Barristas a sueldo

José María Dávila Román

“Si un hincha no está de acuerdo con la gestión del club, ni con el juego, ni los jugadores tiene múltiples opciones para expresar su malestar: generar una crítica u opinión, dejar de ir al estadio y no comprar camisetas”.


El pasado domingo se empezó a develar el iceberg que rodeaba al Club Atlético Nacional de Medellín representado por integrantes de la barra Los Del Sur, una de las más icónicas del país. El club verdolaga prácticamente estaba siendo secuestrado o maniatado por representantes de esta barra. Si el club no cedía a sus pretensiones los barristas amenazaban con boicotear los encuentros donde jugara el “club de sus amores” como efectivamente ocurrió el pasado fin de semana en la previa del partido frente al América de Cali que, ante las circunstancias -invasión de la cancha y agresión a policías por parte de algunos sureños- se debió cancelar.

Más sorprendente fue la reacción de la Alcaldía de Medellín en cabeza de su secretario de Gobierno Juan Pablo Ramírez, reconocido simpatizante de Los Del Sur que le echó la culpa de los acontecimientos a las directivas de Nacional cuando los únicos responsables fueron los hinchas que con actos vandálicos impidieron desarrollar el juego y, por el contrario, ejercer con vías de hecho presión para que Nacional cediera a sus intereses.

Según se ha podido saber, dentro de los beneficios que Nacional le daba a Los Del Sur desde hace unos años, era la entrega de 400 boletas por partido que al año sumaban más de 12 mil entradas; apoyo logístico como viajes a otras ciudades donde el club jugara; tener poder de decisión en la venta y compra de jugadores; y un irónico contrato de seguridad en el que Los Del Sur se comprometían a no pelear con las barras de equipos visitantes y mantener un ambiente de tranquilidad en el estadio. Que, haciendo una analogía, es como cuando uno se siente obligado a pagarle a la persona que le ayuda a parquear el carro en la calle porque de lo contrario, se lo raya o le hace cualquier otro daño.

Las directivas de Nacional explican que la principal razón para cortar los beneficios a Los Del Sur es el aspecto económico. Dicen que el club no se encuentra en condiciones de mantener esas prebendas y que tampoco les parece justo que se mantuvieran sólo con una parte de la hinchada. Además, argumentan que, si le dan beneficios a una parte de la hinchada, pues también deberían hacerlo con el resto de los aficionados.

Es cierto que una barra organizada como Los Del Sur le pone alegría y es parte del espectáculo en el estadio, pero de ahí a creer que está en el mismo nivel que los dueños y las directivas del club para obligarlos a tomar las decisiones que ellos quieran, están equivocados. Nacional, como la mayoría de los clubes de Colombia, es un club privado que tiene plena autonomía para tomar las decisiones que mejor les parezca así sus aficionados no estén de acuerdo. Siendo objetivos, el club no se debe a sus aficionados. Logró sus hinchas por el juego, victorias y torneos que ha ganado a lo largo de su historia.

Si un hincha no está de acuerdo con la gestión del club, ni con el juego, ni los jugadores tiene múltiples opciones para expresar su malestar: generar una crítica u opinión, dejar de ir al estadio y no comprar camisetas ni merchandising del equipo, pero no, como se vio el pasado domingo, generar actos de violencia y chantaje, menos en la casa del club de sus amores porque entonces no es amor sincero sino un amor a sueldo.


Todas las columnas del autor en este enlace: https://alponiente.com/author/joche0916/

José María Dávila Román

Comunicador Social - Periodista de la UPB con Maestría en Gerencia para la Innovación Social y el Desarrollo Local de la Universidad Eafit. Creo que para dejar huella hay que tener pasión por lo que se hace y un propósito claro de por qué y para qué, hacemos lo que hacemos. Mi propósito es hacer historia desde donde esté, para construir un mundo mejor y dejar un legado de esperanza y optimismo para los que vienen detrás. Soy orgullosamente jericoano.

Nota al pie: El columnista tiene o ha tenido vinculación laboral con la minera AngloGold Ashanti. 

Comentar

Clic aquí para comentar

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.