Amar: ¿Una libertad para todes?

“El amor es libre, libre como el viento” dice una canción de la agrupación cubana Tumbao Habana. Sin embargo, me cuestiono tanto esta frase, porque creo que se enuncia desde el privilegio. Para las personas que hacemos parte de la cisgeneridad y la heteronorma, amar -aunque sea un desafío construir relaciones éticas- es relativamente sencillo. A diferencia de lo que podrían decirnos las experiencias vitales de la población LGTBIQ+ en torno al amor. Nuestro privilegio radica en cuestiones tan sencillas como que podemos ir agarrados de la mano por la calle con nuestras parejas sin temor al repudio, a los insultos, a las miradas constantes y los comentarios incómodos.

Me pregunto si nuestro privilegio de género no nos ciega casi todo el tiempo en este sentido. Vamos por el mundo fomentando este tipo de ideas, creyendo que son extrapolables al resto del mundo e incluso coaccionando a otros con frases como hay que arriesgarlo todo por amor o el amor lo vale todo. Y si, pueda que el amor lo valga, que debamos arriesgarnos, pero ¿sabemos cuál es el costo de asumirlo? ¿Entendemos lo que es luchar toda la vida por defender nuestra forma de amar, nuestras preferencias para hacerlo?. Creo que esto no pasa. El privilegio, el no habitar esa piel, nos ciega, no nos deja ver más allá. No nos permite entender las dinámicas, la violencia, el sufrimiento y el dolor detrás de las prohibiciones que el sistema sexo-género y nosotres como sociedad seguimos sosteniendo sobre los cuerpos de las personas que se identifican como LGTBIQ+.

Escribo estas palabras con profundo respeto, no queriendo hilar y apropiarme de un discurso que no es mío, que no me atraviesa, sino con la finalidad de poder mover una reflexión que creo debe atravesarnos a todos. Extendiendo la invitación sobre todo a otros hombres y mujeres que, como yo, se paran desde la heteronorma y la cisgeneridad a que se cuestionen. A que tengamos una conversación amplia sobre el amor, sobre el cuidado y la injusticia del privilegio en el que nos paramos, desde el que existimos. Para que el mundo deje de ser como lo describe Kany Garcia un lugar donde a alguien “se le ocurrió que era pecado estar enamorado”.

Escribo, para que hagamos un frente amplio en torno al amor. Para que la revolución de la ternura y el acuerpamiento de la justicia como poética de vida nos traviesa siempre a todes. Amar no puede seguir siendo una libertad para algunes. O es para todes o no será justicia.


Todas las columnas del autor en este enlace: Neider Alegria

Neider Alegria

Joven Afrodescendiente, estudiante de derecho y licenciatura en ciencias sociales de la universidad Icesi. Hizo parte del comité editorial de la revista académica estudiantil de la universidad Icesi Traspasando Fronteras (TF) (2018). Es investigador del Observatorio para la Equidad de las Mujeres (OEM) de Cali. Poeta, apasionado por la escritura.

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