“cuando se acuden a los ataques personales se desvirtúa todo debate político”
En las últimas contiendas políticas a nivel mundial se evidencia cómo la desinformación, la campaña sucia y los ataques personales se han convertido en el mejor argumento contra el opositor; dejando de lado el verdadero debate político que debe interesar en cualquier contienda electoral. Esto no es un tema exclusivo de un país en específico, para ser la dinámica de la política actual, donde quienes aspiran a representar a los ciudadanos tienen pocas propuestas y muchas estrategias de deslegitimación, sin dejar de lado la capacidad que se tiene de crear enemigos que quieren eliminarlos para poder de este modo aumentar su popularidad, ya que este tipo de hechos tiene cierta fascinación entre los electores.
Daniel Lieberman y Michael Long, en su libro Dopamina, expresan que en la política la compasión y el miedo son algunos de los medios más eficaces para generar dopamina en las personas y de este modo llevarlos a tomar decisiones irracionales. De acuerdo con este planteamiento es posible decir que, este tipo de estrategias siempre serán eficaces en medio de los electores, ya que esto les genera la emocionalidad de lo que se conoce como el nacionalismo que no es otra cosa que ese sentimiento fervoroso y emocional que lleva a la toma decisiones poco racionales.
Uno de los últimos debates que más llamó la atención fue el de Estados Unidos, considerado como una de las democracias más fuertes del mundo, en este debate se enfrentó el actual presidente Joe Biden y el polémico expresidente Donald Trump, este debate suscitó en la prensa mundial diversas críticas, algunos medios titularon:
El país de España: “Biden fracasa en el debate con Trump en su intento de despejar la preocupación por su edad” BBC de Londres: “Biden | Olvidos, confusiones y lapsus: las dos semanas críticas que han puesto en duda la capacidad del demócrata para competir con Trump en las elecciones presidenciales”
El Mundo España: “China se divierte con el «reality show» entre Biden y Trump” refiriéndose claramente al poco desempeño que tuvo el presidente Biden en medio del debate.
Si bien las capacidades físicas y psicológicas de un líder son importantes, también es preciso aclarar que no pueden convertirse en el argumento clave de los medios y los opositores para deslegitimar a unos candidatos y hacerles campaña a otros. En Colombia se ha vuelto la constante de los medios de comunicación ante algunos gobiernos, como es el caso de Juan Manuel Santos, Iván Duque y Gustavo Petro, donde se cuestionaba su físico, su salud mental e incluso su forma de hablar. Por eso cuando se acuden a los ataques personales se desvirtúa todo debate político y se empieza a transgredir la dignidad humana.
De acuerdo con este panorama que se presenta es evidente que, los principios que acompañaban a los líderes políticos desde el debate público se han rebajado de tal forma a campañas de desprestigio por medio de los medios tradicionales de comunicación y las redes sociales se han incrementado, ya no se ataca la idea, se ataca a la persona, ya no se dan debates sobre lo realmente importante, sino que se lleva a los ciudadanos a discutir sobre las apariencias y la forma de hablar de uno u otros políticos.
La crisis también trasciende a la polarización ya que, no se cuentan con líderes ni de izquierda ni de derecha, ni liberales, ni conservadores, ni de centro, ni demócratas ni republicanos que busquen desde las diferencias llegar a acuerdos, parece ser que los líderes del mundo se han convertido en quienes quieren tener la razón, en quienes quieren imponer su plan de gobierno dejando de lado la realidad de que dirigen poblaciones diversas y que quienes incluso son oposición hacen parte de ese estado que ellos representan. Esto, sin dejar de reconocer que en todo proceso político existen y son necesarias las diferencias y que el bienestar general debe estar por encima del bienestar particular. Los verdaderos líderes se diferencian porque son quienes unifican y motivan procesos para que el progreso sea una realidad.
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