Alvarismo dictatorial

Foto tomada de El Colombiano

Soy testigo de primera de gran parte del funcionamiento de la doctrina de Álvaro y su filial y escudo político mal llamado “Centro Democrático” del cual fui honorablemente expulsado.

¡Fue como ganarme un Nóbel, tamaña dignidad, eternamente agradecido con Álvaro!.

Cuando una estructura política liderada por una sola persona desde el legislativo de Colombia, articula las fuerzas del poder ejecutivo para inmiscuirse en actos de “inteligencia ilegal” es emular cualquier acto de un régimen dictatorial, como lo devela claramente la historia y los métodos de ultraderecha.

En un dos por tres, volvimos 3 lustros atrás y full copy paste, revivimos a María del Pilar Hurtado y el extinto D.A.S. con las chuzadas del gobierno de Álvaro, ahora vemos como el ejército colombiano es la filial o las “S.S”del Centro Democrático, militancia política que desde el escudo, muestra en la silueta el ego de un ser pequeño y sin corazón, que va más allá de la mano dura, para cometer crímenes que ya están sobreinvestigados y permanentemente relegados y archivados “misteriosamente”.

Le toca en 2020 ser “Conejillo de indias” al exgeneral Nicasio Martínez sobre quien recae ya una investigación y seguramente pagará como peón de un ajedrez todo el episodio de “Chuzadas 2.0”.

La agenda mediática nacional y el discurso político de grandes medios de comunicación, los maneja un anciano trapecista de la justicia, desde una guarida en Llanogrande.

Santiago Jaramillo Botero

Santiago Jaramillo Botero es comunicador y relacionista corporativo de la Universidad de Medellín, fue concejal de Medellín en el periodo 2.016 a 2.019 y es columnista de opinión en Al Poniente desde su primer año.