Las elecciones del pasado fin de semana en Chile, son el resultado de un proceso de movilización y crisis social que se gestó entre 2019 y 2020, y que el mundo entero pudo observar con estupor, pero, antes de entrar en materia, es importante realizar un bosquejo histórico por la situación del país austral, que como bien sabemos tiene un antes y un después de Augusto Pinochet, personaje que llega al poder en 1973 al derrocar a Salvador Allende, presidente quien llegaría al poder en 1970 por medio de una coalición de izquierda denominada la Unidad Popular. Desde el golpe de estado y hasta 1990 “El Tata” gobernó bajo el titulo de jefe supremo de la nación. En 1988 termina su mandato tras un plebiscito que pretendía sondear si debía continuar o no en el poder, votación que perdió por un 53% en contra. Luego vendrían las votaciones de 1990 en las cuales resultaría ganador Patricio Aylwin quien sería el presidente de la transición a la democracia, sin embargo, Pinochet seguiría siendo comandante en jefe de las fuerzas armadas y luego senador vitalicio algunos meses mas. En 1988 sería arrestado en Londres por orden del juez Baltasar Garzón y posteriormente puesto en libertad aduciendo problemas de salud por parte de la diplomacia.
En lo que respecta a la constitución chilena, esta fue reformada en 1980, acomodada convenientemente al régimen militar, por medio de un dudoso plebiscito que fue tachado de fraudulento por la oposición. En un análisis que hace el jurista Roberto Gargarella sobre el constitucionalismo chileno, este argumenta que, cuando se examina la relación entre el constitucionalismo y la democracia en Chile, lo primero que resalta es la validez de las normas de facto, que constriñen las aspiraciones democráticas de la oposición. Durante los primeros años de dictadura, (por ejemplo), se aprobó la ley de amnistía para exonerar a cualquier militar acusado de violaciones a los derechos humanos. Desde 1980 la constitución chilena ha tenido 35 reformas, a groso modo voy a mencionar algunas:
1) Se fortalecieron los derechos y garantías constitucionales contemplados en el artículo 19 restringiendo los estados de excepción constitucionales y fortaleciendo los recursos de amparo y protección estipulados en el artículo 41 (muy cercano al concepto de conmoción la interior)
2) Se le otorgaron facultades al congreso acerca del proceso de formación de leyes y se reguló la organización de las fuerzas armadas que para la época eran algo así como un ente autónomo.
3) Se amplió la participación democrática, recordemos que Chile es un estado unitario, con un sistema presidencialista, bicameral (alta-baja) compuesta por 198 miembros, 43 senadores y 155 diputados (¡Colombia tiene 280 congresistas!)
4) Se reduce el periodo presidencial de 8 a 6 años y se modifican los preceptos de terrorismo, dando cabida al reconocimiento de los delitos políticos y el derecho a la protesta.
Ahora bien, las movilizaciones en chile que dejaron 34 personas muertas y 3400 heridos, muchos de ellos con perdida total o parcial de visión, mostraron al mundo que Chile no es la Suiza de Latinoamérica, que si bien tiene un alto Producto Interno Bruto (14000 dólares por persona en 2019) y es el tercer país mas alto de la región después Uruguay y Panamá (sin contar el Caribe) denota que la brecha de desigualdad a crecido significativamente y otras causas de esta debacle son:
1) El descontento con el modelo económico (abiertamente neoliberal)
2) El alza de los precios del transporte publico (que fue la chispa, el detonante de las movilizaciones)
3) El alto costo de la vida es alto (canasta familiar). Chile produce frutas y verduras: durazno, manzana, peras, uvas, ajo, avena, maíz, etc, pero como es mas rentable exportar, la oferta interna también se incrementa y esto crea un conflicto entre el valor bruto de lo producido y el valor neto en el mercado.
4) Los abusos de poder y la corrupción, los carabineros hicieron lo mismo que le ESMAD en Colombia en las manifestaciones actuales, violaciones de toda índole, disparos a los ojos y el rostro, desaparecidos, etc,
5) la especulación y acaparamiento en artículos de primera necesidad y en los medicamentos para subir los costos reales.
6) poca garantía de los derechos sociales
Estos son en resumen algunos de los puntos que anteceden esta reforma que hoy se gesta. Sin embargo, el ejercicio democrático en chile es relativamente joven, recordemos que, entre 1973 y 1987 los partidos políticos chilenos estaban prohibidos, la Unidad Popular y demás partidos fueron declarados proscritos.
Solo hasta 1988 fueron legalizados los partidos Avanzada Nacional, Humanista, Renovación Nacional, Democracia Radical, Socialista Chileno, Demócrata Cristiano, Por la Democracia, Del Sur, Radical y Los Verdes, luego vendría un repunte de los partidos de centro-izquierda con Concertación de Partidos por la Democracia, agrupación fundada por 17 partidos políticos de los cuales sobreviven el Partido Demócrata Cristiano (PDC), el Partido Radical Socialdemócrata (PRSD), el Partido por la Democracia (PPD), y el Partido Socialista (PS). La Concertación gobernó a Chile a través de los presidentes Patricio Aylwin (1990-1994), Eduardo Frei Ruiz-Tagle (1994-2000), Ricardo Lagos (2000- 2006) y Michelle Bachelet (2006-2010) sin duda este repunte de los candidatos independientes puede significar una mayor y mejor inclusión de algunos sectores marginados.
También es importante resaltar el papel de los estudiantes y del movimiento feminista en este logro histórico, la canción del grupo las tesis “un violador en tu camino” que parodia una parte del himno de los carabineros fue un desgarrador testimonio de los abusos policiales y una proclama mundial acerca de la violencia machista, sin duda el papel de la diversidad, de las llamadas minorías será significativo y abrirá el abanico democrático a nuevas voces y probablemente a nuevos partidos y movimientos que inclinen la balanza electoral y traigan cambio de paradigmas.
Santiago de Chile tiene 5.428.590 de habitantes, según el censo 2002, alberga el 36% de la población, mientras que concepción tiene un poco mas de un millón, lo cual significa que es un país bastante urbano pero, también con zonas remotas y empobrecidas, la región de Temuco, en la Araucanía, donde uno de cada 4 hogares está considerado en situación de pobreza multidimensional, es decir, no logran suplir satisfactoriamente necesidades básicas como educación, trabajo, la salud, la vivienda, lo que afecta a su nivel de vida general.
El reto entonces es mitigar un poco la creciente pobreza y el descontento social que de ella se deriva. Luego vienen la región de los lagos y la región de los ríos, con entre un 19 a 23 % de pobreza multidimensional, mientras que, la balanza comercial de Chile alcanzó los 4.266 millones USD en 2019 sin embargo la recaudación de impuestos en Chile es baja, un 21% con respecto al PIB y con un índice de evasión bastante alto, este será uno de los puntos neurálgicos que se deberán tratar en la próxima reforma.
A la derecha chilena le toca hacer en adelante lo que siempre ha hecho la derecha en casi todo el mundo, especialmente en Latinoamérica camuflarse en los partidos progresistas, reinventarse y boicotear el nuevo gobierno, (que muy probablemente sea de tendencia izquierda), Piñera va a tratar de aflojar en las pretensiones sociales, pero él no va a defraudar el gran capital que lo apoya. Piñera ha sido acusado en al menos 20 casos de corrupción, que implican clientelismo, nepotismo, en 1982 estuvo preso por el fraude contra el banco de Talca, incluso apareció en la lista de transparencia internacional de 2009 como uno de los hombres más corruptos del mundo, entonces es probable que no regrese al poder ni en su nombre ni en cuerpo ajeno, pero el músculo financiero y económico chileno hará lo posible por mantenerse en el poder.
Para esta cita en las urnas, hubo una participación de 3.055.352 de chilenos, frente a 7.5 millones de personas que participaron el año pasado en el plebiscito a favor de redactar una nueva constitución. ¿A qué se debe la desconfianza de los chilenos? ¿Qué puede reflejar esta baja participación en las urnas?
La abstención puede tener muchas explicaciones, creo que la principal es la desconfianza que siente una parte de los chilenos frente a lo que pueda ocurrir. Y es que a pesar de que la Constituyente puede romper con la carta magna instaurada en tiempos de dictadura, muchos no creen que la elección traerá una renovación verdadera.
Una de las razones es la manera en la que se elegirán los 155 constituyentes. Estas personas se elegirán siguiendo el sistema de D’Hondt, según este sistema, primero se cuentan las listas más votadas y de estas se reparten los escaños a los candidatos más votados. Esto podría darle un puesto significativo a alguien que sacó menos votos que otro de los candidatos, (algo así como la cifra repartidora) pero que está dentro de una de las listas ganadoras.
Esta coyuntura electoral podría ser aprovechada también por políticos de vieja data que posan de progresistas e incluso de izquierdistas, tal y como ocurrió en Colombia, dónde la séptima papeleta que surgió de un movimiento estudiantil sirvió para que viejas glorias políticas se reencauchasen, como fue el caso de Serpa y Álvaro Gómez, pero, no tuvo una participación real del electorado.
¿Es realmente un cambio en la Constitución lo que Chile necesita?
No lo creo, una constitución sirve para sentar las bases de una democracia, pero no garantiza ni que las normas se cumplan ni que el país mejore y el mejor caso lastimosamente es Colombia, con una constitución sumamente completa, pero con un caos administrativo sin competencia. Yo pensaría que la construcción de políticas públicas incluyentes y la voluntad política son las mejores herramientas que puede tener un gobernante que pretende construir una nación. El escudo de Chile reza “por la razón o por la fuerza” y ese lema se ha hecho cumplir desde su fundación, con una férrea tradición militar, no es raro que Chile haya sido el conejillo de Indias de la escuela de las Américas y de los Chicago Boys, es decir, un experimento económico y político-social sin precedentes. El informe del jurista Raul Retigg por ejemplo, habla de más de 3000 asesinados y desparecidos por parte de la DINA y la policía durante la era de Pinochet, esa es una brecha que se debe saldar, al igual que, el olvido histórico de los pueblos indígenas y de las minorías
Lo que sigue para Chile es tejer redes de unidad, que permitan construir un ideario de nación, en Chile se reconocen nueve pueblos indígenas, los Aymaras, Quechuas, Atacameños, Collas y Diaguitas en el norte del país. Mapuches, Alacalufe, y Yámana, los yágan en el sur, y Rapa nuí de la Isla de Pascua, es un territorio de 756,950 km² que va desde la frontera con Perú hasta el polo sur y la polinesia, es decir, está en dos continentes incluso, con una tradición sociocultural muy fuerte y en lo que a nosotros como país nos concierne es, aprender de los errores y tratar de legitimar en las urnas lo que se ha conseguido en las calles. Dejando atrás los oportunismos de los falsos progresistas y la desgastada y mal llamada “izquierda” que hoy quiere abanderarse de la lucha popular.
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