuerdo a la situación económica del país, donde a medida que el país mejore en términos de crecimiento económico, el IVA disminuya en un porcentaje establecido en una tabla técnica que indique cual debe ser esta disminución y como dicha disminución se aplicaría en los productos.
En otras palabras, a medida que el país crezca habrá menor IVA, esto porque si mejoramos en crecimiento económico, se entiende que subirán las ventas, habrá mayor empleo y el Estado en lugar de recaudar dinero, lo que debería es permitir que este circule en el mercado para propender un crecimiento vigoroso de la economía nacional.
PD: Tenemos que hacer esto con toda la determinación, vigorosidad y sobre todo con voluntad de gobierno para que el comercio y la economía del país crezca en los próximos años.