Desde hace un par de años, después de leer Camino de servidumbre de F. A. Hayek, obra que el pasado mes de marzo cumplió ochenta años desde su primera publicación, me he puesto a pensar muchas veces sobre sus ideas básicas y cómo se podrían aplicar en el actual contexto latinoamericano. Por esto, creo que es necesario examinar la relación entre las ideas liberales clásicas y el entorno político y económico de nuestra región.
La importancia de la obra de Hayek
Hayek sostenía firmemente que una mayor intervención estatal, en nombre del “bien común” y de la “justicia social”, siempre llevaría a restringir las libertades individuales.
Esta advertencia es de suma importancia, ya que radica en un análisis de la historia reciente de muchos países latinoamericanos, donde la centralización de políticas estatales condujo a disminuir de manera significativa las libertades civiles y económicas.
Análisis de la situación actual de América Latina
La situación latinoamericana, para pesar de muchos de nosotros, es bastante difícil, empezando por las políticas económicas que generan un impacto negativo en los posibles incentivos del mercado y en la eficiencia de las instituciones democráticas. En parte de nuestros países aún prevalece la promesa de redistribuir la riqueza mediante leyes y políticas, las cuales solo generan inflación, déficits fiscales y una corrupción insostenible. Todo esto son factores que se fusionan para terminar con la confianza en las instituciones públicas, y dejan en claro la incompetencia de los Gobiernos para gestionar recursos y promover tanto el desarrollo humano como económico.
Venezuela es el ejemplo más evidente. Con Hugo Chávez y Nicolás Maduro, se llevaron a cabo medidas para expropiar empresas del sector privado e instaurar controles de precios, causando una crisis económica sin precedentes. El exceso de intervención gubernamental condujo a escasez de productos básicos e hiperinflación. El poder político concentrado en unos cuantos, dio como resultado la casi desaparición de libertades individuales, entre ellas la libertad de prensa y la libertad política.
Todas estas consecuencias de las políticas económicas socialistas tuvieron implicaciones muy parecidas en la Argentina. En el marco de Gobierno de “los K” se efectuaron controles de índole cambiaria y expropiaciones, llevando a una reducción de la inversión extranjera en este país, y que de igual manera, tuvo mucho que ver con los temas de seguridad empresarial. Los niveles de corrupción empezaron a ser un problema generalizado en la economía argentina, envolviéndola en un bucle de inflación y recesión. Argentina es el espejo de que las políticas no solo afectan la economía, sino la institucionalidad democrática.
Otro ejemplo es el de Rafael Correa. Con este, la intervención gubernamental en Ecuador tuvo un aumento significativo. El tema de la nacionalización de sectores estratégicos y el imponer estrictas regulaciones a los bancos y medios de comunicación ocasionó que el poder se centrará en la rama ejecutiva. El resultado: una fuerte dependencia por los hidrocarburos como fuente de ingresos, dejando al Ecuador expuesto a los cambios del mercado mundial.
Impacto del intervencionismo y de la concentración de poder
El intervencionismo es de los principales males en América Latina, el cual ha causado daños a la iniciativa privada y los mercados locales. A través de este, los personajes políticos concentran más el poder, produciendo un aumento de la polarización social y debilitando los contrapesos democráticos como son la independencia judicial y el pluralismo político. Esto no solo obstaculiza el crecimiento económico, sino que también influye en la capacidad de los individuos en tomar las decisiones que afectan sus vidas.
Sobre este tema, el caso más preocupante es el de Nicaragua bajo el mandato de Daniel Ortega. Allí, todas las libertades individuales son vilmente limitadas, en especial, la libertad de expresión. En lo que respecta al intervencionismo económico –y por ende, la corrupción– se generó una falta de confianza en la institucionalidad, provocando un estancamiento de la economía y elevados niveles de pobreza y desigualdad.
Durante el periodo de Gobierno de Evo Morales, Bolivia se vio envuelta en una similar concentración de poder. Aunque de alguna manera, la nacionalización del gas y otras políticas de control estatal lograron cierto crecimiento, esto, al día de hoy, no existe más. Dichas políticas desincentivaron la inversión y aumentaron la corrupción de forma irracional, atentando directamente contra la economía del país. Cabe mencionar, que con la intención de Morales de continuar en el poder pasando por encima de la Constitución Política, se debilitó la institucionalidad democrática y trajo una grave crisis en el ámbito político.
Desafíos en el desarrollo económico y la sostenibilidad
Hayek tenía la idea de que respetar la propiedad privada, fomentar la competencia y promover un entorno relativamente regulador que no desfigure los mercados, son las únicas alternativas para lograr un desarrollo económico sostenible. En verdad, la falta de políticas ambientales efectivas en Latinoamérica lleva a que se dé una explotación inadmisible de los recursos naturales, pues pone en riesgo la biodiversidad y el equilibrio ecológico, lo cual significa que no solo el bienestar de las siguientes generaciones estará en peligro, sino que también habrá dependencia económica y una fuerte fragilidad en el manejo de nuestro entorno.
Por ejemplo, en Perú las convulsiones sociales y ambientales surgieron como resultado de todas las políticas extractivistas que no tuvieron ningún tipo de regulación ambiental, o al menos la adecuada. El tema de las minerías en zonas protegidas causó contaminación y perjudicó a muchas comunidades locales, y la corrupción en la concesión de licencias mineras empeoró la problemática, en especial en materia de desarrollo económico y, paradójicamente, cuidado del medioambiente.
Conclusión y reflexión
Queda claro que las enseñanzas del autor respecto a los riesgos de la intervención estatal y la concentración de poder son pertinentes y muy necesarias. Se deben implementar políticas que fortalezcan la democracia, estimulen la transparencia, y sobre todo, incentiven la toma de decisiones para crear sociedades enfocadas en el progreso continuo. Esto solo se logra con un renovado compromiso con la libertad individual y la responsabilidad fiscal, es decir, apropiarnos de los pilares fundamentales del liberalismo clásico.
Es bien importante fomentar la autonomía individual y exaltar los beneficios de la economía de libre mercado, y al mismo tiempo, la preservación del entorno natural, en aras de prevenir los “caminos de servidumbre” que Hayek nos alertó, y así comenzar a trazar un futuro libre y próspero para Latinoamérica.
Este artículo apareció por primera vez en nuestro medio aliado El Bastión.
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