“Cuando los que mandan pierden la vergüenza, los que obedecen pierden el respeto”.
George C. Lichtenberg
A escasos meses de realizarse los comicios electorales a nivel local en todo el territorio nacional, es importante hacer análisis profundos, ser objetivos y consecuentes con nuestro voto y así sea una frase de cajón “votar a conciencia”.
Antes que nada, debemos ser conscientes de una realidad importante, y ésta es, que los partidos políticos están fracturados, la credibilidad de los ciudadanos frente a los líderes de los mismos es casi nula, y a esto debemos darle el valor agregado de la corrupción por parte de quienes conforman la clase política colombiana.
Si retrocedemos en el tiempo, nos daremos cuenta que durante toda nuestra existencia hemos derramado sangre a causa de los partidos políticos, que en un inicio eran los tradicionales (Liberal y Conservador),o bueno no por culpa de dichos partidos, pues sus plataformas ideológicas están bien fundamentadas desde las perspectivas de quienes pregonan las mismas, si no que hemos sido títeres de las manipulaciones de algunos líderes de estos movimientos, que siempre han actuado en pro de unos intereses personales, empresariales o institucionales, muestra de ello es que en el año 1948, cuando Ezequiel Rojas planteó como idea liberal la transformación, las libertades humanas y la búsqueda de un Estado con leyes generales para todos, los defensores de la continuidad del estado colonial por medio de ideas conservadoras se opusieron a dichas proposiciones por el hecho de que se afectarían sus intereses económicos y la pérdida de su “estatus social”, luego a lo largo de la historia y después de que los menos favorecidos en la sociedad Colombiana querían ser reconocidos como seres humanos iguales, en cada época, en cada circunstancia, siempre han sido opacados, silenciados y sacrificados por ese otro porcentaje de la sociedad que sienten como amenaza cualquier posibilidad de cambio que afecte sus intereses propios.
El Conservatismo, aún limita muchas de las libertades propias del ser humano, actúa en pro de intereses que beneficien sólo a una parte de la sociedad que representan, por el contrario el liberalismo, defensor de las libertades innatas, del bien común y del beneficio colectivo, aún conserva en su plataforma ideológica una esperanza para una sociedad eternamente desigual; de estos 2 partidos han surgido disidencias, las cuales han tenido sus motivos para no permanecer en la cuna del tradicionalismo institucional; hoy por hoy tenemos 15 partidos políticos en el país, pero si analizamos cada una de sus ideologías son vertientes o disidencias de los movimientos tradicionales, algunos han sido desterrados de sus partidos, otros conscientes de que estaban en el lugar equivocado han migrado, pues los manejos por parte de los líderes no han sido los adecuados y se sienten permeados de corrupción o malos manejos, otros tantos no se sintieron representados por las ideologías, independientemente del caso que sea, no se sentían a gusto y es mejor partir de donde no hay comodidad alguna, eso sí, siendo acorde con las ideologías propias que se tiene como ser humano único e irrepetible, y tocando este tema quiero expresar una postura que siempre he defendido, y en su momento la expresé: Colombia está lleno de Liberales muy conservadores y a su vez de conservadores muy liberales, y ahí está la falla, utilizan a los partidos políticos como trampolines, mas no como instituciones respetables, y en ese momento y por esas actuaciones inicia el fracaso de los movimientos, gracias a estos líderes sin identidad ideología.
La invitación para todos los Colombianos frente a la fiesta electoral que se avecina es que votemos bien, si somos de ideología liberal no podemos apoyar a una persona o partido que represente lo más bajo del conservatismo, si somos de ideología conservadora no es posible apoyar a alguien que defienda las libertades humanas, no elijamos a una persona que no esté a la altura de lo que representa nuestra ideología, no cometamos el error de ser ignorantes y creer que votar es como presenciar un espectáculo de fútbol, no olvidemos que a quien vamos a elegir es quien va a administrar nuestros recursos durante 4 años, y que esos recursos serán manejados de acuerdo a cómo sus valores humanos, su educación y su ideología lo dispongan.
Tratemos de elegir bien, para que más tarde, como ha pasado por más de 200 años no nos quejemos del voto que dimos y continuemos padeciendo la agonía de un círculo vicioso que cada día nos convierte más y más en una sociedad desigual, intolerante y polarizada por los caudillos que ya están mandados a recoger y que solo se encargan de jugar con los intereses de nosotros, los que representamos el mayor porcentaje de la sociedad, es decir, la clase trabajadora de este país.
@edisonuribe