Permitirles gozar de su condición natural, de animales, debe ser la prioridad a la hora de convivir con las mascotas. No tratarlas como a los humanos, cuidar de su salud y darles espacio, son las mejores formas de demostrarles amor.
Tener una mascota es un acto de responsabilidad y aunque a veces queremos demostrarles amor, pasarse de la línea del respeto puede convertirse en maltrato.
La Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE, por sus siglas en inglés) definió cinco principios básicos en el cuidado y el respeto animal: que estén libres de hambre, sed y desnutrición; de temor y de angustia; de molestias físicas y térmicas; de dolor, de lesión y de enfermedad, y que puedan manifestar un comportamiento natural.
“Podemos tener nuestros animales de compañía de forma adecuada, responsable y con libertades”, asegura Andrés Gómez, experto del Área Metropolitana del Valle de Aburrá.
Y aunque la humanización de los animales es un tema controversial, la premisa es evitar reflejar en las mascotas comportamientos que son propios de los humanos como vestirse con ropa y zapatos, darles comida para humanos que afecta su sistema digestivo, mutilarlos en pro de mantener estilos humanizados para las razas, evitar que expresen su comportamiento natural o alargar su vida por apego.
Además, propender la salud de ellos y sus dueños aplicándoles los esquemas completos de vacunación para evitar la transmisión de enfermedades como la rabia, el parvovirus y el moquillo.
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