Desigualdad: ¿Igual da?

Cuando se habla de desigualdad, se suele pensar en el de más y en el de menos: en el de arriba y en el de abajo. Sin embargo, una forma útil de analizar el fenómeno de la desigualdad, es con un par de frutas; una pera y una manzana son distintas, sí, pero no es más una pera que una manzana. Del mismo modo, cada ser humano tiene cualidades naturales que lo diferencian de los demás, y esto no implica que por tener distintas cualidades, unos seres humanos son o valen más que el resto. Hay personas que son dotadas genéticamente desde antes de nacer con cualidades que, de ser aprovechadas, les brindan una ventaja natural sobre los demás.

Comparemos a un sujeto A y otro B: dos personas totalmente diferentes, que han tenido diferentes oportunidades y tienen rasgos distintivos. No podemos comparar la situación actual del individuo A, bajo las virtudes y condiciones de un individuo B, pues las decisiones que tomó A y el entorno en el cual se desarrolló, fueron factores determinantes para los resultados actuales. La desigualdad es una condición natural de la humanidad, además de que vivimos en un mundo de escasez. Es decir, no hay de todo, para todos y todo el tiempo, y en un mundo de escasez la única manera de igualar a todos es hacia abajo. Lo que realmente importa, es que los sujetos A y B puedan operar e interactuar bajo un marco institucional igualitario, esto es, que las reglas de juego sean las mismas para ambos.

Constantemente, se toman como sinónimos desigualdad y pobreza. Esto es un grave error, pues no son lo mismo. Un ejemplo simple para verlo, es la fortuna de Elon Musk, que ronda los USD$ 147.000 millones, y la de Bad Bunny, que se ubica en USD$ 18 millones, aproximadamente; entre Elon Musk y Bad Bunny existe una desigualdad tremenda, pero en ningún caso podríamos asegurar que Bad Bunny es pobre. Desigualdad no es sinónimo de pobreza, ni igualdad sinónimo de riqueza. A saber, Cuba tiene un Coeficiente de Gini de 0,47, y Colombia de 0,52, lo que de forma técnica indica que Colombia es una sociedad más desigual que Cuba; sin embargo, la pobreza en Colombia es de 39,3% y en Cuba de 51% de la población. ¿Cómo puede ser que un país con más igualdad tenga más pobreza?


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Probablemente, estamos gastando fuerzas en luchar por la igualdad, cuando lo que realmente importa es solucionar la pobreza. Nadie, nunca, en la historia de la humanidad ha muerto a causa de la desigualdad; no obstante, todos los días, millones de personas mueren a causa de la pobreza. Los recursos son escasos y los recursos del Estado provienen de los bolsillos de todos los ciudadanos. La lucha sin fin de algunos Estados por lograr la igualdad, ha orquestado las peores catástrofes socioeconómicas nunca vistas, como es el caso de Argentina o Venezuela, donde el imposible ideal de la igualdad, ha destrozado a dos naciones que hace poco menos de 100 años peleaban entre sí para quedarse con el lugar de la nación más próspera de Latinoamérica; lamentablemente, hoy se disputan el primer lugar de la nación más miserable del continente.

No es que la desigualdad no importe, sino que, en principio, da igual. El economista Simon Kuznets en su hipótesis (la Hipótesis de Kuznets), muestra como los países pobres serían, al inicio, igualitarios; sin embargo, a medida que se van desarrollando, el ingreso se concentra y la distribución del ingreso empeora. Luego, con el desarrollo posterior, vuelve a ser igualitario y dicha desigualdad se nivela. Es decir, en la carrera contra la pobreza, las desigualdades incrementan porque hay unos que llegan primero, pero una vez acabe esa carrera, la pobreza se ha superado y todos pueden gozar de mejores condiciones que antes, fuera de que las brechas se empiezan a cerrar.

El camino para solucionar la pobreza pasa por las tierras de la desigualdad, y la brújula para culminar exitosamente el camino es la libertad. Como decía Milton Friedman “La sociedad que antepone la igualdad a la libertad no tendrá ninguna de las dos cosas. La sociedad que antepone la libertad a la igualdad obtendrá una gran medida de ambas”.


Otras columnas del autor: Jair Viana

La versión original de este artículo apareció por primera vez en la forma impresa del Diario La República (Colombia) y la que le siguió en nuestro medio aliado El Bastión.

Jair Viana

Director de Investigación de LIBERTANK. Analista económico y financiero, y columnista para varios medios con estudios especializados en políticas públicas, crecimiento económico y estabilidad. Amplia experiencia en gestión de activos, planificación financiera y macroeconometría.

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