Con lealtad democrática quienes perdimos en el plebiscito aceptamos la derrota y pedimos a quienes ganaron que asumieran la responsabilidad de su victoria. Mientras Marta Lucía Ramírez, Pastrana y algunas iglesias sí han presentado propuestas concretas, el Centro Democrático, que se apropió de la vocería del ‘No’, ha hecho gala de su oportunismo y ambición. Primero su jefe de campaña confesó que hicieron una campaña basada en mentiras para causar indignación e incentivar el voto “verraco” por el ‘No’. Segundo, se lavaron las manos diciendo que no sabían quién era su propio gerente ni qué había hecho. Y tercero, no presentan propuestas sino “lineamientos” que en nada reducen la impunidad de “la Far” sino la de ellos mismos: por ejemplo, que no se actualice el catastro, no se cobre predial rural, no se dé tierra a campesinos, y que los militares que cometieron falsos positivos reciban beneficios judiciales sin confesión, ¡no va y sea que nombren al jefe! Dilatan y dilatan, demostrando que lo que les preocupa es minimizar su riesgo por el prontuario pasado y maximizar sus ambiciones electorales del 2018.
Ante ese panorama quienes sí queremos destrabar la paz tenemos que responder lealmente al resultado del plebiscito, tomar la iniciativa y proponer ajustes sustanciales, no solo maquillaje, sobre los temas críticos que, más allá de las mentiras y ambiciones de algunos del ‘No’, generan legítimas preocupaciones en sectores de la ciudadanía y víctimas de las Farc. Dejo algunas propuestas a consideración.
- No incluir todos los Acuerdos de La Habana en la Constitución indefinidamente. Si bien los Acuerdos de Paz pueden constituir un Acuerdo Especial conforme a los Convenios de Ginebra, al bloque de constitucionalidad solo debe entrar lo estrictamente relacionado con los compromisos relacionados con DIH y DDHH, por un tiempo limitado, y como criterio de control e interpretación para su implementación.
- Precisar el área, condiciones y obligaciones en las que se restringirá la libertad de sentenciados como máximos responsables de delitos atroces para que constituya una sanción efectiva y no simbólica. Si los del ‘No’ insisten en que solo puede ser cárcel, la misma sanción debe aplicarse no solo a exguerrilleros condenados por delitos atroces sino a cualquier aforado, incluyendo expresidentes (cuya impunidad se garantizaba en los Acuerdos que fueron rechazados con la victoria del ‘No’).
- Reconocer la conexidad, pero no amnistiar, sino juzgar el delito común del narcotráfico en la Jurisdicción Especial para la Paz, aplicando los beneficios judiciales allí contemplados, pero sujetos a confesión y colaboración efectiva: erradicación y sustitución de cultivos ilícitos, entrega de información y de bienes para reparar materialmente a las víctimas de las Farc.
- Que los derechos de participación en política de los condenados por graves delitos se recuperen progresivamente tras el cumplimiento efectivo de la pena. Esto en la práctica implicaría que esos condenados no podrían ser candidatos en elección alguna antes del 2022. Para entonces el grueso de las sanciones, erradicación de narcotráfico y desminado debería haberse completado y la sociedad podrá juzgar el cumplimiento de lo acordado.
- Ponerle un límite de máximo 15 años al cumplimiento de los Acuerdos y a la existencia de la Jurisdicción Especial para la Paz, cuyas garantías de imparcialidad deben maximizarse.
- Asegurar la participación plural de las autoridades y comunidades en las instancias de seguimiento e implementación de los Acuerdos, sin limitar las competencias de las autoridades locales ni permitir el monopolio de exguerrilleros de las Farc en las mismas.
- Que las Farc den razón precisa de los secuestrados, desaparecidos y niños reclutados.
Además de movilizar la #PazALaCalle y exigir #AcuerdosYA tenemos que reconocer preocupaciones legítimas del ‘No’, ser propositivos y pedirle al Presidente que cierre antes del 30 de octubre la recepción de propuestas y pase a la renegociación con las Farc para tener unos nuevos Acuerdos este mismo año. ¡Por la paz todo! ¡A la guerra, nunca más!