Bogotá sin hambre 2.0: Una estrategia integral para la lucha contra la inseguridad alimentaria.

«La inseguridad alimentaria en varias localidades de Bogotá, revela no solo una falta de acceso a alimentos, sino también una brecha en la justicia social que debe ser abordada con políticas públicas y programas sostenibles bien estructurados».


 

La inseguridad alimentaria ha sido un desafío persistente en muchas ciudades del mundo, y Bogotá no ha sido la excepción. En respuesta a esta realidad, recientemente se dio a conocer el programa *Bogotá sin Hambre 2.0, cuyo objetivo es mejorar el acceso a alimentos nutritivos y suficientes para toda la ciudad, especialmente y con un enfoque prioritario para los sectores más vulnerables.

La desigualdad socioeconómica que ha venido surgiendo, impacta directamente en la capacidad de las personas para acceder a una alimentación adecuada. Factores como la pobreza, el desempleo y la informalidad laboral se suman para crear un entorno en el que un segmento significativo de la población no puede cubrir sus necesidades básicas, como lo es la alimentación. Es por esto, que este programa surge de esta imperiosa necesidad, donde las realidades en las localidades de Ciudad Bolívar, Usme, Kennedy, Bosa… entre otras, son evidentes; donde alarmantemente, y segun las estadísticas, alrededor del 34% de los hogares de la ciudad no comen tres veces al día, cuyas razones principales son falta de dinero (48 %), aumento en los costos de diversos productos (29 %) y reducción de los ingresos (23 %); estas variables son el reflejo de una problemática profunda que debe ser resuelta progresivamente y de manera urgente.

De este programa, resalto varias precisiones, en primer lugar, la producción local; la producción de alimentos dentro de la misma ciudad y sus alrededores es bastante funcional no solo en nuestra economía sino en el acceso y la calidad de los alimentos, esto no solo reduce la dependencia de las importaciones, sino que también apoya a los pequeños productores en cada una de las localidades, incentivando prácticas agrícolas sostenibles y responsables con el medio ambiente; a mi parecer buenisimo.

En segundo lugar, el acceso universal a alimentos nutritivos, esto a través de comedores comunitarios, bancos de alimentos y disposición de mercados locales para hacer realidad este programa, vale aclarar que el enfoque operativo está dirigido especialmente a los niños, ancianos y personas en situación de vulnerabilidad, y va muy de la mano con el sector privado, las alianzas com empresas y representantes de este sector, serán muy funcionales para que el programa sea rentable y se vea la contribución y cooperación entre los dos sectores para un bien común.

Por otro lado, un enfoque a resaltar de este programa es la educación y la sensibilización, reflejados en la pedagogía, y el componente educativo, que busca que la población entienda y sea consciente del desperdicio de los alimentos, de la alimentación balanceada, hábitos saludables, y cadenas de suministro justas y que sean verdaderamente responsables con el medio ambiente en sus prácticas alimenticias.

A grandes rasgos, es esencial que se establezca una colaboración y una sincronización adecuada entre el P.A.S del gobierno nacional, que puede proporcionar la infraestructura y el soporte logístico necesario para el abastecimiento de alimentos, mientras que Bogotá Sin Hambre 2.0 puede enfocar su atención en las particularidades de la distribución y el acceso a nivel local de estos alimentos;  Esta sinergia puede ayudar a optimizar recursos y evitar duplicidades en los esfuerzos, permitiendo una cobertura más amplia y eficiente, a mi parecer.

Sin embargo, la coordinación entre estos programas también debe considerar las diferencias en sus enfoques. El PAS, al ser una iniciativa nacional, puede enfrentarse a desafíos en la adaptación a las especificidades locales de cada departamento. Por su parte, Bogotá Sin Hambre 2.0 debe garantizar que la ayuda sea no solo efectiva en cantidad, sino también en calidad, teniendo en cuenta las necesidades nutricionales específicas de la población en la ciudad, con las especificaciones mencionadas anteriormente.

En términos de sostenibilidad, la colaboración entre Bogotá Sin Hambre 2.0 y el PAS debe ir más allá de la simple entrega de alimentos. Se debe considerar el fortalecimiento de la producción local y la capacitación en habilidades que permitan a las comunidades ser autosuficientes. La creación de redes de apoyo y la promoción de prácticas agrícolas sostenibles son componentes clave para construir un sistema alimentario más resiliente, vale aclarar que esto no se logra solo con palabras o discursos vacíos, solamente un programa serio como el que está por ejecutarse, tendrá resultados para Bogotá.

En conclusión, se trabajará por una respuesta integral que no solo atienda las necesidades inmediatas de alimentación, sino que también promueva un desarrollo a largo plazo y una mayor equidad en el acceso a los recursos alimentarios. La clave del éxito radica en una coordinación efectiva, un enfoque adaptativo y una participación activa de todas las partes involucradas como lo son principalmente, la Secretaría de Integración Social y de Desarrollo Económico; sólo así combatiremos el hambre.

Todo sea por Bogotá y las familias más vulnerables.

Fabián Andrés Pardo Ruíz

Militante del Partido Alianza Verde, Líder Juvenil de la Red Kolumbien, Vocero de Fridays For Future International, Defensor de DDHH, Activista Político y promotor de varios proyectos sociales enfocados en la Justicia Climática - Ambiental, Educación Pública, entre otros. Cursa varios estudios e investigaciones en materia de políticas públicas, desarrollo social y ciencias en Colombia. Es columnista de varios medios digitales como Las2Orillas y la oreja roja.

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