“Todos los humanos nacen libres, gracias a que estamos hechos a imagen y semejanza del creador, y ya que, Dios no crea esclavos, ni robots, sino seres libres, Dios nos concede el derecho a la libertad.”
¿Qué se necesita para perder la libertad?, ¡perderla!, por obvio o incluso simple que parezca la respuesta, tiene detrás un contexto, y es que como bien lo decía Ronald Reagan la libertad siempre está bajo ataque y perderla puede ocurrir en un abrir y cerrar de ojos.
Colombia no se escapa de esta realidad, nuestra libertad está en peligro desde que Gustavo Petro llegó a la presidencia, muchos dirán: “eso no es así”, o “eso es exagerado”, sin embargo, nuestra situación como país se parece mucho a la historia de la rana que para cocinarla la metieron en la olla en agua fría y aunque la rana no se daba cuenta, le iban subiendo la temperatura, y se iba acostumbrando al calor hasta que fue demasiado tarde y no pudo escapar.
Lo preocupante es que, así como en el caso de la rana en la olla, los colombianos estamos perdiendo poco a poco la libertad, y aunque es imperceptible para la mayoría, la realidad es inocultable.
Todos los humanos nacen libres, gracias a que estamos hechos a imagen y semejanza del creador, y ya que, Dios no crea esclavos, ni robots, sino seres libres, Dios nos concede ese derecho a la libertad.
Pero, existen cierto tipo de ideologías y corrientes que vuelven esclavo al ser humano, sobre todo aquellas que dan un papel protagónico y mayor al Estado.
En los 34 meses de presidencia de Gustavo Petro, Colombia ha vivido una crisis, en la que cada vez el Estado es más protagónico y el individuo menos, porque, han logrado que las personas pongan cada vez más su confianza en el gobierno, para el 30% de la población que apoya a Petro, ha sido una labor de pedagogía que les ha nublado la razón, pero para el resto de colombianos ha sido a la fuerza.
Todo el discurso desde que comenzó este gobierno ha hecho énfasis en que la solución a los problemas se alcanzan sí lo público lo hace, la destrucción del sistema de salud da fe de esto, el gobierno intervino 8 EPS lo que le ha permitido el control de la salud de 29 millones de personas, esto es un claro ejemplo de cómo se pierde la libertad, porque las personas perdieron la libertad de elegir su EPS, es decir de decidir quién los atiende.
Las pensiones son otro claro ejemplo, pasamos de poder elegir libremente el fondo de pensiones, a quedar todos inscritos y ser esclavos en Colpensiones, porque la reforma pensional le dio el manejo obligatorio de la cotización de los primeros 2.3 salarios mínimos mensuales que ganemos,
Que el Estado quiera meterse en todo, no es algo que sea exclusivo de este gobierno, de hecho esta es un idea que ha venido creciendo en Colombia y ha tenido diferentes desarrollos en anteriores presidencias, sin embargo, con Petro, un estatizador consumado, quien añora que se implemente el socialismo en Colombia como bien lo expresó en el discurso en Barranquilla del 20 de mayo, ha puesto en grave peligro nuestra libertad, llevando en general al país a depender cada vez más del gobierno, del Estado, es decir de los politiqueros.
Colombia es una nación que Petro está llevando a la esclavitud. ¡Es hora de despertar!. Tal vez mañana sea muy tarde.
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