En medio de los avances que han tenido los Diálogos de Paz con las Farc, donde no solo se ha desenredado el tema de justicia, sino que ya existe una promesa de buscar las personas desaparecidas, bajo secuestro o reclutamiento forzoso por parte del grupo armado ilegal. Ya se empiezan a asomar las principales áreas de desarrollo del Posconflicto, que será difícil y largo en el tiempo, pero que sin lugar a dudas traerá la paz a este país que desde hace 205 años la añora. Todo lo anterior, partiendo de que el Medio Ambiente y el Desarrollo Sostenible son pilares fundamentales para la pacificación del País del Sagrado Corazón, y que buena parte de los temas tratados en La Habana confluyen en el respeto a la flora y fauna de unos de los país más diversos del mundo en la materia, que sus tierras serán la razón para traer la paz. Ha pasado un hecho que si bien, ha pasado desapercibido y aún está en teoría, no deja de ser alentador y pueda ser el inicio de la Conciencia Ambiental de Colombia; la posible creación del Parque Nacional Natural Cabo Manglares, en cercanías a Tumaco (Nariño), una de las zonas que ha padecido de forma inmisericorde, la barbarie de la violencia, por parte de actores legales e ilegales.
En la columna Aliento de Tumaco (15/09/2015), se hacían las siguientes observaciones: ”Cuando los nenes de Timochenko decidieron romper la tregua unilateral el 20 de mayo pasado, decidieron ensañarse contra este municipio, con un hecho execrable y de absoluta bajeza; atentaron contra el Oleoducto Transandino, y echaron el crudo presente en las aguas del Río Mira, la cual llegó hasta el océano y afectó seriamente el servicio de acueducto y alcantarillado, durante 20 días”. Basta recordar que Cabo Manglares se encuentra en una zona preferida por el hampa para el desarrollo del narcotráfico; incluyendo farcos, elenos, aucos y bacrimes, así como políticos corruptos. Sumando el clasismo reinante en Pasto, la capital nariñense, donde miran al municipio porteño como un lugar aislado, lleno de afros a quienes no se debe mirar, que no deberían pertenecer a la región; ay el centralismo reinante en Colombia.
Prueba de lo anterior, se puede leer en una excelente crónica hecha por Alfredo Molando para la Revista Soho, bajo el título “El Cabo Manglares, extremo occidente”, donde está el siguiente párrafo: “A medida que la marea -entra dos veces diarias- va siendo detenida por las aguas del río, el manglar va desapareciendo para ser sustituido por una selva enmarañada. El viaje se vuelve monótono cuando las distintas posiciones que uno toma sentado se agotan. A las tres horas, cansados de ver agua y pájaros que alzan el vuelo de cualquier rama y se cagan en el aire, llegamos a La Toma, el sitio de donde se saca el agua dulce para Tumaco. La canoa se enrumba allí por el verdadero río Mira, ancho y fragoso”. Es una belleza natural, que si bien todavía tiene su brillo debido a que la infamia antiambiental no la ha podido destruir, es cierto también que ha estado expuesta al abandono de un estado incompetente, lento, disfuncional y nada prometedor. Mensaje para las autoridades departamentales y locales, que sean elegidas este 25 de octubre; una mirada seria y responsable a este lugar, por favor, para que siga floreciendo la vida.
¿Qué dicen las autoridades nacionales? Sobre la posibilidad del Parque Nacional Natural Cabo Manglares, porque no es un hecho aún, el Ministro del Medio Ambiente, Gabriel Vallejo, dijo entre otras cosas: “Muchas de estas áreas han estado presionadas por actividades ilegales. Por esta razón lo que buscamos es ampliar las áreas de protección y excluir estas de todo tipo de actividad extractiva para poder preservar nuestros ecosistemas. Diseñamos una estrategia que esperamos terminar en año y medio y hacer una declaratoria de protección” (Diario del Sur). Ojalá pronto pasen de la teoría a la práctica, y Señor Ministro, no vuelva a salir con un desaguisado como con Chiribiquete en días pasados.
Dato final: la publicación Savia Botánica sacó en días pasados, 12 cosas que se deben saber sobre Cabo Manglares, donde se lee lo siguiente: “El presidente Juan Manuel Santos prometió adherir 2.5 millones de hectáreas más al Sistema Nacional de Áreas Protegidas (Sinap) antes de finalizar su mandato en 2018”. Difícil esperar a que sea realidad, pero es una promesa para cumplir, ¿cierto Presidente?
PD1: mañana serán más importantes los inoportunos trinos del Falso Mesías, que los Candidatos y Candidatas ganadores del proceso electoral.
PD2: ¿al fin, hay o no hay diálogos con el ELN?
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