“El conservadurismo cultural ha sido un gran promotor de la persistencia en el tiempo del sexismo, aunque, no se entenderá en un absoluto frente a una sociedad en constante construcción y evolución como la actual”. Acevedo, M. Emmanuel. (2024)
El sexismo es entendido como la discriminación por parte de aquella persona de un sexo hacia otra, en el que su discriminación se genera al considerar que por su sexo es superior a la otra. Normalizando y promoviendo la desigualdad entre las personas.
Es extraño para una gran parte de la población hablar del sexismo como una problemática, cuando la realidad es que en sus vidas ha sido entendido como un actuar “normal” la manifestación de este en la cotidianidad de sus relaciones interpersonales. Esto ha generado sin más la argumentación en cuanto a lógica humana, de prácticas sociales fundamentadas en la distinción biológica del sexo para normalizar la desigualdad social entre las personas.
A pesar de la lucha constante por parte de las mujeres lideres de nuestro país y en busca del igualitarismo abstracto, el común denominador de la población adulta mayor, la población adulta y una gran parte de las juventudes aun presentan acciones y prácticas que connotan resultados negativos con efectos de desigualdad, prejuicios, afectaciones y hasta maltrato, en su mayoría dirigidas a la población femenina de nuestro país.
Esto tiene un sentido, y es la existencia demostrable y visible aún del mantenimiento histórico de roles tradicionales y diferenciales del hombre y la mujer. Toda vez que estas se materializan en pequeñas situaciones que indican que la mujer mantendrá roles muy encaminados a los familiares, y en general de esfera doméstica, esto persiste aunque en la actualidad se dispongan y se manifiesten más sutiles y encubiertas. Y el hombre como es bien conocido; Roles de independencia, autoridad y abastecimiento del hogar.
El balance expuesto por el censo en la sociedad ha sido la excusa principal de los mayores promotores de la discriminación, canalizando las nuevas formas sutiles, camufladas, encubiertas o hasta ocultas en busca de convertir estos actuares en asuntos que pasan desapercibidos. Y es ahí donde se suspende el avance mismo de la disminución que en ultimas busca la erradicación del sexismo, dejando en segundo plano la lucha contra sus prácticas y posicionándolo en el rango de importancia fuera de las prioridades para la elaboración de políticas públicas en el país.
Es allí como hoy cada una de las personas que se consideran aportantes a la construcción de una mejor sociedad, deben no solo conocer las dificultades de entendimiento en materia de pedagogía social por gran parte de la sociedad en estos asuntos, sino también, iniciar autoexigencia relacionada con las malas prácticas normalizadas por cada una de las personas que influyen en ese desarrollo en conjunto que busca la evolución humana. El fin está en conseguir de manera constructiva y estratégica la superación de la asimetría social de las diferencias entre los sexos, dejando como meta la igualdad objetiva que busca el igualitarismo abstracto en superar barreras que puedan frenar el avance o la importancia del desarrollo de las mujeres en sociedad.
“No podemos avanzar todos si a la mitad se nos deja atrás”. Malala, Yousafzai.
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