“El sentir de gran parte de los colombianos (sino todos) es que el bolsillo se le ha encogido en los últimos meses y estirar el ingreso se ha hecho una lucha titánica, el arroz no llega al mes, el aceite se puso más caro y la gasolina va a seguir aumentando”
Esta semana el DANE presentó la cifra de crecimiento económico del primer trimestre del año, un resultado todavía muy tímido de tan solo el 0,7% con una caída en el consumo de los hogares en bines durables de -8,6% que se suma a un retroceso del -13,5% en la formación bruta de capital, cifra que nos muestra que la inversión continúa caída. De no ser por el Agro, que aportó 1,1% a la tasa de crecimiento, podríamos estar ante un indicador negativo, además el consumo del gobierno contribuyó a la tasa no se desplomara.
Días antes, se presentaron las cifras del mercado laboral, dura realidad, 11,3% la tasa de desempleo, con un incremento más que significativo del 1.3%, más colombianos que pasaron a la condición de desempleados y por supuesto a las líneas de la informalidad, por supuesto que la generación de valor agregado de la economía va a comprometerse. También se presentó la Encuesta Mensual Manufacturera con Enfoque Territorial, nuevamente, la producción real en terreno negativo -11.1% en marzo respecto del mismo mes de año anterior, el personal ocupado -1,9%, esta vez 36 actividades industriales presentaron variaciones negativas.
Con todo lo anterior, uno de los centros de pensamiento económico más reconocido tituló: “Crónica de una desaceleración anunciada”, no es caprichoso llamarlo así, pues desde hace 15 meses la economía no levanta cabeza y de alguna manera se transmite a cada colombiano en cada hogar en cada locación geográfica de cada piso térmico del país, lo que finalmente nos da como resultado el endurecimiento del bolsillo, acompañado de un encogimiento inexplicable tal vez justificado en más de una variable. No se trata solo de precios y cantidades, se trataba además de choques internos que está sufriendo la economía, ya debemos salir del argumento que es el mundo entero el que se encuentra así y dejarnos de comparar con Francia y suiza, por ejemplo. No, la tasa de crecimiento económico es responsabilidad de Colombia y de la política económica del momento, el ciclo político también tiene influencia, así como las acciones de cada colombiano en la participación del valor agregado de la economía, así que no nos vengan a decir que es culpa del sistema o del mundo o de la globalización o de Putin con su intervención en el continente africano (que por cierto es delicada).
Así que, como suele decirse en economía: “no hay almuerzo gratis” no existe la mas remota posibilidad que las decisiones que afectan la producción no terminen por encoger el bolsillo de los colombianos, para agravar las cosas, el ahorro privado puede convertirse en una fuente valiosa de caja, a menos que se baje el umbral como resuena en el ambiente, no son caprichos tampoco ver que a pesar que la inflación viene ajustándose a la baja y el tipo de interés de política Monetaria también, las consecuencias de la crisis de precios permanece, somos conscientes que hay que hacer ajustes pero por citar un ejemplo, los colombianos ya no quieren ver más incrementos en el precio de la gasolina.
Finalmente, el sentir de gran parte de los colombianos (sino todos) es que el bolsillo se le ha encogido en los últimos meses y estirar el ingreso se ha hecho una lucha titánica, el arroz no llega al mes, el aceite se puso más caro y la gasolina va a seguir aumentando, la inversión es tímida y no nos digamos mentiras, la diversificación de actividades productivas que generen nuevos empleos está parada. Es momento de pensar las cosas hacia adelante, hacia la constitución de un ecosistema productivo innovador, fresco, llamativo, conectado con el mundo, echar culpas es lloriqueo de insensatos, pero volver a un plan de incentivo a la economía y el empleo es un camino más que aceptable en estos momentos.
El bolsillo si se ha encogido … ¿y el suyo?
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