“A la luz de la evidencia fáctica y jurídica, Israel no puede seguir siendo tratado como un actor que simplemente “se defiende” frente a amenazas externas. Su accionar militar, que incluye uso desproporcionado de la fuerza, expansión de la guerra a múltiples países, desacato al derecho internacional y destrucción de infraestructura civil, lo convierte en un factor de desestabilización global”.
A lo largo de las últimas dos décadas, pero con una intensidad sin precedentes desde octubre de 2023, Israel ha desplegado un accionar militar que no solo ha devastado a la población palestina en Gaza, sino que ha involucrado operaciones ofensivas en al menos cinco países de la región, con un saldo masivo de víctimas civiles, crisis humanitarias profundas y un colapso progresivo de las normas fundamentales del derecho internacional. A la luz de los datos, es legítimo sostener que Israel se ha constituido en una amenaza para la estabilidad y la paz mundial, tanto por su accionar directo como por la forma en que erosiona los mecanismos multilaterales de resolución de conflictos.
Una violencia sin precedentes: Gaza como epicentro del desastre
Desde el inicio de su ofensiva contra la Franja de Gaza el 7 de octubre de 2023, Israel ha provocado una catástrofe humanitaria de proporciones épicas. Según un estudio publicado por The Lancet, el número real de muertes podría superar las 186.000 personas, si se suman los fallecimientos indirectos causados por hambre, colapso sanitario y falta de acceso a medicamentos (Horton et al., 2024). Esta cifra representa casi el 8% de la población gazatí. Organizaciones como la ONU, la OMS y Human Rights Watch han documentado ataques sistemáticos a hospitales, escuelas, convoyes humanitarios, campamentos de desplazados y viviendas civiles (UNRWA, 2024; WHO, 2024).
La Corte Internacional de Justicia – CIJ, en su orden del 26 de enero de 2024, reconoció que existía una base suficiente para considerar que Israel podría estar cometiendo actos de genocidio y le impuso medidas cautelares para evitarlo (CIJ, 2024a). No obstante, Israel ha ignorado estas órdenes y continuado su ofensiva, incluso bombardeando la ciudad de Rafah luego de que la CIJ exigiera el cese inmediato de hostilidades en ese lugar (CIJ, 2024b). Como resultado de esto, en mayo de 2024, en Rafah más de 800 personas murieron en dos semanas (OMS, 2024), lo que indica un claro desacato al derecho internacional.
Expansión regional del conflicto
Israel no se ha limitado a Gaza. En los últimos dos años ha lanzado operaciones ofensivas en al menos cinco países o territorios: Palestina (Gaza y Cisjordania), Siria, Líbano, Yemen e Irán. Entre los hechos más destacados se encuentra el bombardeo a Damasco que mató a altos cargos iraníes en abril de 2024 (Al Jazeera, 2024), los constantes ataques al sur del Líbano y las incursiones en Yemen como represalia a la actividad hutí. El episodio más crítico se dio en junio de 2025, cuando Israel realizó un “ataque preventivo” en territorio iraní dejando un saldo de más de 400 muertos (DW, 2025; Times of India, 2025) y la posibilidad de un escalamiento del conflicto a nivel mundial. Y es que estos actos violan abiertamente el Artículo 2.4 de la Carta de las Naciones Unidas, el cual prohíbe el uso de la fuerza contra la soberanía e integridad territorial de otros Estados. La reiteración de estas acciones constituye, por tanto, una amenaza directa a la seguridad internacional, dado su potencial para escalar en guerras regionales de amplio alcance.
Deslegitimación del orden multilateral
Más allá de las consecuencias humanitarias, la conducta de Israel pone en crisis la legitimidad del sistema multilateral de justicia y paz. Al ignorar las órdenes de la CIJ y continuar su ofensiva, Israel contribuye a erosionar la autoridad del derecho internacional, especialmente cuando este no cuenta con mecanismos coercitivos independientes. La CIJ depende del respaldo del Consejo de Seguridad de la ONU para hacer cumplir sus decisiones, pero el uso sistemático del veto por parte de Estados Unidos (principal aliado de Israel) bloquea cualquier posibilidad de acción efectiva (Rubenstein, 2023).
El sistema, entonces, se muestra incapaz de frenar a los Estados que actúan con respaldo geopolítico, lo cual tiene efectos devastadores sobre la credibilidad de los principios del Derecho Internacional Humanitario y del mismo sistema de Naciones Unidas.
Impacto global: desplazamiento forzado, crisis regional y radicalización
La ofensiva israelí ha generado más de dos millones de desplazados internos solo en Gaza (UNRWA, 2024). La destrucción de infraestructura civil, sumada al bloqueo al ingreso de ayuda humanitaria, ha empujado a la población al borde de una hambruna masiva (World Food Programme – WFP, 2024). Este tipo de crisis tiene efectos desestabilizadores no solo regionales (impactando a Egipto, Líbano y Jordania), sino también globales, al alimentar narrativas extremistas y fenómenos de radicalización en múltiples partes del mundo, como lo advierte el International Crisis Group (2024).
Adicionalmente, la represión violenta a periodistas, personal médico y trabajadores humanitarios ha sido documentada por medios como Al Jazeera y Reuters, configurando lo que Reporteros Sin Fronteras ha descrito como una campaña sistemática para silenciar voces y obstaculizar la transparencia (RSF, 2024).
Conclusión
A la luz de la evidencia fáctica y jurídica, Israel no puede seguir siendo tratado como un actor que simplemente “se defiende” frente a amenazas externas. Su accionar militar, que incluye uso desproporcionado de la fuerza, expansión de la guerra a múltiples países, desacato al derecho internacional y destrucción de infraestructura civil, lo convierte en un factor de desestabilización global.
Más aún, su capacidad para actuar con impunidad política y militar cuestiona la viabilidad del sistema internacional tal como lo conocemos. Si el derecho internacional no puede ser aplicado contra quienes más lo transgreden, entonces estamos ante un orden mundial que privilegia la fuerza por encima de la justicia y frente a ese escenario, el silencio se convierte en complicidad.
Referencias
Al Jazeera. (2024, abril 1). Israeli airstrike in Damascus kills IRGC leaders. https://www.aljazeera.com/
Corte Internacional de Justicia [CIJ]. (2024a, 26 de enero). Application of the Convention on the Prevention and Punishment of the Crime of Genocide in the Gaza Strip (South Africa v. Israel): Order on Provisional Measures. https://www.icj-cij.org/
Corte Internacional de Justicia [CIJ]. (2024b, 24 de mayo). Order indicating additional provisional measures. https://www.icj-cij.org/
Deutsche Welle [DW]. (2025, 15 de junio). Israel-Iran conflict escalates with over 400 dead. https://www.dw.com/
Horton, R., El-Erian, M., & Abu Sittah, G. (2024). Counting the dead in Gaza: Difficult but essential. The Lancet, 403(10430), 895–897. https://doi.org/10.1016/S0140-6736(24)00697-3
International Crisis Group. (2024). Israel-Palestine: The war’s regional and global risks. https://www.crisisgroup.org/
Reporteros Sin Fronteras [RSF]. (2024). War crimes against journalists in Gaza: Israel’s responsibility. https://rsf.org/en
Rubenstein, M. (2023). Power, vetoes and justice: Why the ICJ still falls short. Journal of International Law and Politics, 55(2), 179–203.
Times of India. (2025, 16 de junio). Over 400 killed in Israeli strike on Iranian airbase. https://timesofindia.indiatimes.com/
UNRWA. (2024, 31 de mayo). Gaza situation report: Displacement and humanitarian crisis. https://www.unrwa.org/
World Food Programme [WFP]. (2024). Gaza Emergency: Hunger and famine risk overview. https://www.wfp.org/
World Health Organization [WHO]. (2024, mayo 30). WHO condemns deadly attack on displaced civilians in Rafah. https://www.who.int/
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