Se ha puesto de moda la discusión banal sobre innovación y apropiación tecnológica por lo cual vale retomar elementos que realmente configuran la relación entre tecnología y subdesarrollo
Una de las mayores fortalezas del modo de producción Capitalista es su desarrollo a través de crisis cíclicas que para el caso nos interesaría las ondas Kondatrief asociadas a la transformación tecnológica. Pero se debe anotar que el componente tecnológico como dinámica endógena no es suficiente para superar la crisis de acumulación pues mantener los costos globales de producción baratos requiere de otras tres dinámicas que en términos energéticos le son exógenas.
Primero tenemos la desruralización o expulsión del campesinado hacia las ciudades. En segundo lugar y de manera asociada tenemos el correlato de la deslocalización industrial o el traslado de la producción de países de mayor desarrollo a otros de menor, dinámica que a su vez incidirá en la violencia sobre los derechos humanos especialmente los de segunda generación o socioeconómicos como es negar el empleo decente que además de lo expuesto por la OIT implica el derecho a asociarse, a negociar un contrato colectivo de trabajo y a la huelga. Finalmente se externalizan los costos ambientales trasladándolos a la sociedad que es la que sufre el impacto de la degradación del medio ambiente por la extracción o producción de bienes primarios.
Pero éstas se han constituido en asíntotas o en situaciones límites, es decir no se puede acudir a ellas infinitamente, pues la sociedad en general es cada vez más educada y en consecuencia resiste y defiende sus derechos. El cambio climático es una realidad que hay que asumir y el campesinado está desapareciendo, recordemos que a partir del 2007 el habita mundial se hizo predominantemente urbano[1], anunciando el fin de la figura central de la Revolución Neolítica.
Pues bien estos elementos están presentes en la actual crisis que nos atraviesa desde los años 70 la cual genera condiciones para una transformación tecnológica que como las TIC es parte de la respuesta para superarla y por consiguiente explica el fuerte impacto en nuestro quehacer diario mediado por la la generación de nuevos productos y nuevos hábitos de consumo –computadores, la ofimática, la Internet y los teléfonos móviles entre otros. El efecto es que toda la sociedad con el apoyo de los gobiernos termina transformado su cultura técnica, tecnológica y de consumo cuyos índices se manifiestan en las asimetrías que se establecen entre las diversas formas de consumo de las generaciones, entre padres e hijos.
Por eso retomamos una reflexión liderada en Colombia desde los años 90 por la Universidad Pedagógica Nacional donde se adelantó la discusión sobre la formación en tecnología y las nuevas TIC, especialmente porque un país como Colombia tiene unos índices de innovación tecnológica muy débiles y tanto las organizaciones como los individuos están abocados al consumo de tecnologías creadas y desarrolladas en otros países y contextos culturales diferentes, sin desconocer que la tecnología se caracteriza por establecer un lenguaje global en el consumo pues un cajero automático en su funcionamiento no es muy diferente bien sea que lo use en Bogotá, Río de Janeiro, París, Nueva York o Tokio.
Conscientes de esta realidad enfocaron el análisis en el consumo. Se definió entonces una alfabetización para la apropiación y consumo de tecnología bajo el concepto de usuario culto en tecnología que contiene: 1) la capacidad de leer la ficha técnica de los artefactos que orienta el cuidado y su correcto uso; 2) identificar las tecnologías amigables: 3) comprender el fetichismo tecnológico y 4) fomentar la responsabilidad social tecnológica. Ampliemos los tres últimos
Tecnologías amigables con el usuario: Las grandes empresas promotoras de nuevos hábitos y consumos tecnológicos y particularmente Apple y Microsoft, se caracterizan por que sus productos tienen un diseño amigable, es decir, crean interfaces usuario-máquina intuitivas que evitan el acudir a manuales o cursos para así disminuir la curva se aprendizaje o uso. De ahí que el Windows 95 expulse el sistema operativo DOS que exigía al usuario cierto entrenamiento y cultura técnica para interactuar con el dispositivo. Un buen ejemplo de este diseño es como un cajero automático combina la interface usuario-maquina en el teclado y la máquina-usuario en el monitor.
Fetichismo de la tecnología: Otra característica de los nuevos consumos es fomentar las modas tecnológicas cuyo objetivo es promover la producción con grandes costos energéticos, pues se invicta al consumidor a desechar y renovar cada año sus artefactos para estar IN con los últimos productos, el mejor ejemplo lo tenemos con la renovación anual de los teléfonos móviles,
Esto ha dado pie a una nueva actividad denominada de probadores iniciales. Son usuarios finales altamente motivados que se equiparan al público objetivo para el cual se ha diseñado el artefacto. Suelen tener conocimientos de tecnología y son pagados o se les dona los productos para que los usen y emitan juicios muy precisos de cómo mejorar las interfaces usuario máquina y el producto en general. En resumen estos iniciadores que constituyen el grupo por excelencia de los tecnófilos, ayudan y complementan las denominadas pruebas internas junto con las de usuario final que se hacen, bajo protocolos experimentales, para garantizar la amigabilidad y mayor aceptación por parte del consumidor.
Responsabilidad social tecnológica: Este aspecto se deriva de lo que se denomina hoy la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) que se construye bajo cuatro pilares: defensa de los derechos humanos es decir tener políticas de inclusión; promoción de los derechos socioeconómicos o del trabajo; protección del medio ambiente y transparencia en la toma de decisiones que afectan el servicio. En suma un Usuario Culto apropia la tecnología bajo estos cuatro criterios que son una condición necesaria pero no suficiente, pues es necesario enfatizar, cómo se direcciona desde las grandes corporaciones el cambio tecnológico.
En contraste el modelo de negocio establecido por Steve Job y Bill Gates logra a través de los diseños amigables, las modas, la no RSC y la obsolescencia programada propiciar una servidumbre tecnológica como la forma más eficiente de darle sostenibilidad a sus empresas lo que hace muy rico a unos pocos a costa del interés general. El objetivo es simple y bastante antiguo como arrebatarle al colectivo su libre albedrío, llevarlo a constituirse en un consumidor acrítico vaciado de una efectiva cultura de consumo tecnológico a lo cual obviamente contribuye la Escuela y la inexistente política pública dirigida a poseer soberanía tecnológica
Por ejemplo, evaluar los contenidos sobre los derechos de propiedad intelectual de los TLC, y sólo se tiene la opción de actuar, en el mejor de los casos, como prosumidor más no como un usuario productor como lo propone la filosofía del software libre. Es decir se termina encadenado a un modelo de servicio. Ese es el objetivo la servidumbre tecnológica voluntaria[2].
Pero se dice que la suma de las partes trasciende el todo y el colectivo de usuarios incultos en tecnología termina entonces no solo renunciando a su libertad como grupo pues por este camino la sociedad desemboca no en brechas digitales sino en una fractura tecnológica. Es decir, terminan dependientes de la gran Corporación que reproduce la vieja estrategia de los Ausburgos de cómo lograr que la riqueza del subsuelo, el oro y la plata, sea extraída de las Américas en beneficio del Imperio y simplemente fue impidiendo que se estableciera el grupo técnico de las metalurgia configurando así una servidumbre tecnológica zócalo del actual desarrollo desigual pues se impide así el desarrollo autónomo de los territorios.
En síntesis renunciar a mi soberanía como productor es también renunciar como colectivo a tener soberanía tecnológica y si renuncio a la soberanía tecnológica no solo pierdo mis recursos sino también el resto de las soberanías, verbigracia, la monetaria, la alimentaria, la territorial etc. En definitiva es decidir seguir perteneciendo al Tercer Mundo.
Esta columna es elaborada por un miembro de IBSER.
[1] Para el 2014 la población urbana representó el 54%
[2] DE LA BOÉTIE, Étienne. Discurso sobre la servidumbre voluntaria o el Contra uno. 1572. Una fuerte reflexión sobre la libertad y el libre albedrío