“Cualquier tasa de crecimiento económico por debajo del 3% en este momento para la economía colombiana, no es un buen indicador”
Hace un tiempo escuchaba a alguien del Gobierno decir que mientras la tasa de crecimiento fuera positiva, todo iba bien, así el indicador fuera de un 0,1% estábamos bien. Después escuche decir que el crecimiento económico podía ser impulsado en su totalidad por el gasto y que el sector privado debía dedicarse a corregir fallos de mercado, posteriormente escuche decir que la economía colombiana es estable, fuerte y no es necesario alarmarse pues no estamos en una recesión.
Está bien escuchar opiniones, puntos de vista, análisis variados, pero no esta bien dar mensajes fútiles a los colombianos sobre su situación económica, esto por la sencilla razón que mientras el país tenga una tasa de informalidad superior al 50% no va a salir del círculo viciosos del rebusque, donde están todos los colombianos que también jalonan la economía a través del consumo interno y por eso, es que al hablar de crecimiento económico apreciamos mucho crecer al 0,1% o al 1% cuando todo lo que esté por debajo del 3% es apenas un remedo de crecimiento que además se carga a los hogares colombianos quienes tienen que jalonar la economía en época de vacas flacas. Por supuesto que el sector privado también tiene que salir a salvar la máquina del recalentamiento mediático.
Cuando escucho decir que crecemos así sea poquito, me solidarizo con los hogares cuyos ingresos no van vas allá de los 2,5 SMMLV, o con aquellos hogares que dependen de la venta diaria del postre que elaboran con esfuerzo en su casa, o de don Marcos, que vende lechona en un local que alquiló a un coste elevado. La gente, los colombianos, necesitan crecer, necesitan confianza, necesitan creer en su destino y futuro económico, no necesitan confundirse entre actividades de economía popular, economía ancestral, economía de bandera, necesitan lo que es: mercado, que el sector privado haga lo suyo para generar nuevos empleos y expandir la inversión mientras el gobierno provee seguridad, garantiza condiciones de estabilidad macroeconómica y vigila el gasto público. No hay nada mas allá de esa frontera.
Así que, si crecer al 1% es bueno, que será “decrecer” al 1%, no me imagino a las pequeñas empresas que funcionan a pérdida solicitando financiamiento con el argumento de estaos creciendo poquito pero ahí vamos, ni tampoco a don marcos el de la lechona diciendo présteme que el gobierno le paga, ni mucho menos al hogar que vive de los postres esperando que el huevo baje de precio porque estamos creciendo poquito.
O estanos en una economía de mercado, donde la empresa jalona la inversión, el capital humano tiene acceso al mercado laboral, la infraestructura se hace con la participación del sector público y privado y los bienes públicos se garantizan con el funcionamiento equilibrado del Estado o estamos en un modelo probabilístico de sentimientos caldeados en contra de lo que puede ser y aquello que no gusta, al final a quien se perjudica directamente es a cada hogar colombiano que tiene mucho que perder, a cada emprendedor que espera mucho de su sueño, a cada niño que se educa para ser un profesional exitoso, a cada trabajador que teme por perder el empleo cada día que pasa.
Termino por citar una frase del Exministro Mauricio Cárdenas a propósito de la situación de la economía: “de las recesiones sabemos que se sale con políticas anticíclicas, pero en este caso no hay un choque externo para echarle la culpa del estancamiento”
Así que, dejemos de creer en que las tasas de crecimiento mediocres son buenas, ¿buenas para qué? Todo lo que sea crecimiento por debajo del 3% en este momento para el país difícilmente lo saca de este círculo vicioso.
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