A mi modo de ver, este gran paro nacional agrícola ha dejado al descubierto partes de las bases de una estructura (política, económica, social) mal coordinada con los propósitos del país que las construyó. A simple vista y por medio del lenguaje cotidiano se habla de los TLC que crearon una situación crítica para el país y que ese era el gran problema. Las marchas y acontecimientos donde se mostraba el uso desmedido de la fuerza pública conmovieron al país entero e hicieron que todos salieran a dar sus opiniones, unas más meditadas, otras más estudiadas, algunas llenas de pasión y otras opiniones derivadas de personas que escuchaban a gente opinar. Bajo la gran premisa, “las cosas no son como las vemos, sino que las vemos como somos” escribo este artículo, con el que espero dar, tal vez, otro punto de vista alejándome de los emocionalismos que genera esta situación.
Comencemos con el estado de la información. Los poderosos medios de comunicación nacionales muestran una cara del conflicto (unilateralmente) donde apoyan seguramente los intereses de aquellos más afines a su actividad, y sería loco pretender que darían otra perspectiva, ellos construyeron lo que tienen al igual que nosotros construimos lo que tenemos, y como cualquiera de nosotros no lo van a utilizar en su contra. Por el otro lado, los medios de comunicación sociales (redes sociales, creadas por negocios transnacionales) le dan la oportunidad a la otra cara de la moneda, donde estos reaccionaron de la misma forma que los grandes medios, mostraron su propia cara (unilateralmente) y en ese proyecto tocaron los corazones de muchos compatriotas, que se unieron a sus filas. Ahora se sumaron grandes protestas a la causa, estudiantes en paro, transportadores en paro, incluso se rumora de profesores que entrarían a paro y el sector salud. Todos reclaman cosas que dicen merecer, y se me hace imposible no pensar en que los que consiguen realizar grandes obras, siempre dicen que uno tiene lo que se merece.
Ahora pienso en una pregunta. Qué es lo que quiere la gente? Los paperos quieren condiciones dignas con un precio que ellos quieran recibir al vender su producto, en últimas, quieren un negocio rentable. Los transportadores necesitan trabajar con un negocio rentable igualmente, cosa que los costos operacionales de tal actividad en este país dificultan en gran medida. Los estudiantes por su parte van por esa educación gratuita, de calidad y que garantice un futuro brillante a todos aquellos que pasen por ella. Como veo las cosas estas son las conclusiones a las que llego, sobre esta pregunta. Todos quieren el bienestar.
Por último, y esto lo escribo como un momento de reflexión. El método (la protesta) que usan nuestros hermanos para conseguir aquello que quieren, es irremediablemente un símil de un bebé que llora a su madre para ser amamantado, como es lógico la madre lo amamanta, eso me dice que la sociedad Colombiana o al menos aquellos que salen a protestar están esperando a que el gobierno los amamante, a que les solucione los problemas, así como cuando los niños pasan por kínder, aquella parte de la sociedad no ha asimilado el hecho de la economía global interconectada en la que vivimos, que necesita de la competencia para generar bienestar a más gente, aquella parte de la sociedad no quiere competir, pero si quiere disfrutar de todo lo que ha dado el mundo actual, disfrutar de cines, libros, ropa, finanzas, internet, celulares, televisión, tecnología, etc. No desconozco que mi país tenga problemas, y grandes, como dije al principio, de carácter estructural, pero algo que puedo aseverar con toda convicción es que los bebés no construyen la civilización, los bebés sólo consumen con el objetivo de que cuando crezcan se ocupen de sus vidas y den al mundo lo que el mundo les ha dado, y como lo muestran los hechos, Colombia todavía no ha dado al mundo lo que el mundo le ha dado, y mientras siga pidiendo a llantos ser amamantado no lo hará porque los párvulos no hacen eso, ese es un trabajo de hombres que saben, que si quieren ver un cambio ellos mismos lo deben ser. Colombia necesita patriotas, personas capaces de soñar con lo más grande y que sean capaces de aferrarse a esos sueños hasta convertirlos en una realidad. Colombia necesita menos ciudadanos en el kínder.
Esta es una opinión sobre el estado mental Colombiano, el cual es el principio de cualquier estructura que se desarrolle, pronto escribiré sobre los que para mí son problemas de estructura política.
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