“¿Cómo se puede decir a un hombre que tiene derecho a una patria cuando no tiene derecho a una pulgada de su suelo?”
Fue la pregunta que hizo alguna vez el economista y pensador social norteamericano Henry George en su obra fundamental progreso y miseria (1879), donde denunció el monopolio de los propietarios de la tierra sobre un recurso natural limitado. Y es precisamente esa pregunta la que hoy me lleva a reflexionar sobre la defensa del territorio. ¡De mi territorio! Específicamente sobre la lucha que hemos venido enfrentando, desde hace ya algunos años, los municipios de Segovia y Remedios frente a la defensa de la tradicionalidad y ancestralidad de nuestros pueblos como territorios mineros.
Sin embargo, no sé porque creo, percibo y siento hoy que esa lucha ya no es la pugna que debería ser y que viene dando ciertos visos de estar siendo una lucha melancólica. Es decir, no sé porque siento hoy que ya no existente la misma fuerza, el mismo ahínco ni mucho menos la misma consistencia colectiva que batía tiempo atrás con fervorosa pasión el corazón de los habitantes de Segovia y Remedios por la defensa de nuestra tradicionalidad y ancestralidad minera. A cambio de eso, lo que veo hoy es un territorio fragmentado, fatigado, avasallado, divido, casi que, con el corazón herido y con un desprecio profundo por la palabra paro o manifestación.
Quizás pueda ser entendible que ese aparente espíritu de cansancio se deba, desde un buen punto de vista, a que las crisis económicas que hoy viven nuestros pueblos producto en su mayoría de las flagelaciones propias que hemos hecho – tanto comerciantes como el mismo pueblo – para el respaldo y la legitimidad de la lucha misma, y quizás sean hoy precisamente esas mismas flagelaciones las que nos tienen con la soga al cuello.
Sin embargo, a raíz hoy de los temores que se hacen visibles por parte de las comunidades ante el anuncio de un plantón que posiblemente despierte el espíritu incontenible de las masas y se convierta en paro; con profunda preocupación he decidido reflexionar ampliamente sobre los motivos de mi percepción y he llegado a la conclusión de que: o el pueblo ha perdido la confianza por quienes han tomado la voz para representarles y guiarles en el arduo camino a seguir en medio de la batalla y en medio de esta lucha que hoy nos tiene a todos sin aliento; o estamos tomando conciencia como comunidad de que es, más allá de lo inminente, necesario y fundamental aceptar y pensar en un cambio definitivo para nuestras comunidades. – Firmemente creo que es más lo primero que lo segundo-. Pues pareciera que quienes integran la Mesa Minera Segovia- Remedios se hubiesen alejado de las orillas idearías que dieron origen a la lucha para volcarse en las arenas movedizas del oportunismo y de la manipulación de las masas. – Es más, para no entrar en acusaciones no fundamentadas, trataré de realizar un análisis serio planteando varios interrogantes-.
Primero: si ya existe una planta de beneficio – La palma, pionera dentro del territorio – de las tecnologías limpias ¿Por qué la Mesa Minera no ha trabajado con las demás plantas de beneficio para que realicen la transición a tecnologías limpias teniendo en las manos un gran ejemplo? Tal vez sea porque a APLABAS (Asociación de Plantas de Beneficio Auro Argentinos y Segovia) es uno de los mayores colaboradores de quienes se dicen ser nuestros “líderes sociales” los cuales conforman la Mesa Minera y a estos, a APLABAS, las tecnologías limpias evidentemente no les conviene para su negocio.
Segundo: ¿A quiénes verdaderamente les convienen las tecnologías limpias? Pues única y exclusivamente al pequeño minero porque recupera más del 90% del material procesado y no se lo deja en los lodos, al dueño de la planta de beneficio. Es por eso que el mercurio para APLABAS se convierte en un factor vitalicio, porque es el mercurio quien les garantiza que el negocio sea un negocio redondo.
Tercero: Si mal no estoy, el presidente anterior de la Mesa Minera al igual que algunos de sus antiguos miembros hoy son concejales del municipio de Segovia y se viene rumorando, no solo en la calles del municipio sino también en algunos medios de que al parecer entre quienes conforman la directiva de la Mesa Minera saldría muy próximamente candidato a la alcaldía del municipio respaldado por el Polo Democrático Alternativo, así que dicho esto, no queda nada más que preguntarnos si lo que se ha denominado Mesa Minera es un espacio utilizado por sus representantes como una plataforma política que se esconde bajo las necesidades propia que hacen vulnerable la manipulación de nuestra proletaria masa para alcanzar y lograr puestos dentro del ejecutivo municipal.
Posiblemente sean muchas más las razones por las cuales las comunidades estén empezando a tener cierto estupor por la forma en que las personas que los lideran están llevando a cabo las cosas, pero quiero empezar a creer en una razón más lógica, y es la de que la conciencia de las personas está cambiando para bien.
Por ultimo hay que decir que, si fuéramos realmente consientes, sabríamos y fácilmente entenderíamos que la Ley 1658 (Ley del mercurio) de julio 15 de 2013 nos beneficia a nosotros mismos, es decir, la única pretensión clara y explícita de dicha Ley es la de protegernos de nosotros mismos, invitándonos a que reflexionemos ampliamente sobre el hecho de que si no conservamos, cuidamos y/o protegemos nuestras fuentes hídricas y en general el medio ambiente existente en nuestro territorio, a muy corto plazo, los perjudicados seremos nosotros mismos.
[…] (Se recomienda también leer: De la defensa colectiva de los derechos del hombre a la manipulación de las masas) […]