El trabajo literario de nuestro nobel García Márquez se destaca por el uso del realismo mágico para poder transmitir la narrativa de sus distintas obras de una manera distinta y al mismo tiempo dándole ese toque que solo él podía darle, a la realidad de lo que escribía, que en muchas ocasiones se inspiraba en la historia y realidad del país,
Es por esto mismo que en el momento en el cual se escribe esta columna se puede afirmar que la actualidad del país es más parecida a una nueva obra escrita, salida de un estudio en Aracataca, a la actualidad de una país que está en los ojos del mundo por el gran contexto que en esta última década se ha vivido dentro de la política nacional.
Al parecer desde la Casa de Nariño se está poniendo en escena algún escrito inédito o están siguiendo algún libreto cinematográfico al mejor estilo de Dago García, porque mientras el poder ejecutivo está de viaje en Europa o simplemente desaparecido, dentro de las fronteras nacionales se vive una economía que no se sabe para dónde es que va, un proceso de paz que cada vez genera más dudas y una serie de problemas de infraestructura que más de ser de una tendencia de “economía naranja” parecen de “ojala no se caiga antes de que nos paguen” a esto hay que sumarle la corrupción y un sin número de problemáticas más.
Mientras este gobierno se dedique a jugar con un balón de fútbol, tocar la guitarra, viajar y usar twitter como si de medio oficial se tratase, al mismo tiempo que las vías se caen, la economía no despega, el desempleo rompe récords, aumenten los asesinatos de líderes sociales, se caiga el compromiso con la paz y con este el prestigio internacional, puede que nuevos nobel de literatura se inspiren en este gobierno que parece sacado de una comedia de los 80°.
Es por todo esto y mucho más que es hora de preguntarnos como ciudadanos directamente afectados, seguiremos aguantando que el país lo cojan de juguete o al fin entenderemos que un país es un tema serio y que solo hay una manera de sacar a este platanal del hueco en el que esta y es trabajando juntos como una sola nación, cortando los problemas de raíz y dejando de enfrentarnos por ideologías y partidos a los que poco les importamos. Sabemos de buena fuente que esos pañitos que se les ponen a los problemas del país solo llevan a la decadencia y la violencia.
¿En serio quiere seguir en lo mismo?