“quienes nos autodenominamos demócratas hemos de condenar todas las dictaduras y todos los autoritarismos, provengan del sector político de donde provengan.”
El pasado 28 de julio de 2024 se llevaron a cabo las elecciones presidenciales en Venezuela, que, supuestamente, dieron como ganador a Nicolás Maduro y que lo harán presidir desde 2025 hasta 2031. Sin embargo, María Corina Machado y Edmundo González, miembros de la oposición y contradictores del régimen venezolano, han denunciado ante el mundo que Maduro y su régimen se robaron las elecciones, pues las actas en principio lo daban como ganador a González Urrutia con un porcentaje de alrededor de 67% de los votos. En ese sentido, procederé a analizar todo el proceso electoral venezolano, en aras de demostrar que es un régimen tramposo y autoritario.
En primer lugar, la tiranía de Maduro inhabilitó indebidamente a María Corina Machado. Sabían que María Corina era la opositora más fuerte que tenía el régimen, ya que logró unir a la oposición venezolana en una sola. Por ello, le impusieron una sanción de 15 años sin poder ocupar cargos públicos.
En segunda instancia, el país vecino no permitió que durante el proceso electoral hubiera testigos electorales, por ejemplo, no dejaron entrar a políticas colombianas como Claudia López o Angélica Lozano, ni tampoco a la Unión Europea. Así, pues, resulta inverosímil que Maduro diga que Venezuela tiene una democracia ejemplar cuando no avaló la posibilidad de que sujetos independientes vigilaran cómo se llevó a cabo el proceso electoral.
Por otro lado, en Twitter (X) circularon videos de colectivos chavistas que se tomaron las urnas con los votos dentro, cosa que, en una democracia, debería ser competencia única y exclusiva del Consejo Nacional Electoral, no de grupos que apoyan al Gobierno o a la oposición.
Finalmente, como última prueba, el régimen de Maduro no quiso mostrar las actas de escrutinio que enseñaban verdaderamente los votos que había ejercido la ciudadanía venezolana. En cualquier democracia real del mundo, por más matices que se tengan, inmediatamente al final de que se lleven las elecciones, se muestran los resultados. ¿Por qué el CNE no los quiso mostrar? ¿Estaban evitando mostrar que González Urrutia había ganado? ¿Estaban adulterando los resultados?
En definitiva, quienes nos autodenominamos demócratas hemos de condenar todas las dictaduras y todos los autoritarismos, provengan del sector político de donde provengan. En este caso concreto de Venezuela, para nadie es un secreto, supongo, que estamos ante un chavismo capaz de silenciar sus opositores, combatir la protesta pacífica y robar las elecciones, todo con la finalidad de quedarse en el poder y nunca soltarlo. ¡Vaya democracia!
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