“no se puede olvidar nunca que el grupo Hamás no dudará o dudaría en llevar acabo un genocidio judío en caso de disponer de los medios para hacerlo”
La más reciente escalada de violencia entre Israel y Hamás ha dejado más de 200 víctimas mortales, situación que ha generado que, una vez más, los ojos del mundo y las críticas de defensores de Derechos Humanos, se centren sobre la región que genera discordia entre israelíes y palestinos.
Como internacionalista (y sin intención de excusar el actuar del Estado de Israel, pues al mismo tiempo me preocupa la violación de los Derechos Humanos a las personas que habitan la región), me parece clave recordar que el Estado de Israel está actuando con miras a la realización de su interés nacional; en este caso, garantizar la seguridad del país y de sus ciudadanos. No se puede olvidar que la idea de un Estado judío resulta de la búsqueda de paz y seguridad para un pueblo históricamente perseguido, aunque ciertamente sobrepasaron los límites geográficos inicialmente otorgados.
En cuanto al conflicto bélico entre Israel y Hamás (que es el tema específico al que me quiero referir, pues hay otras situaciones que claramente merecen el rechazo por parte de toda la comunidad internacional) que, le ha merecido tantas críticas al gobierno israelí, considero fundamental señalar, sin probabilidad de error, una innegable diferencia moral entre los actores mencionados.
Por un lado, Israel actuando en la búsqueda de consecución de su interés nacional, ataca puntos estratégicos para el amenazante brazo militar del grupo Hamás o lugares donde se encuentran individuos pertenecientes a este grupo, con una (si bien no perfecta) buena precisión y evitando causar mayores daños colaterales informando con anticipación la realización del ataque. Esto ya que, como es bien sabido, Gaza, lugar desde donde realiza operaciones el grupo Hamás, es una de las regiones más densamente pobladas en el planeta (3.881 personas por kilómetro cuadrado)1.
Por el otro lado, el brazo militar de Hamás usa la densidad poblacional para esconderse, es decir, usa escudos humanos; asimismo, lanza ataques indiscriminados hacia Israel, afectando inclusive a palestinos, por lo cuales se supone que lucha. Además, no se puede olvidar nunca que el grupo Hamás no dudará o dudaría en llevar acabo un genocidio judío en caso de disponer de los medios para hacerlo. En su carta fundacional, se expresa:
El Profeta, que Alá le bendiga y le dé la salvación, ha dicho: “El Día del Juicio no llegará hasta que los musulmanes combatan contra los judíos (matando a los judíos), cuando el judío se esconderá detrás de piedras y árboles. Las piedras y los árboles dirán: Oh musulmanes, oh Abdulla, hay un judío detrás de mí, ven a matarlo”. (pp.5-6)
Para finalizar, he de mencionar que apoyo los llamados de la sociedad internacional para que cese la violencia y la negociación, pues se está causando dolor y muerte a muchas personas inocentes. Sin embargo, el hecho de que un país como Estados Unidos (que ha realizado un importante número de ataques e intervenciones arbitrarias) condene el actuar del Estado israelí, hace surgir la cuestión de ¿Con qué autoridad moral lo hacen? A pesar del terrible daño colateral, es cierto que los israelíes han utilizado más moderación en su lucha contra Hamás de lo que los estadounidenses y los europeos han utilizado en cualquiera de sus guerras.
Referencias:
1. Comité Español de la UNRWA. (2010). Gaza concentra una alta densidad poblacional. PalestinaLibre.org. https://www.palestinalibre.org/articulo.php?a=21177#:~:text=La%20densidad%20de%20poblaci%C3%B3n%20en%20Gaza%20(3.881%20personas%20por%20kil%C3%B3metro,40%25%20entre%201997%20y%202007.
2. Carta fundacional de Hamás. (1988).
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