Comerciantes, víctimas del complejo 2020

La esperanza, siempre alta entre los comerciantes, se venía abajo con el pasar de los días. Constantemente trataban de alentarse proyectando alzas en los días venideros.


Terminó un año de grandes retos. Un año que nos recordó lo vulnerables que podemos llegar a ser como humanidad; que mostró nuestras fragilidades y las profundas problemáticas sociales que nos aquejan. Un año que en igual medida vislumbró hasta dónde podemos llegar si nos unimos y ayudamos al otro. El 2020 no se puede leer como blanco o negro; fue un año de matices en donde unos dolorosamente cayeron, otros lograron mantenerse y pocos vencieron.

El sector salud se vio en permanente colapso; la pandemia afloró la decadencia en la que subsisten los hospitales y el personal que allí labora. Retrasos en los pagos, carencia de equipos médicos, entre otros tantos problemas que afrontan, se vieron de forma más evidente. El comercio no salió ileso ante el demoledor 2020. Según Fenalco, para el mes de mayo aproximadamente 80.000 comercios formales (10%) habían cerrado permanentemente sus puertas. Eso sin hablar de la cantidad de personas que perdieron su empleo. Según Fenalco Antioquia, para junio del 2020 el 47% de los comerciantes había realizado despidos. Familias que dependían de este sector se quedaron sin su sustento económico, incrementando las cifras de desigualdad y pobreza.

Durante la temporada decembrina tuve la oportunidad de trabajar en un centro comercial de la ciudad. Sin llegar a parecer dramático, el panorama era desalentador. Locales comerciales cerrados; carteles que anunciaban la venta o arrendamiento adornaban los corredores del centro comercial. La incertidumbre rondaba los pasillos; cada uno de los comerciantes aguardaba por un incremento en sus ventas que lograra recuperar lo perdido durante el año. Los diferentes cierres en meses pasados hicieron que el 2020 se convirtiese en un año para nunca olvidar. Fueron pocos quienes lograron salir medianamente afectados por la crisis vivida. La última esperanza se llamaba temporada decembrina. Los primeros días del mes fueron desoladores en comparación a la misma fecha del 2019. La esperanza, siempre alta entre los comerciantes, se venía abajo con el pasar de los días. Constantemente trataban de alentarse proyectando alzas en los días venideros. La semana del 15 de diciembre sería el nuevo anhelo. Aguardaban por la primera quincena del mes para ver un incremento en sus ventas. Si bien se presentaron días favorables en los que las preocupaciones bajaban, las cifras a las que estaban acostumbrados para esta época no se exhibían por ninguna parte. Según Fenalco Antioquia, un 39% de los comerciantes manifestaron que las ventas de diciembre del 2020 fueron menores a las obtenidas un año antes.

Muchos eran los motivos de preocupación: pago de proveedores, salario de empleados, primas navideñas, cuota de administración y arrendamiento, servicios públicos, impuestos, entre otras obligaciones que se adquieren al emprender un negocio. Seguramente lo obtenido en diciembre serviría también para saldar lo adeudado durante el año, pues muchos de los comerciantes tuvieron que endeudarse para pasar los duros momentos de cierre, las largas cuarentenas, los incontables toques de queda y las inesperadas ‘ley seca’. Ser comerciante en el mundo fue duro, pero serlo en Colombia lo es mucho más; sobre todo si se es microempresario. Según la Unidad de Gestión Pensional y Parafiscales del Ministerio de Hacienda (UGPP), hasta el mes de agosto se beneficiaron un total de 134.369 empresas del Programa de Apoyo al Empleo Formal (PAEF), pero la realidad de muchos comerciantes del centro de la ciudad es distinta. Te relatan que jamás recibieron ayudas por parte de la alcaldía o el gobierno nacional; se vieron obligados a tomar diferentes alternativas para el pago de nómina o primas de sus empleados.

Fuente: Fenalco

Diciembre cerró con cifras considerablemente positivas en comparación a los demás meses de pandemia. El pico y cédula y los toques de queda decretados en la ciudad dificultaron un mejor cierre de la temporada decembrina, así lo manifestó el director ejecutivo de Fenalco Antioquia: “Cerramos el año con algunas afectaciones que son producto de las diferentes medidas establecidas en el departamento y en los municipios del valle de Aburrá, donde el comercio vio relegadas sus esperanzas de recuperación económica y de empleo para finales del año, teniendo que tomar algunas decisiones de último minuto que les permitiera mantenerse a flote en medio de la difícil situación que aún estamos enfrentando a causa de la pandemia”

Evidentemente el 2020 fue un año difícil para este sector y enero del 2021 no pareciera ser la excepción. Múltiples cierres se han decretado en diferentes ciudades del país; viene otro semestre complejo para los comerciantes. No queda más que enviarles buenos deseos; contribuir en la compra de productos y servicios a los micro y pequeños empresarios; y pedirles a los gobiernos locales y nacional verdaderos auxilios para aquellos que no aguantan un cierre más. No podemos olvidar que miles de familias dependen ello.

Andrés Trujillo Ossa

Mi nombre es Jorge Andrés Trujillo Ossa, estudiante de noveno semestre de Pedagogía de la Universidad de Antioquia. Soy un ciudadano inconforme al cual le gusta escribir y expresar sus ideas en el papel, pero que se siente en la obligación de compartir su opinión con el resto de la ciudadanía y de esta forma ser la voz de muchos que hemos permanecido relegados y casi silenciados.

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