Buenos días, saludo a la audiencia Del periódico Al Poniente desde la Hemeroteca de la Universidad Nacional de Colombia en la ciudad de Bogotá, un templo para pasar momentos de intimidad con los libros, las revistas y el conocimiento, que desfruto en escasas ocasiones cuando los ajetreos de la universidad me lo permiten.
Uno de los estudiantes que conocí en esta ciudad universitaria me interrogó sobre cómo llegar al éxito profesional, tal vez preocupado porque él no pertenece al grupo de estudiantes con altos estándares de rendimiento en los estudios, pregunta que motivó la presente columna.
Es claro que la respuesta a la pregunta de cómo llegar al éxito, en Bogotá no es tomar el Transmilenio y bajarse en la 53, o en Medellín no es tomar el Metro y bajarse en la estación de Bello.
Lo primero que le respondí al estudiante es que el éxito es un concepto marcado con un alto grado de subjetividad. El éxito siempre será relativo al entorno, a los valores de la cultura y a las expectativas del sujeto que lo busca. Por oposición el éxito está en la otra orilla del fracaso o de la derrota, lo que nos permite decir que éxito y fracaso son dos polos opuestos.
Según el diccionario libre en línea (1) el éxito tiene las siguientes acepciones:
– Resultado, a menudo feliz o muy bueno, de algo.
– Cosa que supone un éxito o resultado feliz o muy bueno.
– Aceptación que tiene una persona o cosa entre la gente.
Nuestra sociedad está marcada por la necesidad de lograr el éxito, lo cual agobia y a su vez amenaza a nuestros jóvenes. En el mundo del mercado la imagen de persona exitosa es el reflejo de grandes logros en una profesión o en los negocios y tiene que ver con la opinión de los demás y más aún si esta trasciende a los medios masivos de comunicación.
La siguiente frase de Aristóteles Onassis (2) escenifica en forma dramática esta propuesta de la sociedad:
“Para lograr el éxito, mantenga un aspecto bronceado, viva en un edificio elegante, aunque sea en el sótano, déjese ver en los restaurantes de moda, aunque sólo se tome una copa, y si pide prestado, pida mucho”.
Pero es importante tener presente que el concepto éxito tiene un alcance mucho más amplio y puede aplicarse a diferentes escenarios de la vida de una persona.
Uno puede ser exitoso en su tarea de padre, en un taller de escritores aficionados, en un curso de cocina, en un trabajo social que beneficie a la comunidad, en un proceso para recuperar la salud, etc. El éxito no es sinónimo de logros económicos sino que es el resultado de logros personales. Es el final del camino de lograr metas propuestas en la vida, sin que tengan que estar ligadas al tema económico y de remuneración en pesos, dólares o euros.
Ser exitoso no es ser el mejor, porque una meta puede ser llegar a un nivel sin que la pretensión sea específicamente en ser número uno. Ser exitoso es alcanzar una meta propuesta por uno mismo. Es un tema que tiene que ver con las expectativas individuales, que no necesariamente tienen que coincidir con los deseos de terceros. Si, como nos plantea el diccionario, el éxito redunda en felicidad, alcanzar este estado solo puede ser valorado por uno mismo.
Para lograr el éxito en la vida uno tiene que ponerse metas, luchar por ellas y saber reponerse de los fracasos. Como nos enseña el famoso deportista Michael Jordan: (2) “He fallado una y otra vez en mi vida, por eso he conseguido el éxito”.
El poeta Emerson nos propuso que (2) “El éxito consiste en obtener lo que se desea. La felicidad, en disfrutar lo que se obtiene”.
Frente a la pregunta del estudiante, sobre el éxito en la vida profesional, le respondí que éste no siempre está ligado al éxito académico. Ser un estudiante con alto rendimiento y notas destacadas no es un camino directo al éxito profesional, porque en la vida de las organizaciones hay otras variables que importan mucho y que en el esquema clásico de muchos ejercicios universitarios no se tienen en cuenta.
Estas variables son, entre otras: apertura mental para entender que en el mundo real no hay verdades absolutas, capacidad de socializar con diferentes grupos, un toque de pragmatismo para entender que en el mundo de las organizaciones los resultados son muy importantes, etc.
Como decía Benjamín Disraelí (2):
“El secreto del éxito en la vida de un hombre está en prepararse para aprovechar la ocasión cuando se presente”.
Les habló Diego Germán Arango Muñoz, Ingeniero, Psicólogo y Administrador Turístico, profesor de la Universidad Nacional de Colombia y consultor en Mercadeo Gerencial.
Bibliografía:
(1). http://es.thefreedictionary.com/%C3%A9xito
(2). http://www.proverbia.net/citastema.asp?tematica=73
Buen artíoculo para que lean nuestros jóvenes que se preocupan más por el qué dirán que por su propia experiencia y satisfacción personal