Queridos lectores, en medio de las cicatrices dejadas por décadas de conflicto armado, cada historia de transformación resplandece como una chispa de esperanza. Hoy, quiero compartir con ustedes el caso de Héctor Alejandro Cabuya de León, un alto oficial del Ejército Nacional que, tras años inmerso en el conflicto armado, decide presentarse ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) con un profundo y sincero compromiso hacia la verdad y la justicia.
Este tribunal especializado se encarga de abordar los crímenes cometidos durante el conflicto armado con el propósito de alcanzar una reconciliación genuina. A diferencia de los tribunales convencionales, no se limita a imponer penas; busca una reparación integral para las víctimas y la construcción de una paz duradera.
En este contexto, surge el TOAR (Trabajos, Obras o Actividades con Contenido Restaurador) como un componente esencial del proceso de justicia transicional. TOAR es una serie de iniciativas diseñadas para proporcionar no solo reparación a las víctimas, sino también herramientas para su desarrollo y empoderamiento. Estas iniciativas tienen como objetivo facilitar la inclusión de las víctimas en la sociedad y fortalecer su capacidad para enfrentar futuros desafíos.
Así, en concreto, el oficial ha presentado dos proyectos significativos en agosto de 2022 que reflejan su cambio de perspectiva y su compromiso con la paz:
- TOAR I: Formación Virtual en inglés. Este programa está diseñado para víctimas del conflicto y sus familias, ofreciendo formación en inglés para abrir oportunidades laborales globales. Al proporcionar herramientas educativas y oportunidades laborales, el proyecto busca facilitar la inclusión y el empoderamiento de las víctimas en una sociedad en proceso de reconstrucción. El dominio del inglés no solo representa una habilidad valiosa en el mercado laboral global, sino también una forma de superar barreras económicas y sociales impuestas por el conflicto.
- TOAR II: Diplomado en Gestión del Riesgo de Desastres. Este curso, enfocado en víctimas del conflicto armado, prepara a los participantes para enfrentar futuros desafíos mediante la formación en prevención de desastres y manejo de emergencias. El diplomado no solo promueve la autosuficiencia y resiliencia de las víctimas, sino que también aborda aspectos cruciales para comunidades afectadas por conflictos y desastres naturales. Por lo tanto, estos proyectos no son meros actos simbólicos; representan acciones concretas para cerrar la brecha entre un pasado violento y un futuro de paz. Demuestran cómo la justicia transicional puede tener un impacto real en la vida de las personas afectadas por el conflicto.
El 23 de febrero de 2023, presentó un comunicado titulado “Actividad Garantía de No Repetición”. En este documento, destacó su participación en una charla organizada por el Departamento de Acción Integral del Ejército Nacional de Colombia. La charla, que tuvo lugar el 21 de febrero, abordó temas cruciales como sanciones propias, justicia restaurativa y el componente TOAR. Su objetivo principal era sensibilizar a otros militares y promover un firme compromiso con la no repetición de actos violentos.
Uno de los momentos más significativos en el proceso de reconciliación fue su decisión de renunciar a las «Medallas del Deshonor». Estas medallas, otorgadas como reconocimiento a los resultados operacionales durante el conflicto armado, se habían convertido en símbolos controvertidos de una época marcada por la violencia.
En un mensaje personal, compartió conmigo los detalles de su lucha para que estas medallas fueran retiradas de su hoja de vida y transferidas a la custodia del Centro Nacional de Memoria Histórica. Aunque otros militares han afirmado ser los primeros en tomar esta decisión, fue Héctor quien inició y completó el proceso con una resolución formal emitida por el Comando del Ejército.
Este acto de renuncia no solo representa un rechazo a los métodos de incentivación del pasado, sino también un firme compromiso con la construcción de una memoria histórica que refleje la verdadera complejidad y las lecciones aprendidas del conflicto. Tal compromiso, materializado en acciones concretas, es fundamental para avanzar hacia una Colombia más justa y pacífica. Reconocer y apoyar estas iniciativas es esencial para sanar las heridas del conflicto y cimentar una sociedad en paz.
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