
Tiempo libre, auto explotación y rendimiento
Comenzaba Bertrand Russell su ensayo “Elogio de la Ociosidad” diciéndonos: “Como a casi toda generación, fui educado en el espíritu del refrán ‘La ociosidad es la madre de todos los vicios‘” lo que hizo que fuese desde muy niño, al igual que la gran mayoría de nosotros, un convencido que la felicidad o el bienestar dependía del esfuerzo en el trabajo. Hoy en nuestros días coexiste un consenso sobre lo que es la libertad – dudo mucho que sea un consenso libre sin vicios externos- o de La libertad bajo el prisma del Capital –libertad del liberalismo económico – que nos plantea la posibilidad de decidir, o de la autonomía individual al elegir sobre las formas de consumo, ello sin interferencia de agentes externos como el Estado. Pero a su vez esta libertad presupone unos valores propios al capital, tales como: Individualismo, esfuerzo, dedicación, competencia y trabajo duro y constante. Esto último da lugar a esta reflexión sobre la importancia del ocio, como respuesta a la auto explotación.
Se podría deducir que producir, trabajar fuerte y no descansar, son las antesalas a la capacidad de consumir: quien tenga sueños y metas deberá trabajar duro y arduo por estas metas. Influencer, coach, líderes espirituales, entre otros venden sus planes de progreso y satisfacción basados en la auto explotación y la ansiedad del día a día: ¿Cómo quedarnos sin cumplir sueños mientras nos bombardean día a día en una suerte de Homovidens de “Conviértete en lo que siempre soñaste con este curso”? Y no está mal querer transformar o modificar situaciones, de hecho es una constante evolutiva, lo que nos debe llevar a la reflexión está en el ojo de la rentabilidad de las acciones fuera del ocio y en el desprecio mismo del ocio al punto de hacer sentir culpables a quienes disfrutan de su tiempo libre y no lo entienden como extensión más para “ser rentable”: “Team 5am”, meditación de 7:00am a 8:00am, brunch a la 9:00am. Reuniones de 9:00am a 12:00m, meditación de 12:00m a 2:00pm , a las 3:00pm. Autocuidado de la piel. 5:00pm live sobre mi día. 7:00pm cena. 8:00pm lectura de autoayuda o conexión ancestral antes de dormir. Rutina a repetir mañana.
Pero todo esto pareciere estar dirigido a un segmento poblacional que viviera de la renta y no de la fuerza laboral que está a merced de 8 horas diarias en una factoría, o aún peor, a aquellos cuya informalidad y precariedad laboral los lleva a tener que ser del “Team 5:00am” que salen a rebuscarse el sustento del día con jornadas de 12 o más horas para poder sortear la vida. Paradójicamente sí, son a las clases medias y bajas a quienes se oferta este modelo de vida proactiva y de felicidad contra el ocio. Lo que sobre explota a estas personas, llevándolas a afrontar incluso crisis por no alcanzar los logros o metas en el tiempo propuesto en sus planes dictados por sus coach. Lo que da lugar a la ya sobre expuesta depresión y al fracaso.
A esto debemos hacernos dos preguntas: ¿Qué tanto trabajo al día por mis sueños, y que tanto me sobre exploto por alcanzar idealizaciones sobre mis sueños mientras faculto a otro(s) que vivan de la plusvalía de esa sobre explotación de mi esfuerzo?
Vuelve a decir en su ensayo Russell que “Hay hombres que, merced a la propiedad de la tierra, están en condiciones de hacer que otros paguen por el privilegio de que les consienta existir y trabajar. Estos terratenientes son gentes ociosas, y por ello cabría esperar que yo los elogiara. Desgraciadamente, su ociosidad solo resulta posible gracias a la laboriosidad de otros; en efecto, su deseo de cómoda ociosidad es la fuente histórica de todo evangelio del trabajo. Lo último que podrían desear es que otros siguieran su ejemplo.”
Obviamente, al prisma del capital, el sujeto es el culpable de su infelicidad por dedicar tiempo y espacio a la contemplación. La ociosidad en Russell se entiende como tiempo libre y descanso en la importancia del desarrollo humano, para florecer en creatividad, bienestar emocional y mental. Situaciones contrarias a la rentabilidad – mimetizando la auto explotación en la falacia del bienestar y en el progreso individual – lo que hace que éste no goce de una salud mental positiva. Mientras los derechos laborales de la base social son precarios.
Verse como un recurso a sobre explotar, redimensiona nuestras formas de comprender el papel del trabajo y lo que esté significa en su holística. Somos lo que el rendimiento nos permite ofrecer.
¿Qué tanto te explotan tus sueños?
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