Hace tres años tomé la decisión de dejar de utilizar el carro en el día a día y me compré una bicicleta urbana, quiero afirmar que esa ha sido la mejor decisión y la mejor compra que he podido realizar, ya que literalmente cambió mi vida para bien.
Ahora yo no me considero un romántico de la bicicleta, confieso que lo hice principalmente porque después de usar el carro diariamente por más de 10 años me cansé de lo incómodo que es tener un carro en una ciudad, y viendo las experiencias de otras personas en Medellín, Bogotá y en otros países, decidí reemplazarlo por la bicicleta y por eso quiero sustentar con hechos los grandes beneficios que me ha traído.
Desde hace tres años me estoy ahorrando 300 mil pesos mensuales (o sea, 3.6 millones al año) en parqueaderos y gasolina solamente, y desde hace un año que después de la última costosa reparación decidí simplemente vender el carro me he ahorrado otros 3 millones de pesos adicionales entre mecánicos, impuestos y seguros, quien sigue todavía creyendo que la bicicleta urbana es un cuento romántico de los ambientalistas está perdiendo mucho dinero.
Los que dicen que la bicicleta es muy lenta ignoran que desde hace 5 años o más la velocidad promedio de los carros en Medellín es de 12 km/hora, uno en la bicicleta puede ir tranquilamente a 15 km/hora y en estos tres años mediante mediciones con el GPS he podido comprobar que en los recorridos urbanos normales dentro de Medellín comparado con el carro en promedio uno se toma solo 5 minutos más en horas pico y 10 minutos más en horas valle, como se los resumo en esta infografía:
Por eso para ser concretos y constructivos quiero indicar cuales son los dos factores absolutamente necesarios para que la bicicleta urbana deje de ser un nicho de unos pocos aventureros y se vuelva una solución real de transporte para más gente en Medellín.
Cambio cultural
Esto es lo que me han dicho en estos tres años quienes dicen que no renuncian al carro porque en la ciudad es muy incómodo andar en bicicleta o que por otros factores se vuelve imposible: En la bicicleta se va muy despacio y no rinde, se suda demasiado y uno llega oliendo mal al destino, no se puede usar cuando llueve, no se puede usar de noche, te la van a robar, no se puede llevar nada, etc.
No voy a extenderme explicándoles en detalle la solución para todos esos inconvenientes pero les aseguro que todos tienen soluciones sencillas, en un futuro voy a hacer un video mostrando cuáles son esas soluciones pero para resumir sólo se trata de ser creativo, flexible y de aprender trucos de los ciclistas urbanos de otras ciudades en el mundo.
Pero si como sociedad en general no tenemos un cambio cultural profundo respecto a la excesiva valoración que le damos al vehículo y aprendemos a aceptar al ciclista urbano no va a ser posible que mucha gente se le mida, porque el miedo es tan poderoso que muchas personas prefieren vivir endeudados pagando un carro a la alternativa de ahorrar mucho dinero y ser más saludables con la bicicleta.
Ciclofajas, ciclorrutas y cicloparqueaderos
Yo admito que puedo desplazarme día y noche en la ciudad gracias a dos factores: Tengo un buen nivel de habilidad con la bicicleta y poco miedo a utilizarla y mis 10 años de experiencia como conductor me permiten saber como protegerme de ellos con seguridad, pero soy consciente que esas habilidades no la tienen la mayoría de la población y por eso si no se construye la infraestructura mínima necesaria para los ciclistas urbanos esta no se puede masificar.
La solución necesaria de infraestructura vial es muy simple y muy barata: ciclofajas en la derecha para las avenidas y arterias principales, ciclorrutas para las rutas troncales en la ciudad y cicloparqueaderos para poder dejar la bicicleta en lugares seguros.
Ninguno de estos tres elementos tiene inconvenientes técnicos, todos son realizables utilizando una pequeña parte del presupuesto del municipio, solo falta verdadera voluntad política, solo falta verdadera decisión, no simplemente tomarse la foto montando la bici urbana en un video como lo hizo nuestro actual alcalde.
PD: Escribo esta columna mientras busco el último accesorio que me faltaba para mi bicicleta urbana, aunque confieso que mi esperanza siempre fue nunca haberlo tenido que comprar pero con todo el dolor debo admitir que desde esta semana este se ha convertido en un instrumento de vida y muerte: la máscara anti polución. En los momentos de crisis como estos no hay que rendirse sino seguirse adaptando a la realidad.
Manuel me podrías recomendar algunas paginas web donde den recomendaciones para los que sudamos mucho. Te cuento que tengo una bicicleta eléctrica y aun cuando subo de la avenida el poblado al barrio Provenza llego sudando. ¿Cual ha sido tu experiencia con estos tema?
PD: Estoy de acuerdo con todo lo que escribiste en el articulo, para la ciudad es mejor transportarse en bicicleta.
yo siempre llevo agua fría con hielo para ir tomando en cada parada, además de nunca ponerme un morral en la espalda, es mejor usar una parrilla con alforjas para que la espalda no sude, sin embargo en subidas tan pendientes como esa es inevitable sudar mucho, en esas ocasiones lo mejor es uno cambiarse por una camiseta deportiva y cambiarse al llegar, yo he subido esas lomas en bicicletas eléctricas de buena potencia y no he sudado, así que esa sería otra solución.