Cartas a Víctor Hugo: fantasmas en la ciudad

Cordial saludo Víctor, buscando hoy algunas cosas en el baúl de los recuerdos, encontré una vieja foto de cuando éramos chicos. ¿Recuerdas? íbamos disfrazados a la escuela, cualquier día del año, sin importar si era febrero, julio u octubre. Vestidos de super héroes tratábamos de enfrentar a todos los fantasmas que nos acechaban en las calles, eran tiempos ingenuos en los que el coco estaba debajo de la cama o a la vuelta de cualquier esquina del barrio.

Esa foto me ha hecho recapacitar mucho, pues si lo piensas bien, hoy después de casi cinco décadas, la ciudad sigue siendo el hogar de una cantidad cada vez más grande de fantasmas, algunos de ellos sobreviven al pasado, otros son nuevos y unos más que aún no existen, aparecen en nuestra mente y más que asustarnos nos aterrorizan, pues por desgracia mi amigo, esos viejos trajes de Superman y Aquaman ya no nos sirven, y por ello, tristemente, nos hemos quedado totalmente indefensos.

Atormentados por las redes sociales y la desinformación en línea, la Humanidad se mueve temerariamente entre un sinnúmero de noticias falsas o verdades a medias, edificando con ellas una nueva gran torre de babel, millones de personas hablando en igual número de lenguas impide que se llegue a arreglos y consensos que sean sensatos para la mayoría, pareciera que crear burbujas frágiles de jabón es la forma de edificar una nueva realidad por demás frágil y efímera.

Hoy tenemos miedo a la inflación, a la recesión económica, a los nuevos gobiernos, a no tener con qué pagar la comida, la vivienda, la salud, la gasolina, el alcohol, la rumba, el internet o la educación de los hijos, tenemos miedo a no tener suficiente dinero en el banco para el futuro, para cuando seamos viejos -como si tuviéramos la certeza de que estas dos cosas ocurrirán-, tenemos miedo a no tener, a no poder atesorar, tenemos tanto miedo que simplemente no nos deja vivir el presente, y poco a poco nos esta arruinando el futuro.

El tiempo presente Víctor, nos exige profundas reflexiones personales, mucha prudencia y sobre todo mucha inteligencia emocional.  El tiempo en que vivimos, no es un buen momento para confiar en lo que dicen las redes, la opinión pública o los dogmáticos que abundan en las calles y en la internet. Es tiempo de escucharnos a nosotros mismos y actuar en consecuencia a lo dicho en esa conversación interior.  Es tiempo Víctor de salir a las calles a enfrentar a los fantasmas, a esos que nos asustan sin razón.  El futuro mi amigo, solo será negro si cada uno de nosotros decide pintarlo de ese color. Afortunadamente mi amigo, todavía nos quedan algunos vestigios de Felicidad y libertad, consignas profundamente Humanas, que aún son posibles.

Se despide por hoy tu amigo.

Felipe.


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Felipe Jaramillo Vélez

Doctor en Filosofía de la Universidad Pontificia Bolivariana, Creador de la escuela de pensamiento Aún Humanos la cual reflexiona sobre el ascenso de la técnica sin reflexión desde el Humanismo.

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