A los ciudadanos del Suroeste antioqueño, a las autoridades nacionales, a la opinión pública, a los medios de comunicación, y especialmente a la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), al INVIAS, a la Concesión Pacífico 1 (Covipacífico) y a nuestros representantes en el Congreso:
Hoy, una vez más, el Suroeste antioqueño se encuentra aislado, golpeado y frustrado por una crisis de movilidad que era previsible, evitable y denunciada hace años. El derrumbe en el sector Sinifaná, que ha obligado al cierre total de la vía entre Camilo C y Bolombolo, no es un hecho fortuito ni consecuencia exclusiva de la naturaleza. Es el resultado directo de años de omisión, desidia y pésima gestión técnica y administrativa.
El gerente de Pacífico 1, señor Mauricio Millán, ha estado al frente de este proyecto durante casi una década, y lo que hoy padecemos los habitantes y transportadores del Suroeste es la consecuencia de una actuación marcada por la improvisación, patrocinada por él mismo. Durante más de un año se sabía del riesgo inminente en el sector Sinifaná. ¿Qué se hizo? Solo se colocaron plásticos y maletines. Hoy enfrentamos el colapso anunciado de una banca pavimentada sobre un derrumbe, algo técnicamente inadmisible.
Ni la ANI, el INVIAS y la Concesión Pacífico, han hecho algo por solucionar este grave problema al cual nos hemos visto afectados al día de hoy.
¿Hasta cuándo tendremos que soportar estas negligencias?
¿Hasta cuándo el Suroeste será tratado como una región de segunda categoría?
El cierre total durará al menos cinco meses, afectando gravemente la economía, la movilidad, la educación, la salud y el turismo de toda una región. Y como si fuera poco, la respuesta institucional ha sido lenta, torpe y descoordinada. Se pavimentó un derrumbe y hoy estamos pagando las consecuencias.
Las rutas alternas, aunque necesarias, no resuelven de fondo el problema. Los bloqueos recientes en sectores como Primavera, protagonizados por transportadores cansados de la falta de garantías, son solo una muestra del descontento generalizado. La situación es crítica. La Chuchita, La Quiebra, Santa Bárbara, ahora Sinifaná… ¿qué más debe ocurrir para que se actúe con responsabilidad?
Y mientras tanto, ¿dónde están nuestros congresistas?
Tenemos en el Suroeste dos senadores y un representante, pero hasta ahora su silencio ha sido tan grande como el hueco que dejó la banca caída en Sinifaná. Ni una sola voz de protesta fuerte y decidida. Ni una gestión visible para defender nuestra región. ¿A quién representan entonces?
El Suroeste antioqueño merece vías dignas, seguras y funcionales. Merece que se respete su desarrollo y su dignidad. No podemos seguir aceptando excusas, cronogramas indefinidos ni comunicados técnicos que justifican lo injustificable. Esta no es una emergencia nueva, es una crónica del colapso anunciado.
Por eso, desde esta nota pública, exigimos:
- Intervención inmediata y transparente del Gobierno Nacional.
- Auditoría externa a la gestión de Covipacífico y la ANI en este corredor.
- Presencia constante de los congresistas del Suroeste en el territorio.
- Soluciones definitivas y no “parches” provisionales.
- Respeto por la vida, el tiempo y la dignidad de nuestros transportadores y habitantes.
El Suroeste no es solo una vía. Es un territorio lleno de gente trabajadora, empresarios, campesinos, docentes, estudiantes, comerciantes y soñadores que merecen ser escuchados y respetados.
¡NO MÁS ABANDONO! ¡NO MÁS IRRESPONSABILIDAD!
Acompañamos esta nota con imágenes que reflejan el abandono institucional y el colapso que hoy sufrimos.
¡SUROESTE ANTIOQUEÑO UNIDO EXIGE SOLUCIONES, NO PROMESAS!
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