Del dólar al yuan: América Latina como el eje del nuevo orden monetario global

“América Latina se está convirtiendo en el epicentro de un cambio financiero histórico, la lenta pero firme transición del dólar al yuan, el futuro del dinero se está escribiendo en español y portugués, lejos de Washington


Los indicadores económicos confirman que el sistema monetario internacional, atraviesa una transformación estructural de proporciones históricas, catalizada por la creciente influencia del yuan chino (CNY) como divisa de referencia. Lejos de ser una mera fluctuación de mercados, este cambio encuentra en América Latina un escenario fundamental y un actor estratégico. La región ha pasado de ser periferia financiera, a convertirse en un laboratorio vivo de la desdolarización, donde se están cimentando los pilares de un orden monetario multipolar. Los flujos comerciales, los acuerdos bilaterales y las reservas internacionales en la región no solo reflejan, sino que aceleran, esta transición geoeconómica global.

Desde los Acuerdos de Bretton Woods en 1944, el dólar ha sido el pilar del sistema financiero mundial. Sin embargo, su predominio se está erosionando. Según datos del FMI a octubre de 2025, la participación del dólar en las reservas de divisas globales ha caído por debajo del 58%, su nivel más bajo en casi tres décadas. Mientras, el euro se mantiene estable en torno al 20%, y el yuan chino ha superado la barrera del 6% de las reservas globales, un crecimiento del 150% desde 2020.

Este desplazamiento responde a una estrategia deliberada, sustentada en factores estructurales y geopolíticos de largo alcance. Un elemento central ha sido la expansión sistemática de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, el megaproyecto de infraestructura y conectividad global de China, que ha servido como plataforma para internacionalizar el yuan. Mediante financiamiento en su moneda para carreteras, puertos y redes energéticas desde Asia hasta África, Beijing ha vinculado desarrollo con adopción monetaria, incentivando a los países socios a operar en yuanes. Los resultados son elocuentes, para el primer semestre de 2025, más del 25% del comercio exterior de China se liquidaba en su moneda, un salto significativo desde el 15% registrado en 2020. Esta tendencia no solo refleja la creciente integración comercial, sino también una transición calculada hacia un sistema de pagos menos dependiente del dólar.

La moneda digital del banco central de China (CBDC) es ya una realidad operativa. Con más de 300 millones de usuarios y aceptada en transacciones transfronterizas con socios clave como los países del Golfo y miembros de los BRICS, el e-CNY ofrece una alternativa eficiente, rastreable y libre de las sanciones del sistema SWIFT dominado por Occidente.

La creciente instrumentalización del dólar como arma de política exterior (a través de sanciones) ha acelerado la búsqueda de alternativas. Los BRICS+ (que ahora incluyen a potencias como Arabia Saudita, Egipto y Etiopía) han intensificado sus esfuerzos para crear un mecanismo de pagos común y aumentar el uso de monedas locales, con el yuan como eje central.

El hito más significativo quizás sea que, en 2024, Arabia Saudita aceptó formalmente pagos en yuanes por una parte de sus exportaciones de crudo a China. Esto fractura un pilar fundamental del sistema petrodólar establecido en los años 70.

Es un error medir la fuerza del yuan únicamente por su valor frente al dólar. La verdadera fortaleza reside en su integración en la arquitectura financiera global, donde América Latina es un pilar fundamental en algunos aspectos, por ejemplo, el mercado de bonos en yuanes offshore es ahora el segundo más grande del mundo. En 2024, la emisión de los “panda bonds” (bonos en yuanes emitidos por entidades extranjeras en China) batió récords, superando los 150.000 millones de dólares, con entidades latinoamericanas como el Banco de Desarrollo de Brasil participando activamente.

Otro de los aspectos es la red de acuerdos de swap bilateral del Banco Popular de China supera ya los 4 billones de dólares. Prácticamente todas las principales economías latinoamericanas (Brasil, Argentina, Chile, Uruguay) tienen acuerdos activos, proporcionando un colchón de liquidez que reduce su dependencia del FMI y la Fed.

Pronosticar la muerte del dólar es prematuro. Su red de seguridad institucional, la profundidad del mercado de bonos del Tesoro de EE.UU. y la inercia del sistema le garantizan un papel central durante años. Sin embargo, ya no será el hegemón indiscutible.

El futuro, visible ya en 2025, es un sistema monetario multipolar. Un mundo donde el dólar compartirá escenario con el euro, un yuan plenamente convertible y, posiblemente, otras monedas de economías emergentes. La transición será gradual, pero irreversible. En este nuevo orden, América Latina ha dejado de ser el “patio trasero” monetario de Estados Unidos para convertirse en un campo de batalla financiero y un socio estratégico en la arquitectura monetaria emergente liderada por China.

La pregunta para los economistas y policymakers ya no es si el dólar perderá su estatus hegemónico, sino cuán rápido se consolidará este nuevo orden multipolar y cómo debemos prepararnos para gestionar los riesgos y oportunidades de un mundo financiero más diversificado, donde las decisiones tomadas en Brasilia, Buenos Aires y Bogotá, tendrán un impacto directo en la fortaleza del yuan y, por extensión, en la estabilidad financiera global.

 

Sebastián Torres Murillo

Economista de la Universidad de Buenos Aires, miembro del grupo de investigación de políticas públicas latinoamericanas y el caribe (UBA). Defensor de la paz y la integración regional

Comentar

Clic aquí para comentar

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.