Cerrar el paso

“Aunque se les pueda cerrar físicamente el paso a los migrantes, estos siempre encontrarán una forma para continuar su camino”


 

Anualmente, más de medio millón de personas recorren la selva del Darién en busca de un “sueño”. A pesar de verse expuestos a condiciones climáticas vulnerables y a veces extremas, redes de tráfico de personas, violencia sexual o económica; cientos de mujeres y hombres acompañados con o sin sus familias deciden continuar por una ruta que desde hace años se considera como una de las más peligrosas del planeta[1] para migrar.

El anuncio del actual presidente de Panamá, José Raúl Mulino, acerca de cerrar su frontera selvática con Colombia alarmó a muchos, y en las últimas semanas estos pronunciamientos que hizo desde su campaña electoral se hicieron realidad. Desde la perspectiva panameña es más que claro que existe una crisis humanitaria y un gran desbordamiento en las obligaciones que deben cumplir de acuerdo con el Derecho Internacional Humanitario para asistir a miles de seres humanos que pueden llegar heridos, desnutridos o con la necesidad de obtener acceso a medicamentos y servicios esenciales. La carga es aún mayor si se tiene en cuenta que en medio de este tránsito, se estima que al menos 30.000 niños atravesaron el Darién durante el 2024[2].

En una reciente entrevista, el Director de Migración del estado panameño , Roger Mojica, explicó que el cierre de ciertos pasos se realizó para tratar de controlar la migración irregular e intentar que la mayoría de las personas migrantes puedan desplazarse por el mismo camino. Sin embargo, esto no deja de agudizar el problema, ya que la presencia de redes ilegales de migración ya tiene el suficiente control dentro de las fronteras entre Colombia y Panamá.

Una persona que quiera cruzar por estos territorios, encuentra un panorama en el que puede pagar por diversos “servicios” si desea acortar el camino. Una lancha puede costar alrededor de $30 dólares por persona; un guía en medio de la selva que les garantice cierta seguridad a los migrantes puede cobrar más de $100 dólares y otros ejemplos de transporte por vía terrestre siguen sin ser regulados[3]. Se trata de cobros en los que es común que sean engañados o en los que están expuestos a ser coaccionados para transportar estupefacientes de un territorio a otro. De negarse, pueden ver comprometida su vida, integridad y seguridad, así como la de sus familias.

Sin duda, desde la frontera colombiana, el control no lo tienen las autoridades sino organizaciones criminales, especialmente el Clan del Golfo que controla gran parte de las rutas, las “tarifas” anteriormente mencionadas y en general la cruda realidad a la que se someten los migrantes que intentan cruzar hasta Panamá. Según Human Rights Watch [4] (2023) “el grupo armado pudo haber obtenido un total de 57 millones de dólares entre enero y octubre de 2023”. Es decir, no solo se trata de una profunda coyuntura migratoria, sino que también se ha convertido en un negocio para grupos ilegales que operan y continuarán ejerciendo su dominio porque durante años ha existido un contexto de corrupción y ausencia de presencia estatal.

Al respecto, desde el marco jurídico no son muy claras las soluciones. Existe todo un cuerpo legal que cobija los derechos de los migrantes, especialmente porque en el sistema interamericano se les ha reconocido como “sujetos de vulnerabilidad”. Existen múltiples tratados internacionales que protegen esta serie de derechos.  A nivel general, la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre y la Convención Americana de Derechos Humanos contemplan una serie de garantías que deben cumplirse para cualquier persona independientemente de su condición migratoria[5].

De forma más concreta, son instrumentos relevantes para esta materia: la Convención sobre el Estatuto de Refugiados, el Pacto Mundial para la Migración Segura, Ordenada y Regular y los Principios Interamericanos sobre los Derechos Humanos de las Personas Migrantes, Refugiadas, Apátridas y las Víctimas de Trata de Personas, la Convención sobre el Estatuto de Refugiados y el Pacto Mundial para la Migración Segura, Ordenada y Regular. Aunque estos presenten un amplio catálogo de derechos, obligaciones y deberes a cargo de los estados, en la actualidad no ha sido suficiente para que se tomen medidas efectivas.

Además, existe un punto en común que señalan tanto los informes que han sido realizados por entes internacionales como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y otras ONG, donde afirman que esta crisis humanitaria y migratoria es un problema transnacional. En el fondo, subsiste el interrogante acerca de cuál pueda ser una solución para la que miles de personas deciden cruzar fronteras de forma irregular y se exponen a miles de peligros. Esto, sin dejar de lado el respeto por la soberanía de los estados de tránsito y destino que están especialmente afectados por esta situación, al verse abrumados por la cantidad de obligaciones que deben cumplir y así evitar futuras demandas y sanciones.

En medio de la tensión, no puede olvidarse que se está hablando de niños, niñas, mujeres y hombres que normalmente migran buscando algo que, según muchos analistas, ya no existe llamado “el sueño americano”[6]. Y mientras no se busque una verdadera inversión y educación para conquistar esos derechos que quedaron plasmados hace mucho tiempo dentro de los países de origen, la situación podrá continuar agravándose. Gran parte de los migrantes vienen de países como Venezuela, Ecuador, Haití, en los que internamente están viviendo crisis económicas, políticas y sociales. Aunque se les pueda cerrar físicamente el paso a los migrantes, estos siempre encontrarán una forma para continuar su camino.


[1] National Geographic. (2023). ¿Por qué la selva del Darién es conocida como una de las más peligrosas del mundo? https://www.nationalgeographicla.com/viajes/2023/07/por-que-la-selva-del-darien-es-conocida-como-una-de-las-mas-peligrosas-del-mundo

[2] CNN Español. (2024).Los cruces de niños migrantes por el Tapón del Darién aumentan 40% en lo que va de año, dice UNICEF. https://cnnespanol.cnn.com/2024/05/16/tapon-darien-ninos-migrantes-unicef-trax/#:~:text=UNICEF%20indic%C3%B3%20en%20un%20comunicado,sido%20separados%20de%20sus%20familias.

[3] Lizcano, J., y Ballestin. R. (2022). Cómo explota el crimen organizado el flujo de migrantes por el Tapón del Darién en Colombia

https://insightcrime.org/es/noticias/crimen-organizado-explota-flujo-migrantes-tapon-darien-en-colombia/

[4] Human Rigths Watch. (2023). Este infierno era mi unica opción. https://www.hrw.org/es/report/2023/11/09/este-infierno-era-mi-unica-opcion/abusos-contra-migrantes-y-solicitantes-de-asilo

[5] Comisión Interamericana de Derechos Humanos. (2023). Movilidad Humana y obligaciones de Protección. Hacia una perspectiva subregional. https://www.oas.org/es/cidh/informes/pdfs/2023/Informe_Movilidad_Humana.pdf

[6] BBC NEWS. (2019). «El sueño americano es una farsa»: qué es la «trampa de la meritocracia» (y cómo afecta tanto a pobres como a ricos en Estados Unidos). https://www.bbc.com/mundo/noticias-50258187

María Camila Perdomo Forero

Estudiante de derecho, he participado como líder voluntaria en organizaciones sin ánimo de lucro y activamente como monitora en proceso de lectura y escritura en la universidad. Me intereso por la literatura, la política, los derechos humanos y la escritura como forma de expresión del conocimiento, arte y ciencia.

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