“Podemos pasar de la cordura a la locura sin siquiera darnos cuenta, podemos perder a un ser querido sin haber tenido la oportunidad de expresarle un último afecto”.
El origen de la locura de Agustina, el personaje central de Delirio de Laura Restrepo es el drama de fondo de la novela. Y es que qué impotencia debe sentir una familia y la pareja del esposo o esposa al ver que su ser querido es consumido por una enfermedad mental sin explicación aparente como la depresión o la esquizofrenia y que no es capaz de superarla, que parece que su espíritu abandona su cuerpo, que mentalmente ya no está, y que es poco probable que pueda volver a recuperar su esencia.
Esta novela pone de manifiesto la frase “nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde”. Muchas veces solemos criticar y ver la parte negativa de las personas que nos rodean. Ni siquiera les prestamos atención cuando nos hablan o nos irritan sus maneras, estilos de expresarse o pensamientos. Pero cuando por alguna razón, como en el caso de Agustina, ocurre un cambio abrupto en la persona por causa de una enfermedad de la cual es poco probable recuperarse, se empieza a anhelar que esa persona vuelva a ser quien era con sus defectos y virtudes, pero sabiendo de la poca probabilidad de que esto ocurra. Sólo van quedando los recuerdos y la melancolía.
Con los aislamientos obligatorios que surgieron a raíz del Covid-19 en el primer trimestre del 2020 los casos de salud mental aumentaron en el país. Según el Ministerio de Salud y Protección Social de Colombia, desde hace 6 años ha aumentado en más de un 34% las atenciones en salud mental por casos relacionados al estrés, ansiedad, depresión, conductas suicidas y problemáticas relacionadas con el consumo excesivo de alcohol y otras sustancias psicoactivas (ver). Hasta hace unos años era vergonzante consultar por algún caso de salud mental y se prefería omitir la cita al médico y adoptar la automedicación. Lo cierto es que nadie está exento de sufrir algún tipo de trastorno mental, de hecho, buena parte de la población tenemos uno que otro trastorno del que posiblemente no somos conscientes.
En El psicoanalista de John Katzenbach se plantea otro dilema, el de manipular las mentes de los niños aprovechando sus vacíos emocionales causados por el abandono de la familia, orfandad y violencia intrafamiliar, para generar resentimiento social y formar a futuros psicópatas que descargarán su rabia contra gente que es incluso inocente. “El hombre nace bueno y la sociedad lo corrompe” decía Jean Jacques Rousseau, pero también es una muestra de lo poderosa que es la mente, de que se es quien quiere ser dependiendo de la actitud que cada uno le ponga a la vida.
La vida puede dar un vuelco en segundos, podemos pasar de la cordura a la locura sin siquiera darnos cuenta, podemos perder a un ser querido sin haber tenido la oportunidad de expresarle un último afecto; en ese sentido, y como tuve la oportunidad de escuchar esta semana en una charla con Carolina Angarita, ex gerente de Google para Colombia, el mejor regalo que podemos darnos para nosotros y nuestras familias es estar presentes. Terminar cada día con la plena convicción del deber cumplido.
“Cada que me miro al espejo me pregunto: si hoy fuese el último día de mi vida, ¿haría lo que hago hoy? Si la respuesta es no durante varios días, necesitas cambiar algo” Le decían a Steve Jobs.
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